Un ensayo (real) de cambio de modelo productivo
En los inicios de la crisis, el Gobierno español hizo una reflexión sobre la necesidad del cambio de modelo productivo. Era 2008 y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria explotaba en la cara. La alternativa, una apuesta por la I+D y por la innovación para desarrollar otros sectores que fueran capaces de generar empleo. Pero la crudeza de la crisis y el recorte de gasto de los últimos meses se han llevado por delante las buenas intenciones. Salvo en un lugar, Navarra.
Tras dos años de reflexión, iniciados en 2008, el Parlamento foral aprobó en 2010 el nuevo modelo de desarrollo económico para Navarra (Plan Moderna), impulsado por UPN y los socialistas con el apoyo de UGT y CC OO (la oposición de ELA y LAB), patronal y de las dos universidades de la región. Llevaba aparejado la creación de una fundación público-privada, que es la encargada de velar por los avances e impulsar nuevos proyectos. "Actualmente contamos con 70 equipos formados por empresas, Administración, universidades y centros tecnológicos para avanzar en iniciativas", cuenta Cernin Martínez Yoldi, director general de la Fundación Moderna.
"El plan está pensado como un árbol", explica Martínez Yoldi. "Las ramas son 13 clusters de áreas en las que podemos ser fuertes y las raíces son elementos transversales" como el emprendimiento, la I+D+i, la internacionalización o las infraestructuras.
844 patentes es el número total que se debe producir en Navarra en el 2030
La comunidad ha apostado por esos 13 campos agrupados en tres grandes áreas: economía de la salud (aparatos médicos, biomedicina y servicios sanitarios), economía verde (energías renovables, vehículo sostenible, industria agroalimentaria...) y economía del talento (educación o servicios empresariales...). En todas estas actividades ya existían empresas y centros punteros en los que apoyarse.
Por ejemplo, allí estaban la Universidad Pública de Navarra, de la que han surgido 45 compañías de base tecnológica en los últimos tres lustros, y la Universidad de Navarra (del Opus Dei), que invirtió el pasado año 16 millones de euros en I+D en 481 proyectos. A este último centro está asociada la prestigiosa Clínica Universidad de Navarra.
También en el sector de la salud cuenta con otros actores como la compañía de genéricos Cinfa, Idipharma o 3P Biopharmaceuticals, todas ellas con proyectos de investigación propios y participación en Moderna. Existen otros sectores muy potentes en innovación, sobre todo el de energías renovables, impulsados por la sociedad pública de financiación Sodena. Gamesa y Acciona cuentan con sus centros de I+D en Pamplona, junto al Cener (el Centro Nacional de Energías Renovables). En maquinaria, MTorres fabrica para la industria aeronáutica, la del papel y la energía eólica. Y en agroalimentación cuentan proyectos de innovación como General Mills, el grupo IAN y Viscofan. El plan establece un sello Moderna para las empresas que acrediten incidir en una de las áreas prioritarias de innovación en Navarra y, a cambio, permite acceder a una línea de financiación específica del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
El presupuesto de Navarra para I+D fue de 50 millones de euros en 2011, pero Yoldi destaca que Moderna no está pensada para que las empresas solo capten recursos públicos, de hecho, el sector privado debe comprometerse a cofinanciar los proyectos. Como muestra, un dato: el 70% de los recursos son privados, frente al 50% de la media en España. Este año, la comunidad ha conseguido 250 millones de euros del BEI dirigidos al impulso de nuevos proyectos de emprendedores.
Para velar que el proyecto se cumpla, Navarra se ha impuesto unos indicadores hasta el año 2030. Entre ellos, posicionarse como la vigésima región más rica en PIB per cápita de Europa (del actual puesto 32), llegar al 3% del PIB invertido en I+D+i en 2020 y el 4% en 2030. De momento, alcanza el 1,97% y tiene que llegar al 2,20% en tres años.
El CIMA 'biotec' con socios de lujo
Un referente privado de investigación en la región es el CIMA (Centro de Investigación Médica Aplicada) de Pamplona. Surgió hace 10 años como entidad independiente a partir de la Universidad de Navarra y de su clínica universitaria. Su actividad consiste en el desarrollo de fármacos en oncología, neurociencias, cardiovascular, terapia génica y hepatología.Desde el primer momento dispusieron con unos socios de lujo, 15 en total, por un valor de 150 millones de euros de inversión, como BBVA, El Corte Inglés, Pontegadea (sociedad de Amancio Ortega), Omega Capital (Alicia Koplowitz), Grupo Masaveu o Grupo Fuertes.En el centro trabajan 350 personas de 23 países, de los que unos 180 son doctores. Y actualmente tienen 45 patentes activas en diferentes fases de desarrollo: tres moléculas en fases clínicas y cinco en preclínica.Como spin-off del CIMA nació la firma Digna Biotech con una inversión inicial de 30 millones de euros, con la misión de llevar las patentes hasta el mercado. Busca socios productivos y comerciales para desarrollar a través de estudios preclínicos y ensayos clínicos las innovaciones que están en cartera. Hay ya cuatro fármacos en fase clínica.