La caída del empleo y del consumo dificulta que se cumpla el déficit
Hacienda infraestimó los gastos por desempleo y no vaticinó una caída tan fuerte de IVA y Especiales, lo que complica la rebaja de los números rojos pactada con la Unión Europea. Por primera vez desde que empezó la crisis, los analistas consideran que España tiene posibilidades reales de cumplir el objetivo de déficit. Sin embargo, el aumento de las prestaciones por desempleo, la caída de cotizantes y el retroceso del consumo indican que los números rojos del sector público sobrepasarán el umbral del 6,3% fijado por Bruselas.
Lo primero que hay que pedir a esa gente es que sepan de lo que hablan. Que manejen las cifras reales". Así se dirigió la semana pasada el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, hacia aquellos que apuntan que las comunidades autónomas incumplirán el objetivo de déficit. Curiosamente, la actitud de Montoro se asemeja a la de su antecesora Elena Salgado cuando, en 2011, también reaccionaba airada cuando se ponía en duda el cumplimiento de los objetivos de déficit.
A pesar del enfado del Gobierno, la realidad es que las dudas acerca de si el conjunto de la Administración Pública (Estado central, comunidades, ayuntamientos y Seguridad Social) logrará cerrar el año con unos números rojos por debajo del 6,3% cada vez son mayores. Y hay motivos objetivos para pensar así. Entre enero y julio, el déficit de la Administración central ascendió al 4,62%, por encima del objetivo de todo el año. Si bien la subidas fiscales han mejorado la recaudación, los gastos mantienen una evolución creciente y desmontan las previsiones que el Gobierno apuntó en los Presupuestos para este año.
Un ejemplo evidente es el capítulo destinado a abonar las prestaciones por desempleo, donde el Ejecutivo había previsto un retroceso del 5,5%. De momento, se ha registrado un incremento del 5,4%. Los errores en las estimaciones de gastos e ingresos fueron una de las principales críticas que recibió el anterior Ejecutivo. Desde que empezó la crisis, las previsiones que el Gobierno central y las comunidades autónomas apuntan en sus presupuestos no tienen nada que ver con la realidad. Junto a los gastos por desempleo, los recursos destinados a pagar los intereses de la deuda también aumentan a ritmos preocupantes. Hasta julio, el Ejecutivo ha destinado en este capítulo 20.000 millones de euros, el 70% del total previsto para el año. Y tanto los gastos por desempleo como el pago de los intereses son partidas sobre las que el Gobierno tiene poco margen de maniobra. Además, mientras Montoro asegura que España va por el buen camino, su colega en Economía, Luis de Guindos, defiende que si la economía no se recupera no habrá dinero para abonar las prestaciones sociales.
Por el lado de los ingresos, las previsiones del Gobierno también han sido excesivamente optimistas y, por ello, el Ejecutivo se ha visto obligado a aprobar el mayor incremento del IVA registrado en España desde que se introdujo el impuesto en 1986. Montoro calculó que los ingresos por IVA caerían un 3,3% este ejercicio, sin embargo, hasta julio, el descenso alcanza el 9,2%. La subida del IVA puede mitigar esa caída aunque resulta improbable que revierta la tendencia. Según las previsiones del Gobierno, el aumento impositivo se traducirá en 2.300 millones adicionales para las arcas públicas. ¿Es factible? Dependerá de la evolución de la economía y del consumo. Elevar el IVA implica subir precios o reducir el margen de las empresas. En el primer caso cabe esperar un mayor descenso del consumo y, en el segundo, una reducción de los beneficios de las empresas y, por lo tanto, también de los impuestos que abonan las compañías.
El problema de las subidas fiscales, como solía recordar Montoro cuando estaba en la oposición, es que pueden reducir la actividad económica. Paradójicamente, junto a la subida del IVA, el Ejecutivo revisó el cuadro macroeconómico y vaticinó que este año la economía caerá un 1,5% en lugar del 1,7% previsto anteriormente. El Gobierno se muestra más optimista que los analistas. El panel de Funcas, que recoge la opinión de 17 servicios de estudios, sostiene que el PIB retrocederá un 1,7%, una previsión realizada antes de conocerse el incremento del IVA.
Por otra parte, Hacienda calculó que los ingresos por los impuestos especiales caerían un 2,9% y, de momento, el descenso duplica esa cifra.
Las comunidades, clave
Si existen indicios razonables para pensar que el Gobierno puede incumplir el objetivo de déficit, lo mismo sucede en el caso de las comunidades autónomas. Los últimos datos del Gobierno indican que, en términos homogéneos, el déficit regional alcanzó en el primer semestre el 0,77% del PIB y el objetivo para todo el año es del 1,5%. Ello sirvió a Montoro para asegurar que los Ejecutivos autonómicos van en la línea correcta. Sin embargo, hay que tener en cuenta que buena parte de los gastos se imputan al final del ejercicio. Basta recordar lo que sucedió el año pasado. En el tercer trimestre, los números rojos ascendían al 1,19%, cifra que en los tres últimos meses del año se disparó al 3,2%. Es decir, prácticamente se triplicó. Ello evidencia que resulta apresurado tirar las campanas al vuelo con cifras del primer semestre. Con todo, en Hacienda recuerdan que el efecto de los recortes aplicados en educación y sanidad se dejarán notar en esta segunda parte del año. Los presupuestos autonómicos también contemplan excesos y previsiones de ingresos que parecen de ciencia ficción. En 2011, las comunidades vaticinaron que por la enajenación de inversiones reales, capítulo que contempla la venta de inmuebles, recaudarían 1.900 millones. Lograron solo 177 millones. Ese varapalo no impidió que, para este ejercicio, los territorios hayan previsto en su presupuesto ingresar por el mismo concepto 1.500 millones. No existe ni un solo dato que justifique esta muestra de optimismo inaudita. Como saben bien los estudiantes de Hacienda Pública, cuadrar los presupuestos en el papel resulta tan sencillo como complicado cumplirlo.
Esa misma tesis es compartida por los analistas. José Luis Martínez Campuzano, estratega jefe de Citi, considera que el cuadro macroeconómico diseñado por el Ejecutivo no se cumplirá. "Prevemos un desfase de tres cuartos de punto o un punto. No es un problema de gastos, sino de ingresos. No tenemos dudas de que si el Gobierno tiene que actuar para cumplir con los objetivos comprometidos con Bruselas, lo hará". En su opinión, ese desvío se producirá por un agravamiento del consumo, que podría verse compensado por los mayores ingresos que proporcionará la subida del IVA. "El efecto adelanto de compras previo al IVA no se ha producido y eso ha trastocado los planes del Ejecutivo. La subida de este tributo no se verá al menos hasta la primera parte de 2013", asegura.
Joaquín Trigo, director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), considera que el déficit superará por poco el 6,3% del PIB. "El incremento de los impuestos reduce la demanda y esto, a corto plazo, no se podrá compensar con las exportaciones", remarca. Para dinamizar una economía paralizada, Trigo propone, entre otras medias, imponer tasas especiales a los tenedores de viviendas y edificios registrados como residentes en paraísos fiscales o la agilización "drástica" de petición de permisos para obras.
Rafael Pampillón, director de análisis económico del IE Business School, considera que la prioridad para el Ejecutivo debe pasar por asegurarse la ayuda económica del Banco Central Europeo. "El Gobierno debería pedir el rescate cuanto antes. La prima de riesgo tiene que seguir bajando y así evitar pagar un sobrecoste por los 40.000 millones de deuda que le queda por emitir", asegura.
Medidas fiscales
IRPF: la primera medida fiscal de calado que adoptó el Gobierno de Mariano Rajoy fue subir el IRPF para los ejercicios fiscales de 2012 y 2013. El incremento de tarifa asciende hasta siete puntos para las rentas más altas. El Ejecutivo confía en ingresar 5.300 millones adicionales al año.IVA: Hacienda acató las órdenes de Bruselas y elevó el IVA. El tipo general pasó a partir del 1 de setiembre del 18% al 21% y el gravamen reducido del 8% al 10%. Además, productos que aplicaban el tipo reducido han pasado a tributar al general. El Ejecutivo prevé ingresar 2.300 millones este año por la subida del IVA.Sociedades: el Ejecutivo no ha elevado el tipo del impuesto de sociedades pero ha eliminado beneficios.