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Tiene obras en marcha por 3.600 millones en Texas y pujará por nuevas rutas de pago

Ferrovial ultima una ofensiva en EE UU tras abrir su tercera autopista en el país

Ferrovial ha concluido su tercera autopista en concesión en EE UU, la SH-130 de Texas, tras 1.400 millones de dólares de inversión. En breve prevé una nueva adjudicación en el área de Dallas (Texas), presentará oferta para el megaproyecto de la cercana autopista IH-35, y ejecuta obras por 3.600 millones de dólares en la NTE y en la LBJ. EE UU ha pasado de destino objetivo a plaza conquistada.

Empresas españolas están dando muestras en todo el mundo de que se pueden combatir las dificultades para levantar capital destinado a infraestructuras. Es el caso de Ferrovial en Estados Unidos. Concretamente en Texas, donde la firma tiene todo un granero en cartera de obra y explotación de autopistas. Mientras en España no se ha vuelto a tender prácticamente un solo kilómetro de hormigón y asfalto, la alta dirección de Ferrovial inauguró ayer la SH 130 (65 kilómetros) en Austin, a la que se han destinado 1.400 millones de dólares.

Rafael del Pino, presidente de la compañía, calificó a Texas durante el corte de la cinta como un Estado visionario, y ala ejecución del proyecto SH130 como un hecho histórico. Cintra, 100% de Ferrovial, se encargará de cobrar los peajes durante los próximos 50 años.

En puntos del mapamundi como este, el grupo de la familia Del Pino está consiguiendo hitos que no se dan en España, ni prácticamente en Europa: financiar proyectos greenfield (que requieren obra)con bonos a 30 años desde su arranque; captar créditos blandos federales; comprometer fondos de pensiones estadounidenses en el capital, e implantar modelos de pago electrónico en sus carreteras, sin barreras y con precios que dependen del grado de congestión.

Ahora, sus planes en EE UU no quedan en la nueva autopista de Austin. Ferrovial es una de las cuatro precalificadas para pujar por la remodelación y construcción de nuevos carriles en el lado este de la IH-35, al norte de Fort Worth (Texas). La infraestructura en su totalidad requerirá unos 5.000 millones de dólares de inversión y Ferrovial trata de acceder a una primera fase con obras valoradas en unos 1.500 millones de dólares. Las ofertas deben presentarse en torno al 19 de noviembre.

De forma paralela, su equipo ha negociado en los últimos meses con el Departamento de Transportes de Texas para encargarse de la modernización, peaje dinámico incluido, de dos tramos de la autopista North Tarrant Express (NTE), en la que la compañía tiene ya en ejecución otros dos segmentos (21 kilómetros) por 1.500 millones de dólares que serán gestionados por Cintra durante 52 años. La extensión del contrato, según Belén Marcos, consejera delegada de la NTE, podría hacerse firme antes de que concluya el año. Esto incluiría nuevas obras sin detener el tráfico en 16 kilómetros, por unos 1.200 millones de dólares, y la explotación de nuevos carriles de pago durante 52 años.

La citada North Tarrant Express (NTE), hoy colapsada por 150.000 vehículos diarios, entrará en servicio en junio de 2015. Ferrovial controla el consorcio que se alzó con la concesión, con un 56,7% del capital; el fondo francés Meridiam tiene un 33,33%, y el fondo de pensiones de la Policía y los Bomberos de Texas (DPFPS) maneja el 10% restante.

Ya en la vecina autopista LBJ, de 21 kilómetros y con un tráfico actual de unos 270.000 vehículos diarios, la inversión en la fase de construcción se va hasta los 2.100 millones de dólares. Los socios en la concesión se repiten, con Cintra liderando el capital con un 51%, y su tarea pasa por reconstruir prácticamente toda la infraestructura y habilitar dos carriles de pago por sentido de circulación. Estos serán conservados y operados por la firma española durante 52 años y se basarán, como también sucederá en la NTE, en un sistema flexible de tarifas fijadas en función del tráfico y siempre sin barreras.

La fecha para entregar la obra de la LBJ, que fue ganada en liza con ACS, está fijada en diciembre de 2015. Antonio Álvarez, consejero delegado de la concesionaria, apunta que el reto es jugar con las tarifas para mantener un tráfico fluido que garantice velocidades mínimas de 50 millas por hora (80 kilómetros por hora).

Ferrovial Agromán trabaja con unas 2.500 personas para entregar las obra de la NTE y LBJ en tiempo y forma, cuestión de la que se encargan Mario Móstoles y José Carlos Esteban, mientras Cintra debe dar con la fórmula, a través de sus tarifas flexibles, para estimular el tráfico de pago durante el próximo medio siglo en un Estado que ha apostado abiertamente por el peaje.

Carreteras sin barreras y con precios flexibles

- 1. Los dos peajes que está construyendo Ferrovial en Texas están basados en el sistema managedlanes, existente ya en Los Ángeles (SR-91), San Diego (I-15) o Denver (I-25). Este carece de barreras, funciona de forma electrónica y va asociado a las cuentas corrientes de los usuarios, previamente registrados. La tarifa depende del grado de congestión de las autopistas, siendo más cara la circulación en hora punta. Con ello se evita la congestión y se garantiza un tiempo para cubrir el recorrido.- 2. La concesionaria de la LBJ puso sobre la mesa 668 millones de dólares como capital propio. El resto fue aportado por bonistas (606 millones de dólares) que cobran un interés fijo del 7,5% cada semestre; fondos blandos de Tifia (850 millones) y el propio Estado de Texas (498 millones). La concesionaria no pagará dividendos en los próximos 20 años como compromiso con los financiadores del proyecto. Para Enrique Díaz Rato, consejero delegado de Cintra, se trata del ejemplo palpable de la involucración de los poderes públicos en la construcción de nuevas infraestructuras.

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