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Inmobiliario

Ejectivo alemán busca casa en la costa

Valor seguro y sector inmobiliario español parecen conceptos irreconciliables desde el estallido de la burbuja. Sin embargo, entre tanta caída de transacciones y desplome de hipotecas, las únicas estadísticas que han dado noticias alentadoras los últimos años han venido del exterior. La inversión extranjera subió un 26,6% en 2011, hasta los 4.741 millones de euros, según el Banco de España y el anuario del Colegio de Registradores refleja que la adquisición de viviendas por parte de extranjeros aumentó un 12,8%.

En este segmento, los particulares alemanes concentraron el 8,13% de las compras, con un incremento superior al 18%. "España es un blue chip para los alemanes que quieren adquirir su segunda o tercera residencia fuera de su país. Les gusta el clima, las infraestructuras que facilitan el acceso y la estabilidad política que sigue proyectando el país", asegura David Scheffler, director de expansión en España de Engel & Völkers, primera agencia de intermediación inmobiliaria de Alemania, con 50 tiendas abiertas en España y la previsión de llegar a 150 en los próximos años. Por eso, tras el retroceso inicial que la crisis de Lehman Brothers provocó en la inversión extranjera, los vecinos de Berlín o Hamburgo han vuelto a España, de forma que 2011 se convirtió en el segundo mejor año desde que existe la estadística registral.

"Los precios se han ajustado sobre todo en el producto vacacional muy orientado al comprador extranjero", destaca Pelayo Barroso, director de investigación de mercados de Aguirre Newman. El perfil del nuevo cliente también ha influido en la recuperación. Ya no se buscan tanto casas baratas para la jubilación o las vacaciones, sino que predomina el cliente de alto standing que compra un adosado, una villa o un apartamento de calidad de entre 300.000 y 800.000 euros", explica Scheffler, cuya última transacción ha sido la venta de una villa de 3,5 millones de euros en Sierra Blanca, una exclusiva zona junto a Marbella.

Las ubicaciones más demandadas por los alemanes también han cambiando. Las lslas Baleares, Canarias y la Costa del Sol se mantienen como destinos predilectos, pero se requieren enclaves más selectos como el puerto de Andraitx o Santanyí, conocida ya como la colina de Hamburgo. Pocos inversores institucionales Los ciudadanos germanos conceden a España la confianza que, sin embargo, le niegan los grandes inversores institucionales.

Tradicionalmente los fondos de inversión alemanes han sido, junto con los británicos, los más activos en transacciones de edificios de oficinas, centros comerciales e inmuebles logísticos. Es el pasado. "La actividad es ahora inexistente por la inseguridad de un mercado en el que no se sabe si los precios van a seguir bajando", sentencia Stefan Meyer, del despacho de abogados Monereo Meyer Marinel-lo. Las perspectivas de futuro son, no obstante, algo más optimistas. Aunque la mitad de la veintena de fondos que operaba en España en los años del boom se ha ido, los que quedan, entre los que destacan pesos pesados como Deka, Union Investment, GLL o RREEF, "siguen analizando oportunidades de inversión que aún no llegan a materializarse, pero los precios de demanda y oferta se están acercando por lo que el próximo año podríamos ver más operaciones", analizan desde Aguirre Newman.

"Cuando el mercado recupere la confianza en la economía española y en su sector inmobiliario, los inversores alemanes volverán al país porque España sigue siendo interesante", concluye Meyer.

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