Los socialistas dejan de ser la segunda fuerza política
Los socialistas dejaron ayer de ser la segunda fuerza política en Cataluña, cediendo este puesto a ERC. De esta forma el PSC perdió ocho escaños, hasta los veinte y obtuvo los peores resultados de su historia. Ahora se abre la incógnita de si esto forzara a este partido a debatir internamente su futuro.
Durante la mayor parte del escrutinio los socialistas seguían siendo la segunda fuerza política en Cataluña; pero al filo de las 22.30 eso cambió y el PSC fue adelantado por ERC -que se convirtió el gran vencedor de la noche con once escaños más que en 2010-. De esta forma, los socialistas perdieron ocho escaños, hasta 20, y obtuvieron ayer los peores resultados de su historia en unas elecciones catalanas. Este desplome hizo que de forma indirecta muchas miradas se dirigieran hacia Alfredo Pérez Rubalcaba.
Los comicios de ayer no medían solo el reparto de poder autonómico catalán sino que eran un termómetro interno, sobre todo para los socialistas, cuyo líder aún no ha decidido ni comunicado si se presentará o no como candidato a la presidencia del país en las próximas elecciones nacionales. A esto se suma que una de las personas alternativas a rebatirle el liderazgo a Rubalcaba podría ser Carme Chacón, una de las cabezas más visibles del PSC.
Es más, esta geometría política se complica si se tiene en cuenta que el desplome de CiU quizás abra la puerta a un pacto o a acuerdos puntuales con el PSC en aras a la gobernabilidad, lo que daría a los socialistas una cota de poder inesperada. Solo si esto ocurriera, Pere Navarro, e indirectamente, Alfredo Pérez Rubalcaba, habrían salvado los muebles, a pesar de haber empeorado los resultados por tercera elección consecutiva en un mes, tras las caídas registradas en Galicia y País Vasco el 21 de octubre.
Esta circunstancia hace dudar de si finalmente la caída del PSC hará que prenda la mecha en el polvorín socialista, dada la fuerte división interna que ya existía entre algunos dirigentes del PSOE contrarios a la postura del PSC, que defendía una reforma constitucional que diera cabida a un referéndum independentista. Incluso Monserrat Tura, -que perdió las primarias frente a Pere Navarro- pidió ayer la dimisión de toda la dirección de los socialistas catalanes.
Por todo ello, la incógnita es si los resultados de ayer van a provocar definitivamente un debate interno entre los socialistas o si ganarán los dirigentes y barones que defienden que quien ha perdido las elecciones de ayer es el PSC y no el PSOE; y por eso, hasta se permiten hacer una lectura optimista de la situación y posponer la discusión sobre el futuro del partido.
De hecho, el candidato socialista, Pere Navarro, aseguró que el resultado aunque "no es el que queríamos" es "mucho mejor que el que nos daban las encuestas". Y culpó de la caída del PSC al "complicado momento de renovación que atraviesa el partido" y a la "radicalización" del proceso electoral.
Mejoran PP, Ciutadans e ICV-EU
La cara contraria al soberanismo la ofrecían ayer dos fuerzas políticas muy satisfechas por haber mejorado sus resultados respecto a las anteriores elecciones: el PP y Ciutadans. En las filas populares la satisfacción venía tanto por la ganancia de un escaño (hasta 19) y casi 77.000 votos más; como por el "gran fracaso" de CiU y su proyecto independentista y por el resultado "más que malo del PSC", según dijo la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.
Pero, a pesar de la batalla mantenida por el PP en contra de la estrategia soberanista, la fuerza política que más capitalizó esta lucha contra una Cataluña independiente fue Ciutadans que ha pasado de tener tres escaños a nueve. ICV-EU también ganó, tres escaños, hasta trece.