Gana Mas pero fracasa su proyecto soberanista
Artur Mas ha ganado las elecciones pero no ha logrado la "mayoría excepcional" que reclamó para avalar una consulta sobre la independencia de Cataluña. Obtuvo 50 diputados, doce menos que en 2010.
La estrategia de CiU ha fallado. Sin paliativos. La formación nacionalista ha logrado el 30,55% de los votos, el menor porcentaje de apoyo desde las primeras elecciones autonómicas en Cataluña de 1980. Una parte importante del votante tradicional de CiU ha dado la espalda a Mas.
"Hemos quedado lejos de la mayoría que queríamos. Hemos pedido un Gobierno fuerte para liderar un proceso difícil y no lo hemos obtenido", reconoció Mas que, sin embargo, aseguró que mantiene el objetivo de convocar una consulta sobre la independencia de Cataluña y abrió la puerta a un pacto con ERC. Los resultados revelan que la apuesta soberanista de Mas no ha beneficiado a su formación y sí al partido más inequívocamente independentista, Esquerra Republicana de Cataluña (ERC). La formación de Oriol Junqueras recuperó los escaños perdidos en los comicios de 2010 y alcanzó los 21 diputados. Se convierte, así, en la segunda fuerza política, posición que perdió el PSC.
El dibujo del Parlamento arroja un futuro complicado para la gobernabilidad. La suma de votos de CiU y ERC alcanza la mayoría absoluta. Ambos partidos coinciden en la voluntad de realizar la consulta independentista, sin embargo, sus propuestas económicas se encuentran muy alejadas. Mientras CiU apuesta por los recortes y la austeridad, ERC defiende un mayor incremento del gasto público, reforzar el Estado de bienestar y aplicar impuestos a los más ricos. De hecho, el Gobierno de Artur Mas sacó adelante sus recortes gracias al apoyo en el Parlamento catalán del PP. Sin embargo, si Mas mantiene su apuesta soberanista resulta improbable que pueda contar con los votos del partido liderado por Alicia Sánchez-Camacho. El PP no supo sacar ventaja de la polarización de la campaña y logró 19 escaños, solo uno más que en las anteriores elecciones.
Los partidos que de forma inequívoca han apostado por la independencia durante la campaña electoral, CiU, ERC y Solidaritat, lograron, en 2010, 76 escaños. Ahora, el número de diputados nacionalistas baja a 74 escaños. Solidaritat ha perdido su representación y, a cambio, ha entrado la Candidatura d'Unitat Popular (CUP), también independentista. Sin embargo, si se añade en esta lista a Iniciativa per Cataluña (IC), que defendió la convocatoria de un referéndum, los diputados a favor de la consulta suman 87 en un parlamento formado por 135 escaños. De hecho, Mas señaló antes las bases de su partido que mantiene su compromiso de realizar una consulta "sobre el Estado propio" y apuntó que los partidos que defienden este referéndum suman mayoría en el Parlamento. Sin embargo, durante su intervención, Mas evitó las proclamas nacionalistas de la campaña electoral y antepuso la necesidad de mejorar la economía y rebajar la tasa de paro ante un auditorio que gritaba "Mas president, Catalunya independent".
El resultado electoral no ha otorgado una mayoría clara y evidente a las formaciones nacionalistas, lo que supone enfriar el clima soberanista derivado de la masiva manifestación del pasado 11 de septiembre. Mas reconoció que su formación precisará de la ayuda para gobernar y señaló que necesitará de apoyos explícitos. Ello sugiere que CiU quiere evitar lo sucedido estos dos años, en los que ha recurrido a pactos puntuales con otras formaciones para tirar adelante sus propuestas legislativas. En principio, ERC se muestra dispuesta al pacto. Un Gobierno formado por CIU y ERC resultaría inédito y reforzaría las posturas nacionalistas del futuro Ejecutivo.
En cualquier caso, en CiU insisten en que ahora se abre un proceso de reflexión. La formación nacionalista lograría mayoría con ERC y también con el PP, sin embargo, esta opción resulta improbable después de una campaña electoral realizada en clave indentitaria. De hecho, CiU ya renuncia al apoyo del PP_desde el momento en que apuesta por realizar una consulta soberanistas que desde el Gobierno de Mariano Rajoy califican de "ilegal".
Otra posibilidad que se abre y que no apareció durante la campaña electoral es la de un pacto entre CiU y el PSC. La conocida como sociovergencia ya se planteó en las elecciones de 2003 y 2006, aunque nunca se llevó a cabo. Sin embargo, las distancias ideológicas entre ambos partidos dificultan ese pacto que supondría rebajar el tono nacionalista del futuro Gobierno de Cataluña.
A partir de hoy, Convergència i Unió (CiU) iniciará una ronda de contactos con el resto de las formaciones políticas, sin embargo, resulta evidente que ha perdido fuerza negociadora en una elecciones que había planeado para lograr una mayoría absoluta. Fuentes del Gobierno de Mariano Rajoy señalaron que los resultados electorales suponen el fracaso de la estrategia de Mas. Para el PP, la pérdida de votos para la formación nacionalista se interpreta como una negativa a la deriva soberanista de CiU.
Una participación histórica
El elevado interés que generaron las elecciones catalanas celebradas ayer quedó patente en la alta participación. De los más de 5,4 millones de catalanes llamados a las urnas, votaron un 69,54% con el 97,92% escrutado. Así, el nivel de abstención, que fue del 30,46%, se convirtió en la cifra más baja de la democracia. Dos años atrás, en los pasados comicios autonómicos, el porcentaje de abstención ascendió al 41,22%.En Gerona, donde el voto nacionalista tiene mayor peso, la participación aumentó 11 puntos respecto a los comicios del año 2010. En la circunscripción de Barcelona, el incremento fue el mismo. En Tarragona y Lérida no alcanzaron los registro de Gerona y Barcelona aunque el índice de participación también aumentó respecto a 2010 (10 puntos en ambas provincias). En cualquier caso, la participación en los comicios autonómicos fue menor que en las elecciones generales celebradas en noviembre del año y que ganó el PP por mayoría absoluta.El hecho de que el presidente en funciones de la Generalitat y ganador de las elecciones, Artur Mas, convirtiera los comicios en una suerte de plebiscito soberanista ha elevado el interés internacional. Fuentes del Parlamento catalán informaron de que medio centenar de medios extranjeros se acreditaron para seguir los resultados en la sede de la cámara legislativa catalana.