Los banqueros, a asumir sus riesgos
El informe Liikanen de la Unión Europea dice que los directivos deberían recibir parte de su retribución en forma de deuda de su propia entidad. Dado que dicha deuda se desplomaría si el banco necesitara un rescate, los jefes serían más conscientes de los riesgos que corren sus instituciones.
Los bonos con deuda son una idea importante para ayudar a prevenir y gestionar las crisis bancarias. Los compradores de esta deuda subordinada sabrían de antemano que tendrían que asumir un golpe si el banco se metiese en problemas. Los tenedores de bonos tendrían un incentivo para vigilar a los emisores y asegurarse de que no toman riesgos excesivos. Los bancos tendrían un mayor parachoques para absorber el impacto, reduciendo la posibilidad de que los contribuyentes tengan que rescatarlos.
Exigir a los jefes de los bancos que reciban parte de su paga en este tipo de instrumentos agudiza más el incentivo. Los gestores no solo estarían tentados a repetir las arriesgadas estrategias de la burbuja crediticia, sino que además estarían más inclinados a vigilar intensamente el comportamiento de sus subordinados, quienes en ocasiones han causado estragos con planes de negocio sin escrúpulos.
Este tipo de deuda tiene diferentes incentivos a las acciones. Estas pueden ver elevado su valor, así como desplomarse. Los gestores empachados de acciones pueden intentar disparar con las luces apagadas, sin preocuparse de las consecuencias negativas. Algunos argumentan que pagar a los banqueros con bonos con deuda podría provocarles aversión al riesgo. Pero nadie sugiere que los financieros deban ser pagados solo así. Una dieta equilibrada incluiría también acciones.
Erkki Liikanen, gobernador del Banco de Finlandia, no es el primero en sugerir esto. Tanto Lloyds como RBS pagaron a sus banqueros con deuda subordinada en 2009. Otros banqueros centrales y expertos han abogado por algo similar. Pero el informe Liikanen ha puesto la idea firmemente en la mesa de la UE. Los gobiernos deben ir a por ella.