Ofensiva de Draghi en Berlín para aplacar el vía crucis de España
Todo está listo para que el BCE lleve a cabo sus compras de deuda. Excepto por algunos detalles, como los recelos que suscita en Alemania el programa. Mario Draghi busca sortear ese obstáculo. Ha defendido su plan en el Parlamento alemán con el argumento de que "el mayor riesgo para la estabilidad de precios está la caída de precios". Niega además una "financiación encubierta" a los Gobiernos.
La canciller alemana Angela Merkel ha tenido que remover muchos obstáculos para que el plan de compra de bonos del Banco Central Europeo esté en la posición en la que está actualmente: listo (al menos en teoría) para ser aplicado.
El presidente del BCE, Mario Draghi, trata de eliminar los que quedan ahora: las reticencias de parte de la Cámara baja alemana (Bundestag), y los del Bundesbank, el organismo más influyente dentro del emisor del euro. En su discurso ante el Parlamento alemán, Draghi ha señalado que las operaciones de compra de deuda del BCE "no va a conducir a la inflación", de acuerdo con un comunicado proporcionado por el Banco Central Europeo. "A nuestro juicio, el mayor riesgo para la estabilidad de precios está la caída de precios en algunos países de la zona euro", dijo. "En este sentido, las Operaciones Monetarias Directas (OMT en inglés) no están en contradicción con nuestro mandato: de hecho, son esenciales para asegurar que podemos seguir para lograrlo."
A juicio de Draghi, las "OMT no implican una financiación encubierta de los gobiernos", ha señalado el italiano. "Todo esto es plenamente compatible con el Tratado y la prohibición de financiación monetaria. Por otra parte, se centrará en los plazos más cortos y dejará espacio para la disciplina de mercado".
Draghi incidió en que este tipo de intervenciones están diseñadas para enviar una "clara señal" a los inversores de que sus temores sobre la zona euro son "infundados", y recalcó que esta medida tiene como condición la petición de ayuda al fondo europeo de rescate.
El presidente del BCE subrayó que antes de anunciar el programa OMT se analizaron "muy cuidadosamente" los posibles riesgos y se diseñaron las formas de minimizarlos, aunque reconoció que es consciente de que existen en Alemania personas que aún tienen dudas sobre el impacto de la política del BCE.
Este encuentro se enmarca dentro de la ofensiva diplomática de Draghi en Alemania para explicar su plan de compra de deuda soberana de los países en crisis a cambio de una estricta condicionalidad. Dentro de esta estrategia el presidente del BCE se entrevistó ya recientemente con la canciller alemana, Angela Merkel, y dictó una conferencia ante la patronal de la primera economía alemana.
Lentamente, la tozuda mandataria alemana y su influyente ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, van salvando reticencias. Incluso en el seno de su socio de Gobierno, el partido hermano de la CDU en Baviera, la socialcristiana CSU, hasta ahora extremadamente crítico con esta posibilidad. Gerda Hasselfeldt, una de sus dirigentes parlamentarias, ha dicho que "la compra de bonos puede ser necesaria para asegurar la meta de la estabilidad monetaria".
Sin embargo, la cercanía de las elecciones generales en la locomotora europea hace que las fuerzas políticas se muestren críticos con un desembolso que favorece a los países del sur y amenaza con la temida inflación. El diputado liberal Frank Schäffler (FDP), líder de la corriente euroescéptica dentro del tradicional partido bisagra, incluso ha llegado a cuestionar las aptitudes de Draghi para su cargo. El diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung se hacía hoy eco de algunas voces críticas desde la bancada democristiana (CDU/CSU), la más nutrida del Bundestag.
Discurso de Draghi
En la reunión de Draghi con parlamentarios alemanes estaba convocado un reducido grupo de miembros de las comisiones parlamentarias de Presupuestos, Finanzas y Europa. La reunión tiene un formato abierto y un carácter informal, ya que no tenía cabida legal una intervención de Draghi ante el pleno del Bundestag o ante una comisión parlamentaria concreta.
"Buscamos que el crédito bancario fluya, buscamos una buena transmisión de la política monetaria. No [buscamos] financiar a gobiernos", afirmó en su discurso ante los empresarios el pasado septiembre. Draghi ha subrayado que su plan "no se aleja del mandato" del BCE de asegurar la estabilidad de precios, como critican sus detractores, sino que se diseñó para poder cumplirlo.
Ha añadido que su propuesta busca "eliminar miedos infundados" sobre el futuro la eurozona, unos temores que distorsionan los tipos de interés en el seno de la Unión Económica y Monetaria (UME).
Draghi ha enfatizado al defender su plan que ésta es una medida "puente", no un sustitutivo, que se implementa mientras se aplican y dan fruto las medidas de "consolidación fiscal" y "mejora de la competitividad", y que Berlín defiende como solución a la crisis.
Por eso, ha instado reiteradamente a los ejecutivos de la zona euro a "perseverar" en estas medidas e indicado que si las mantienen, la eurozona podría volver al crecimiento económico "el próximo año", porque ya se ven "progresos".
El presidente del BCE ha reconocido no obstante que su plan tiene riesgos, como ha señalado públicamente el Bundesbank (banco central de Alemania), y que él "en gran medida comparte".
Grecia
Mario Draghi ha evitado pronunciarse sobre las informaciones que apuntan a que Grecia obtendrá definitivamente dos años más para aplicar su programa de ajustes y reformas.
"La revisión (del informe sobre la situación financiera helena) no está terminada. Hay partes aún pendientes de definir. Yo no comento rumores", aseguró el presidente del BCE, una de las tres instituciones que conforman la troika que examina las cuentas griegas.