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Todos pendientes de la locomotora europea

La actividad exportadora, principal motor de la economía, se ha reducido a la mitad este año lastrada por la crisis de la eurozona

Fotomontaje de la Puerta de Brandemburgo
Fotomontaje de la Puerta de BrandemburgoRomán Sánchez

La principal potencia económica de la Unión Europea, y la cuarta economía del mundo, también ha empezado a sufrir directamente el embate de la crisis de la eurozona en 2012. Si durante el ejercicio pasado Alemania creció el 3%, este año apenas superará el 0,5% y para el próximo tampoco se esperan grandes alegrías, puesto que se prevé un crecimiento de un exiguo 1%.

La actividad exportadora, donde Alemania ocupa la segunda posición a nivel mundial, se ha reducido a la mitad este año, a pesar de que las empresas se benefician de la baja cotización del euro. Así, en 2012, las ventas exteriores crecerán un 4% frente al 8,2% de 2011, si bien para el próximo ejercicio remontarán hasta el 6%, según las estimaciones de la Federación Alemana de Cámaras de Industria y Comercio (DIHK).

Tradicionalmente, Europa ha sido el principal mercado para los productos alemanes, pero en 2011 solo el 59,2% de las exportaciones tuvieron como destino países de la Unión Europea, el nivel más bajo de los últimos 20 años. Esta evolución del comercio internacional, "no es para estar muy cómodos, pero la situación está razonablemente controlada. Las exportaciones a Europa, sobre todo a los países del sur, se han reducido mucho desde 2007, pero ha sido posible compensarlas con otros mercados", asegura Walther von Plettenberg, director gerente de la Cámara de Comercio Alemana para España.

Una muestra más de que el gigante europeo no es inmune a la crisis es el índice de actividad de la industria (PMI) publicado en junio pasado, donde se refleja que el sector padece una fuerte contracción debido a la reducción de las exportaciones. El índice registra su nivel más bajo desde junio de 2009, encadenando cuatro meses de descensos.

El núcleo principal de la economía alemana está formado por pymes. Alrededor del 90% de las empresas pertenece a este segmento. Por tanto, la competitividad de sus productos no procede únicamente del peso específico de grandes empresas por todos conocidas (Siemens, Volkswagen, Allianz...), sino que tiene un sólido apoyo en infinidad de pymes de la industria transformadora, con la ingeniería mecánica o la industria auxiliar a la cabeza, pero también con la nanotecnología y la biotecnología. Las pymes son las principales empleadoras y, además, acogen a la mayoría de los jóvenes que cursan formación profesional dual, de la que tanto se habla en España, para realizar sus prácticas.

Al contrario que en otros países europeos, en Alemania, la industria, que aporta más del 20% al PIB del país, sigue teniendo una importancia clave respecto a los servicios o el comercio. "La industria es el corazón de la economía, no podemos vivir solamente de servicios. Este ha sido un error compartido durante muchos años en Europa. Hoy entendemos que el núcleo central tiene que ser industrial, alrededor del cual se generan servicios de alto valor añadido y empleo", resalta Von Plettenberg.

Alemania está especializada en el desarrollo y fabricación de bienes industriales, con los sectores de automoción, ingeniería mecánica, electrotecnia e industria química en primera posición. La industria automovilística es, a su vez, un motor de innovación; en torno al 30% del gasto interno empresarial en I+D procede de este sector. Con un total de seis fabricantes, Alemania figura entre los mayores productores de coches del mundo, sobre todo en los segmentos de gama media y alta. No obstante, la crisis que vive el sector a nivel internacional está afectando seriamente a las ventas.

Uno de los indicadores más llamativos de la marcha de la economía germana es la baja tasa de paro que ostenta, sobre todo entre los jóvenes, que se sitúa en el 7,9%. Sin entrar en detalles sobre la calidad del mismo -abundan los minijobs de 400 euros-, Alemania sigue creando empleo. A pesar de la caída del crecimiento, el número de parados ha pasado del 7,1% en 2011 al 6,5% actual. "Sorprende a los propios economistas que una economía que crece por debajo del 1% sea capaz de generar empleo. Hay diversas explicaciones; una de ellas es que un mercado de trabajo flexible no demanda mucho crecimiento para crear puestos de trabajo; cuando hay más flexibilidad y la mano de obra no es muy cara, la posibilidad de integrar a más personas en el mercado laboral es mayor, no viene forzada por un crecimiento alto que requiere mano de obra a cualquier precio", explica el director gerente de la Cámara de Comercio Alemana para España. Y añade: "La teoría que mantiene que mientras que una economía no crezca más del 2,5% no crea empleo se descalabra con los datos que tenemos encima de la mesa sobre Alemania; la flexibilidad en precios, la adaptación del trabajador a las horas que el empresario necesita y un nivel de salarios competitivo ayudan a incorporar a más trabajadores a la actividad laboral".

¿Qué pasa en España que no conseguimos crear empleo? "Cualquier análisis monocausal es inadecuado. Tenemos que huir de explicaciones cortoplacistas que además incorporan silogismos incorrectos: si, por ejemplo, del hecho de que en marzo de 2012 hubo una importante reforma laboral y seis meses más tarde seguimos generando desempleo, deducimos que la reforma laboral es la causa del mismo, prescindimos de otras explicaciones de más calado, como es la falta de crédito, el desapalancamiento que España está sufriendo tras años de exceso de crédito...". Por otro lado, el desapalancamiento necesario hace que cualquier otra medida "sensata", como la última reforma laboral, se quede, aparentemente, sin efecto a corto plazo, añade.

Comercio bilateral: unas relaciones casi equilibradas

Las exportaciones siguen siendo el principal motor de la economía alemana en 2012, a pesar de la caída que han experimentado. Alemania es, después de Francia, el segundo mercado más importante de destino de nuestros productos y, pese a la crisis económica, los flujos de comercio bilateral se han reactivado de forma considerable, con tasas de crecimiento muy importantes. Nunca antes España había vendido tanto a Alemania como el año pasado, casi 22.000 millones de euros, cifra que supuso un hito histórico y que refleja un proceso de saneamiento de un desequilibrio importante arrastrado durante mucho tiempo por nuestro comercio exterior".La ralentización de las exportaciones alemanas la ha acusado sobre todo el capítulo de maquinaria y equipos de transporte, siendo los vehículos los más afectados, con una reducción de las exportaciones entre los años 2007 y 2010 de un 60% y con respecto 2011, de un 55%, según datos del Instituto de Comercio Exterior (Icex). El ejercicio pasado la tasa de cobertura subió a un 72%, superando la marca del año 2000.El intercambio de mercancías con los mercados emergentes sigue ganando peso. Según las estimaciones de la Federación Alemana de Cámaras de Industria y Comercio (DIHK), para el próximo año las exportaciones alemanas aumentarán su peso en torno a un 15% a países como, por ejemplo, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.De los 550.500 millones de euros en exportaciones ingresados por Alemania en el primer trimestre de este año, 231.400 millones correspondieron a países ajenos a la Unión Europea. Los socios europeos, que siguen siendo los principales clientes, importaron productos por un valor de 319.100 millones de euros.Alemania tiene el PIB y la cifra de población más altos de la Unión Europea, lo que la convierte en el mercado más importante del continente.

Quinto mayor inversor en España

Alemania ocupa el quinto lugar entre los mayores inversores en nuestro país, con una inversión directa acumulada cercana a los 28.000 millones de euros en 2011; la inversión española suma 13.000 millones, se_gún la Cámara de Comercio Alemana en España. Walther von Plettenberg indica: "No conozco ni una sola empresa alemana que haya desinvertido en los dos últimos años porque el mercado español haya dejado de interesarle. Desde luego, influye la apuesta a largo plazo alemana".La actividad inversora germana en el extranjero está estabilizada en un nivel alto, según la última encuesta de la Federación Alemana de Cámaras de Industria y Comercio (Inversiones en el extranjero de la industria). China continúa siendo un polo de atracción para el capital germano. Muchas empresas identi_fican también el resto de Asia como un mercado interesante para sus inversiones. Sin embargo, Europa vuelve a centrar con fuerza su interés.

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