Soria, los carburantes y cómo marear la perdiz
Entre la mucha pólvora que ha descubierto José Manuel Soria desde su llegada al Ministerio de Industria destaca especialmente la situación del mercado de los carburantes, cuya escasez de competencia vienen denunciando desde hace tiempo la CNC y la CNE. Cómo si no se explica que, ante su asombro por la evolución de los precios de los carburantes, que han registrado récord en plena depresión económica, solicitase sendos informes sobre dicho mercado a estos organismos.
¿No sabía acaso el ministro canario que la autoridad de la Competencia ya publicó un estudio en junio, cuándo él ya era ministro del ramo? Dicho informe, que suponía una actualización de otro más polémico publicado en 2009 (y que revisó también en 2011), fue arrojado a la papelera por el Gobierno y vapuleado por las petroleras. Tras conocerse el del año pasado, el propio presidente de Repsol, Antonio Brufau, amenazó con llevar a los tribunales a su homólogo de la Comisión Nacional de la Competencia, a la sazón, Luis Berenguer.
La conclusión, corroborada por la CNE en análisis paralelos, ha sido una y otra vez que en el mercado de distribución de carburantes español hay una "competencia efectiva insuficiente" debido a que se concentra en tres manos: las de Repsol (con una cuota del 40% por número de gasolineras); Cepsa y BP (entre las tres suman el 63%).
Además, opina que estos operadores ejercen una clara influencia en el propietario y gestor de la red de oleoductos, CLH, en cuyo capital participan. Para resolver el problema de la concentración, Competencia recomienda que se facilite la entrada a operadores alternativos, aunque para ello es necesario no solo eliminar barreras en el mercado minorista (una medida que por sí sola no resolvería el problema), sino también en el mercado mayorista, donde tienen ventaja las empresas con capacidad de refino. A este respecto, considera imprescindible que se aplique a CLH_el mismo estatus regulatorio que tiene los otros gestores de redes energéticas: REE y Enagás. Así, pide que se limite la participación de cualquier accionista en el capital de CLH al 5% y los derechos de voto al 3% (de tratarse de un operador del mercado, no debería superar el 1%).
Por otra parte, reclama la incompatibilidad en los órganos de gobierno de CLH para las personas vinculadas directa o indirectamente con los operadores, en alusión a que el actual equipo directivo procede de la época en que Repsol controlaba la heredera del viejo monopolio de petróleo (Campsa), que dio lugar a CLH.
Otra petición sensible es que las tarifas y los descuentos por el uso de la red de oleoductos sean autorizados por el regulador y que exista un mayor control y transparencia del acceso de terceros a los tubos y el almacenamiento. CLH se defiende una y otra vez argumentando que cuenta con los peajes más baratos de los países de nuestro entorno, algo por lo que ha sido premiada.
Para abrir el mercado minorista, aguas abajo, la CNC pide también que se agilicen los trámites y los plazos para instalar nuevas refinerías. El fracaso del único proyecto para construir una planta de este tipo en España, el del grupo Balboa en Badajoz, estaría en el trasfondo de esta recomendación.
Ya en el mercado minorista y para facilitar la instalación de nuevas estaciones de servicio, el informe recomienda que las normas de urbanismo no limiten los emplazamientos; que se exijan los mismos requisitos respecto al suelo que a cualquier actividad comercial y que se restrinja la apertura de gasolineras a quienes dominan los mercados locales (municipios o carreteras).
Por último, según Competencia, se debería reducir la duración de los contratos de suministro en exclusiva; limitar las recomendaciones de precios de venta a los gasolineros y endurecer las restricciones de voto y el cruce de consejeros entre operadores. Aún puede verse en algún consejo a ejecutivos de empresas competidoras.
Tras la publicación del informe sobre carburantes (quizás el último de este tipo que elabore la CNC antes de su desaparición en el primer semestre de 2013), Soria ha anunciado que adoptará algunas de sus recomendaciones y que abordará, como no podía ser menos, una reforma de este mercado. De proceder en consecuencia, sería la primera vez que un Gobierno acepta el análisis y las conclusiones de Competencia sobre el mercado de los carburantes. Según datos de la CNE que recoge ese organismo, España, al ser uno de los países de la UE con menos impuestos sobre los combustibles de automoción, se situó en 2011 en quinto lugar por precios de venta al público más bajos. Por contra, fue el tercero con los precios antes de impuestos más caros, en el caso de la gasolina de 95, y el sexto, en el del gasóleo. Conclusión: el margen bruto de distribución de las petroleras en España está entre los mayores de la Unión, reitera Competencia.
Las petroleras niegan la mayor argumentando que las comparativas son incorrectas, pues las metodologías de recogidas de datos varían según los países. Para la CNC, estas diferencias no afectan significativamente al resultado final y, lo que es más importante, "no restan validez a las comparaciones en lo que se refiere a la evolución temporal de los márgenes", que en España han crecido un 20% (gasolina-95) desde 2007, en que comenzó la crisis, y 2010. Algo que sorprende aún más si se tiene en cuenta que el consumo de ese tipo de gasolina cayó un 14% en dicho periodo.
Pocos confían en que Soria sea capaz de sortear laspresiones de las petroleras y recuerdan cómo cayó en saco roto el deseo de Industria de aplicar un céntimo verde al impuesto de hidrocarburos. Bueno, se aplicará, pero al gas natural.