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Contante y sonante

¿Y si Sabadell se hubiera quedado con Pastor y Cajastur sin CCM?

Tras cuatro años de reordenación financiera, algunas entidades que partían rezagadas toman ventaja en la carrera por alcanzar el capital mínimo. Y viceversa.

Han pasado ya cuatro años desde que la banca española inició su reestructuración con el cierre de oficinas primero y con las fusiones de cajas después. Han sido cuatro años muy intensos y en los que inicialmente nadie pensaba que el sistema financiero español tendría que ser rescatado. Y sin embargo, aquí está, esperando los fondos europeos, cuyo primer avance se preveía para julio.

Pero ha llegado el otoño y las ayudas de la troika no solo no han llegado aún, sino que España también negocia nuevos ajustes para recibir fondos europeos que restablezcan su cada vez más pertrechada economía. El Gobierno, mientras, juega con las palabras para evitar reconocer públicamente que se está negociando un rescate, que todo apunta a que se pedirá formalmente una vez que estén resueltas las elecciones gallegas y vascas, el próximo 21 de octubre.

"Parece que el Gobierno ha aprendido la lección y negocia las condiciones del rescate para después pedirlo. En el caso de las ayudas a la banca fue a la inversa, primero pidió el rescate y luego negoció las condiciones, y aún estamos esperando el dinero", señalaba el miércoles un conocido banquero. El problema es que la banca española, y sobre todo los bancos nacionalizados, necesitan capital, más tras haberse detectado ya sus déficits de fondos una vez realizados y publicados los test de estrés de OliverWyman. Y el dinero no llegará hasta noviembre e incluso enero.

Mientras, el sector sigue "abierto en canal. Es impresionante, después de tanto tiempo. Santander, BBVA, La Caixa y Sabadell podrían comprar algo, seguro. Pero el número de entidades débiles ha aumentado. Ya no son Bankia, Catalunya Caixa, Banco de Valencia y Novagalicia. También están Liberbank, Caja3 y BMN, cuyo destino estaba ligado a otra entidad, pero cuyos proyectos de fusión se han roto. El futuro de Banco Popular también es una incógnita ahora. Todo depende de la ampliación de capital que tiene previsto realizar antes de diciembre", explica el presidente de una de las entidades mencionadas. Bruselas se ha vuelto impasible.

No quiere fusiones que puedan causar cualquier tipo de dudas almercado. Considera que ya ha habido demasiadas uniones entre cajas de ahorros en España cuyo resultado ha sido un desastre. Incluso en las que no parecía. Solo la integración de las cajas vascas ha sido positiva. Una fusión mal hecha o sin los apoyos financieros suficientes puede arrastrar a una entidad sana al abismo. Un directivo de una entidad recordaba el martes las aventuras de Popular con Banco Pastor y de este con Banco Sabadell, y cómo a veces lo que se considera mala suerte se puede transformar en una auténtica oportunidad.

Popular decidió en septiembre del pasado año absorber Pastor sin ayudas, a pulmón. Esta operación ha sido la gota que ha colmado el vaso de agua del grupo y ha disparado sus necesidades de capital. Ahora el banco que preside Ángel Ron tiene previsto realizar una ampliación de capital por 2.500 millones de euros. Sabadell, sin embargo, fue el gran perdedor en la puja exprés realizada para la compra de Pastor. Se quedó en puertas.

Desde hacía años Josep Oliu había intentado fusionarse con Pastor -también con Popular-, pero esta vez el banquero catalán no lo consiguió. Fue entonces cuando decidió pujar en solitario por CAM. Fue la única oferta, y se llevó lo que todo el sector consideró, "lo peor de lo peor", recordando las palabras del ya exgobernador del Banco de España,Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Pero la inyección de 5.249 millones de euros que había recibido CAM ha sido una bendición para Sabadell. "Santa CAM" la llaman, y no es paramenos. Ha conseguido que Sabadell salga con nota de todos los test de estrés, incluidos los últimos de OliverWyman.

Hace casi dos años, pocos inversores apostaban por Sabadell como uno de los triunfadores de la reestructuración, sino todo lo contrario. Esta operación, además, le permite realizar nuevas apuestas para crecer y no descarta Catalunya Caixa, pero está abierto a otras operaciones. Popular, mientras, si no consigue realizar la ampliación de capital se verá abocado a terminar en los brazos de La Caixa. Aunque todo indica que conseguirá el apoyo del conjunto de su accionariado para mantener su independencia. Una historia similar ha sucedido con Liberbank, fruto de la fusión de Cajastur con CCM, Caja Extremadura y Caja Cantabria.

Este grupo de cajas frustró una operación con CAM ante el agujero que detectaron en la entidad alicantina. Ahora también ha roto con Ibercaja, aunque en esta ocasión la ruptura no ha sido voluntad de la entidad que preside Manuel Menéndez. Las deficiencias de capital de Liberbank de 1.198 millones detectadas en los test de estrés de OliverWyman han desembocado en un nuevo replanteamiento de la fusión con la caja zaragozana.

Lo curioso de la historia de Liberbank es que su principal socio, Cajastur, fue la primera entidad en comprar otra caja, separar su actividad financiera para convertirla en banco y la caja en fundación. Adquirió CCM al Fondo de Garantía deDepósitos gracias, no solo a ser la oferta más barata, sino también a ser la más innovadora. Fue de hecho, la precursora de las cajas convertidas en bancos y su obra social en fundación. Pero tres años después el futuro de Cajastur es tan incierto que puede terminar rescatada.

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