Guindos quiere mantener a raya a los especuladores en la Bolsa española
La CNMV deberá decidir el 23 de octubre sobre el veto a las posiciones cortas. El Ministerio de Economía es partidario de mantener la protección sobre las cotizadas en unos momentos difíciles para España. El supervisor que preside Elvira Rodríguez se encuentra en una encrucijada: atender al deseo de Luis de Guindos y de las cotizadas de blindar la estabilidad del mercado o seguir los pasos del resto de supervisores bursátiles europeos.
Inversores, especuladores y cotizadas tienen subrayada en rojo una fecha en el calendario: el 23 de octubre de 2012. Ese día, teóricamente, se levanta el veto sobre las posiciones cortas acordado el pasado julio por el expresidente de la CNMV, Julio Segura. España es el único país de la zona euro que mantiene la prohibición, pues Italia la revocó el pasado 12 de septiembre.
Elvira Rodríguez, que el lunes tomó posesión como presidenta del supervisor de los mercados, tendrá que decidir. La exdiputada del PP, cercana a Cristóbal Montoro, tiene que lidiar con una decisión trascendental para la Bolsa española, una de las referencias más seguidas por los inversores extranjeros para tomar la temperatura del país.
Fuentes conocedoras de la situación explican que el Gobierno es partidario de mantener la situación tal y como está. Es decir, de prolongar la restricción sobre las apuestas bajistas en la Bolsa española. Y fuentes financieras dan por hecho que se mantendrá el veto a las posiciones cortas, a pesar de que ahora mismo el mercado español es una isla en medio del océano europeo. El pasado 14 de septiembre, Italia -el único país de la zona euro que había tomado la decisión de prohibir las apuestas bajistas- volvió a permitir a inversores y especuladores apostar contra sus cotizadas.
La CNMV, en cambio, no revocó la prohibición, y la presión desde el Gobierno para que no lo haga es elevada. Prolongar el veto sería, en cierta manera, una contradicción del propio supervisor, a tenor de sus comunicaciones pasadas. "Puede estar generando algunos efectos adversos sobre la actividad, la liquidez y la profundidad del mercado, por lo que resulta preciso limitar en lo posible su periodo de vigencia", ha llegado a asegurar.
La primera restricción fue decretada el 11 de agosto de 2011 en coordinación con la Autoridad Europea de Valores y Mercados (Esma, según sus siglas en inglés) y junto a otros tres países: Italia, Bélgica y Francia. La CNMV prorrogó la prohibición hasta el pasado 15 de febrero, cuando acordó levantarla puesto que "la situación de extrema volatilidad [...] había remitido en las últimas semanas".
La revocación del veto se tomó en contra de la opinión del actual ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, quien consideraba que exponer de nuevo al sector financiero a ataques especulativos ponía en serio peligro la tímida recuperación de la renta variable española. El supervisor, presidido entonces por Julio Segura, decidió sumarse al resto de los países y devolvió plena libertad al mercado. Con el recambio en la presidencia de la CNMV, se allana el camino para que Gobierno y regulador vayan de la mano en la decisión.
Es cierto que CNMV dispone de argumentos a favor de mantener el veto pero también de levantarlo. Por un lado, se mantiene la "vulnerabilidad del sistema financiero español". El desembolso del rescate bancario todavía está por llegar y los inversores dan por sentado un segundo auxilio, esta vez para la deuda soberana. Por otro, el argumento de la tensión ha perdido sentido, pues desde el cierre del 23 de julio el Ibex ha avanzado un 31,6%. Una postura intermedia sería levantar el veto para las sociedades no financieras -la prohibición actual, a diferencia de la decretada en agosto del año pasado afecta a absolutamente todas las cotizadas-, si bien algunos sectores serían víctimas de un agravio comparativo. Desde un grupo constructor que cotiza en el Ibex defienden que se mantenga el veto para todos los valores.
El conjunto del empresariado español, y en especial del sistema financiero, vive estos días pendiente del momento en que el Gobierno se decidirá a solicitar la ayuda financiera que garantice su acceso a la financiación del mercado. Y la expectativa de esa petición ha dado una tregua al mercado español que podría romperse si se abre de nuevo la puerta de la Bolsa a la inversión más especulativa.
"El Gobierno y la CNMV deben cerrar filas para que se prorrogue el veto a las ventas a corto", defienden en una entidad financiera. La cercanía del momento en que el Gobierno solicitará nueva a ayuda a Bruselas, después de la pedida para la banca, ha aligerado a la prima de riesgo por debajo de los 400 puntos básicos, por primera vez desde abril, y ha devuelto al Ibex sobre los 8.100 puntos.
El avance del selectivo español, que se anotó un 5,86% entre el cierre del lunes y el del miércoles, se ha apoyado en las subidas de la banca, en un nuevo ejemplo de que el alivio para la deuda soberana tiene un efecto directo en la renta variable. Así, la esperanza de que el rescate rebaje los costes de financiación para la banca alimenta el avance bursátil, una dinámica que, según reconocen en el sector financiero, podría truncarse con el regreso de las apuestas bajistas, en especial para la banca mediana, que ha demostrado ser la más vulnerable.
La CNMV afronta además la decisión de prorrogar el veto a las posiciones cortas en los preliminares de una operación de mercado crucial para el diseño del mapa bancario español, la ampliación de capital por 2.500 millones de euros con la que Banco Popular desea evitar la inyección de ayudas públicas. Las posiciones cortas suponen en el caso de Popular el 5,763% del capital, según los últimos datos (del mes de octubre) registrados en la CNMV. Han descendido desde el 6,67% de junio, previo a la posterior prohibición de aumento de apuestas bajistas sobre la Bolsa española.
Pero la revocación de ese veto podría devolver a Popular a la primera línea de los ataques especulativos en un momento sumamente crítico para la entidad. De hecho, la ampliación de capital supondrá una fuerte dilución para el accionista, que podría verse aún más desincentivado a acudir a la operación a la vista del efecto bajista que la apuesta de los inversores a corto puede provocar en la cotización. Y de no prosperar la ampliación, se abre un futuro incierto para Popular, que debería rendirse a recibir ayudas públicas y a convertirse en objetivo de operaciones corporativas.
Nuevas reglas a partir del 1 de noviembre
El próximo 1 de noviembre entrará en vigor la directiva sobre ventas a corto, que intenta coordinar las prohibiciones sobre las apuestas bajistas en la zona euro. Sin embargo, en última instancia serán las autoridades competentes nacionales -la CNMV en España- las que continúen tomando la decisión sobre promover, prolongar o revocar una orden de veto de apuestas bajistas. "Algunos hechos o circunstancias adversos que exijan medidas podrían darse en un solo Estado miembro y no tener implicaciones transfronterizas", asegura la directiva.Eso sí, la CNMV, si finalmente decide mantener la prohibición, tendrá que comunicar la medida a la Esma, la autoridad bursátil a nivel europeo, que "debe velar por que las autoridades competentes adopten solo las medidas que resulten necesarias y proporcionadas". De hecho, el supervisor europeo "emitirá en 24 horas un dictamen en el que manifieste si considera que la medida es necesaria para hacer frente a la circunstancia excepcional".El hecho es que Elvira Rodríguez expresó en el discurso de toma de posesión su intención de coordinarse con el resto de los supervisores del resto del Viejo Continente: "Es fundamental acelerar la convergencia de las prácticas supervisoras y evitar el arbitraje regulador y supervisor. Y para lograrlo la participación en organismos como Esma, a nivel europeo, e Iosco (organización mundial de supervisores de mercados), a nivel mundial, es el cauce más adecuado", aseguró. Ahora, si decide prorrogar el veto a las posiciones cortas, Rodríguez deberá convencer de ello a sus homólogos europeos.