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El presidente de Reyal es el último de los señores del ladrillo que quedaba por caer

Rafael Santamaría, el último mohicano

Rafael Santamaría, presidente de Reyal Urbis, es el último de los señores del ladrillo que faltaba por caer. El empresario se une así a la lista de inmobiliarios que en 2006 llevaron a cabo grandes operaciones que han salido de sus empresas: Joaquín Rivero y la familia Sanahuja (Metrovacesa); Luis Portillo (Colonial) o Enrique Bañuelos (Astroc).

En febrero de este año Reyal Urbis empleó una imagen del actor español Paco Martínez Soria para ilustrar una de sus ofertas de Promodomus, inmobiliaria participada por Reyal y Banesto. En la página de internet de Reyal, la compañía dedicaba un espacio a la venta de promociones de Promodomus con descuentos, aseguraba, de hasta el 35%. En el anuncio en la web de Reyal aparecía una fotografía del popular actor, fallecido en 1982, acompañado de un texto que decía: "Somos más insistentes que Don Erre que erre". "Por eso rebajamos los pisos un 30%".

Don Erre que erre es el título de la película de 1970 dirigida por José Luis Sáenz de Heredia y protagonizada por Paco Martínez Soria, quien da vida a un padre de familia, pequeño empresario, famoso por su terquedad. El personaje es capaz de parar el tráfico del centro de la capital por una discusión con un guardia que le ha multado. O de enfrentarse a un banco al que reclama 257 pesetas.

La insistencia de Don Erre que erre es similar a la del presidente de Reyal Urbis, Rafael Santamaría. Es de los pocos empresarios del boom que sigue siendo presidente y primer accionista de una gran inmobiliaria. Se ha resistido tanto a entregar la compañía a los bancos acreedores como a declarar el grupo en concurso.

La última medida anunciada por el grupo, declararse en preconcurso, supone que Santamaría, de momento, mantendrá el cargo. El preconcurso supone que ningún acreedor puede instar el concurso del grupo y evita así que en el futuro el concurso de acreedores pueda ser declarado, a priori, culpable. La declaración de concurso culpable supondría que los acreedores pueden apartar a Santamaría del grupo e incluso que fueran embargados sus bienes para pagar a los acreedores.

Otros grandes empresarios del sector que, como Santamaría, acometieron en 2006 grandes operaciones de compra, han sido apartados de sus grupos o estos han sido declarados en concurso.

La familia Sanahuja y Joaquín Rivero se enzarzaron en una guerra multimillonaria por el control de Metrovacesa en 2007; Luis Portillo lanzó una opa sobre Colonial invirtiendo en total cerca de 7.000 millones de euros al comprar además el 15% de FCC y la inmobiliaria Riofisa; Enrique Bañuelos sacó a Bolsa la sociedad valenciana Astroc, cuyos títulos pasarían de valer en Bolsa 6 euros a más de 70 en unos meses; Fernando Martín acordó la adquisición de Fadesa con Manuel Jove por 4.045 millones.

De todos ellos, solo Santamaría sigue al frente de la misma compañía. Exceptuando a Fernando Martín, que mantiene el control de Martinsa Fadesa. Hace unos meses la empresa del expresidente del Real Madrid dejó atrás la situación concursal en la que se encontraba desde junio de 2008 cuando, con 7.000 millones de euros de deuda, comunicó el mayor concurso de la historia empresarial española.

Metrovacesa está ahora controlada por bancos acreedores, siendo su primer accionista Santander, con el 34,8% del capital.

Portillo abandonó Colonial a finales de 2007; la compañía también está en manos de sus bancos acreedores, Royal Bank of Scotland, Commerzbank y Crédit Agricole.

Bañuelos abandonó Astroc y puso rumbo a Brasil; Astroc es ahora Quabit, controlada por Félix Abánades, presidente además de la constructora Rayet cotizando por debajo de los 0,1 euros por acción.

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