La pugna sobre el papel del BCE frena el rescate de la deuda española
El rescate de la deuda española sigue pendiente de un acuerdo sobre la intervención del BCE y las reformas que debe completar España para beneficiarse de ella. Alemania teme que países de la talla de Francia o Italia intenten también acogerse a la ayuda del emisor si las condiciones para Madrid son demasiado laxas.
Berlín teme que el rescate de la deuda española abra la espita de una intervención masiva y generalizada del Banco Central Europeo (BCE) a la que podrían acabar acogiéndose países como Italia o Francia. Esa amenaza, según fuentes comunitarias, ha llevado al Gobierno alemán a pisar el freno en el llamado plan Draghi.
Aun así, las fuentes consultadas, tanto en Madrid como en Bruselas, confirmaron ayer que los preparativos para una intervención en el mercado de la deuda española están prácticamente concluidos. Pero faltan dos precisiones importantes.
La primera, y más fundamental, se refiere al compromiso de Madrid con las reformas pendientes en el listado planteado por Bruselas (ver columna de la derecha).
La segunda, no menos importante, al visto bueno a ese compromiso por parte de los socios del norte, encabezados por Alemania. Y Berlín se resiste a dar esa luz verde hasta no tener garantizado que los esfuerzos exigidos a España son tan duros que no animan a otros socios a pedir una ayuda tan tentadora como la del BCE.
El presidente del emisor, Mario Draghi, se comprometió el pasado 6 de septiembre, con el beneplácito de Berlín, a rebajar drásticamente la prima de riesgo de los países que se sometan a una intervención del fondo de rescate de la zona euro y suscriban el correspondiente Memorándum de condiciones.
La oferta parecía diseñada a la medida de España, que solo dos meses antes había suscrito ya un Memorándum para el rescate de la banca. Y tras varias semanas de negociación con Fráncfort, Bruselas y Madrid, el Gobierno de Mariano Rajoy parece ya decidido, según adelantó ayer la agencia Reuters, a solicitar la intervención del fondo (MEDE o Mecanismo Europeo de Estabilidad) y del BCE.
Pero Alemania quiere garantizar que la primera intervención de Draghi en el mercado de deuda sienta un precedente suficientemente disuasorio para el resto de socios. Y que, ni directa ni indirectamente, se traduce en una relajación de los esfuerzos de consolidación presupuestaria y de reformas estructurales exigidos, respectivamente, a Francia e Italia.
Fuentes alemanas confirmaron ayer que su principal objetivo es que la nueva modalidad de rescate "se lleve a cabo cuando se den las condiciones adecuadas".
Las mismas fuentes restaron importancia al interés de Berlín por intentar agrupar el segundo rescate de España con el primero de Chipre y la renegociación del de Grecia. Y aunque reconocen que ese paquete podría facilitar la tramitación interna en Alemania, no lo consideran una prioridad.
Berlín teme, sobre todo, que la irrupción del BCE sea irreversible, y por ello ha exigido por adelantado un plan de reformas, con calendario incluido, y los detalles sobre el presupuesto para 2013. Los técnicos reconocen que, una vez en marcha, el rescate de la deuda será difícil de controlar. En los rescates tradicionales, como el de Portugal o Irlanda, la troika puede suspender el desembolso de la ayuda cada tres meses si el país no cumple las condiciones exigidas. Pero la suspensión brusca de la intervención del BCE podría desestabilizar peligrosamente todos los mercados de deuda de la zona euro.
Los preparativos para la intervención en favor de España están casi listos
Rajoy: la petición "no es inminente"La lista de tareas pendientes
Relajado y con un humor a prueba de rescates, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, brindó ayer uno de los desmentidos-confirmación más elegantes e intrigantes de los últimos años. Tras asegurar en rueda de prensa que la petición del rescate de la deuda no es inminente, el presidente elucubró con gran ironía sobre la información de la agencia Reuters que anunciaba esa petición para el próximo sábado. "Caben dos posibilidades", señaló Rajoy tras asistir ayer en el Senado a la Conferencia de Presidentes de las Comunidades Autónomas. "Que esa agencia tenga razón y mejor información que yo, lo cual es muy posible", enumeró el presidente. "O que no sea así, lo cual, a lo mejor también es posible... o no, qué más da", añadió Rajoy con una sonrisa contenida. Y remató con una frase que reabre todas las posibilidades: "Si les sirve de algo lo que yo pueda decirles y si les parece más importante, les diré que no sobre la petición. Pero pueden pensar lo que consideren oportuno porque, además, a lo mejor aciertan".
La lista de tareas pendientes
1 España aún no cumple todas las condiciones exigidas por Bruselas para solicitar un rescate de la deuda que alivie su prima de riesgo. El vicepresidente de Economía de la CE, Olli Rehn, así se lo recordó anteayer en Madrid al ministro español de Economía, Luis de Guindos.2 Entre las condiciones pendientes figura el calendario para una reforma del sistema de pensiones que garantice su sostenibilidad con arreglo al incremento de la esperanza de vida en España. El objetivo podría lograrse con la prolongación de la vida laboral (hasta los 67 años) o con un endurecimiento de las condiciones de acceso a la pensión, dos reformas planteadas por Bruselas pero que el Gobierno aún no ha concretado.3 Las fórmulas que vinculan la revisión de salarios y pensiones a los datos de inflación también están en el punto de mira de la CE y del BCE. Bruselas y Fráncfort quieren que España suprima cualquier actualización automática ligada al IPC española", explicó a Reuters.4 El reequilibrio de la carga impositiva es otra de las demandas pendientes. La zona euro ha pedido a España que reduzca los impuestos sobre el rendimiento del trabajo y lo compensen con una mayor fiscalidad medioambiental. La recaudación por los llamados impuestos verdes en España es, junto a Francia, la más baja de la UE, según los datos de Bruselas.5 Y la zona euro, por último, quiere garantías de que España cumplirá su objetivo de déficit.