_
_
_
_
Breakingviews
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

España e Italia resisten sin rescate

Ha encontrado la eurozona un arma tan poderosa contra la crisis que nunca tendrá que usarla? La mera amenaza del programa de compra de bonos del Banco Central Europeo (BCE) ha reducido los intereses para España e Italia, haciendo menos necesario el rescate. Este limbo podría continuar. Para Italia, un rescate es por ahora improbable. El coste medio de la deuda nueva está en un 3,3%, por debajo de los niveles históricos. Salvo una crisis política tras las próximas elecciones, será difícil que lo reclame.

España está más cerca del borde. Se esperaba que el presidente Mariano Rajoy solicitara un rescate tras las elecciones en Galicia y el País Vasco, y un préstamo de 30.000 millones de euros. Pero Madrid ya casi se ha financiado para acabar el año. Los intereses del bono a diez años siguen altos, sobre el 5%, pero Madrid amortigua el golpe recaudando más dinero en plazos más cortos. El año que viene será más difícil. Según UBS las emisiones podrían llegar a 123.000 millones de euros, teniendo en cuenta las necesidades de financiación del déficit, las autonomías y la seguridad social, por encima de 86.000 millones este año.

Las mayores necesidades de financiación debería elevar los costes de endeudamiento, pero podría no ser suficiente para obligar a un rescate. España podría mantener a sus inversores durante meses solo dando a entender que podría pedir ayuda al BCE. Los inversores se asustarían en caso de un dramático shock económico, pero los mercados ya esperan que el país no alcance los objetivos de déficit para este año y el próximo.

Pero España podría encontrar algunas ventajas en el programa del BCE: reduciría los costes de financiación tanto para bancos como para empresas, ayudando a la economía. Uno de los obstáculos es que España insiste en que dejará el déficit presupuestario en el 6,3% del PIB este año, y en el 4,5% en 2013. Las compras del BCE están condicionadas a que se cumplan los objetivos económicos. Aflojarlos de antemano ahorraría algún sonrojo.

Archivado En

_
_