Economía se propone abrir el mercado de deuda pública a los particulares
El Gobierno quiere ampliar la base de inversores en deuda pública española y para ello negocia con BME su inclusión en la plataforma Send, ahora reservada a la renta fija privada. El objetivo es que los particulares puedan comprar y vender renta fija soberana como si fuera acciones. Eso sí, todavía no hay un calendario de cuándo se pondrá en marcha la iniciativa.
El Ministerio de Economía, a través del Tesoro, y BME se disponen a lanzar un servicio que romperá los esquemas clásicos de inversión en renta fija pública. Comprar deuda en el mercado primario es relativamente fácil para los particulares. El Estado se ha preocupado en promocionar las subastas que periódicamente efectúa el Tesoro con campañas publicitarias.
Cualquier persona puede adquirir deuda soberana en una colocación pública como las que habitualmente se realizan los martes y los jueves. Hay que disponer de una cuenta en el Banco de España o dar la orden de suscripción a través de un intermediario, ya sea una entidad financiera, una agencia o una sociedad de valores.
El asunto se complica a la hora de poder comprar o vender en el mercado secundario, reservado casi en exclusiva para los institucionales. Así se produce un doble problema. Primero, adquirir directamente deuda sin tener que pasar por una subasta es extremadamente complicado para un particular. Segundo, obtener liquidez también es difícil. Se puede lograr pero lo lógico es que los particulares se queden con su letra, bono u obligación hasta el vencimiento. Y es que las operaciones de compraventa en deuda soberana se realizan de tú a tú por parte de institucionales o a través de plataformas como la española Senaf (Sistema Electrónico de Negociación de Activos Financieros), propiedad de BME, o de la italiana MTS.
La gran novedad vendrá con la introducción de la deuda pública española en el Send, el mercado de BME creado para los inversores particulares en mayo de 2010. Nació con la intención de que en él cotizaran participaciones preferentes, obligaciones subordinadas, bonos simples, cédulas y pagarés. Y es que su objetivo inicial era dar liquidez a las emisiones de deuda bancaria comercializadas entre los pequeños clientes de oficina. En esta plataforma existe una lista de órdenes a la compra y otra a la venta -como en la Bolsa- que van cruzándose a medida que van casando.
Desde un gran bróker nacional explican que ya están trabajado en el desarrollo tecnológico y desde BME, confirman que el tema está hablándose con el Tesoro. Si bien, todavía no existe un calendario claro para su puesta en marcha, explican fuentes financieras. "Eso sí, es una mera cuestión técnica listar en la plataforma las en torno a 50 referencias de deuda fija pública que cotizan ahora", añaden estas fuentes.
El número de entidades que operan en el Send ha ido creciendo desde su constitución y ahora mismo son 31: ocho sociedades de valores, la CECA, una cooperativa de crédito y 21 bancos. Caixabank, Santander, Popular, Bankia y Renta 4 son algunas de las firmas que participan en el mercado. Es cierto que la automatización del servicio que prestan estas entidades dista de ser total para el pequeño inversor. Este a menudo ha de comunicar su intención de comprar o vender un determinado activo en su oficina y esta será la que se lo comunicará a la mesa de renta fija de la firma.
Hay entidades que ya están poniéndose las pilas para dar un impulso definitivo a esta plataforma. "Al igual que los pequeños inversores compran y venden directamente en la Bolsa desde sus propios ordenadores, el objetivo es que la renta fija -ya sea pública o privada- pueda adquirirse con la misma facilidad", explican fuentes del mercado. Lo que ocurre es que aún faltan desarrollos tecnológicos que posibiliten esta operativa por parte de las entidades.
Dependencia
La iniciativa que promueve el ministerio de Economía de incentivar la contratación de deuda soberana por parte de inversores particulares busca además romper con la elevada dependencia que las subastas del Tesoro tienen de la banca, aunque el camino para rebajarla sea aún muy grande.
De hecho, el volumen de deuda pública en manos de personas físicas supone un ínfimo 1,05% del total, según los últimos datos del Tesoro del mes de agosto. La cifra contrasta con los niveles de los primeros años de implantación del euro, cuando oscilaba entre el 5% y el 6%, y con los niveles previos a la crisis. Al cierre de 2007, ese porcentaje era del 3,25% y ha ido menguando a medida que se recrudecía la crisis de deuda soberana y a la vista también de la fuerte competencia en rentabilidad que han supuesto los depósitos bancarios frente a las letras del Tesoro, el activo de deuda pública que más atrae el interés del particular.
Obstáculos
Hasta el momento, el interés de las entidades financieras en promocionar la deuda soberana entre sus clientes de oficina ha sido mínimo. Primero ofrecen sus propios productos; después sus depósitos y, en última instancia , fondos de inversión o productos estructurados.
Los bancos siempre han marcado las reglas
La mínima tenencia de deuda de los particulares españoles contrasta con la mayor implicación que se aprecia en otros países del sur de Europa como Italia, donde el pequeño inversor posee el 15% del saldo total. En España, las adquisiciones de banca nacional son el gran sustento del Tesoro. El 34% de la deuda soberana está en manos de la banca española, una hegemonía que se ha alimentado con la denominada operativa de carry trade, por la que la abundante liquidez obtenida por las entidades financieras del BCE se ha destinado en buena parte a la adquisición de deuda soberana, con rentabilidades atractivas.La presión sobre la deuda española se ha rebajado en los dos últimos meses, desde que el BCE anunciara su disposición a comprar deuda en el mercado secundario a cambio de una petición previa de ayuda. La expectativa de que España pida por tanto un rescate a sus socios europeos, por el que el mercado apuesta de forma rotunda, ha dado de hecho un nuevo atractivo a la deuda soberana española. Quienes compren ahora cuentan con la promesa de que el BCE adquirirá activos soberanos de España, una oportunidad de ganancia de la que podrían beneficiarse los inversores particulares si la iniciativa que ahora promueve Economía a través de la plataforma de BME se materializa antes de que acabe el año.