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Weidmann dice que está demasiado cerca de ser una financiación de Gobiernos

El Bundesbank carga contra la compra de bonos del BCE

El ala dura alemana no ha dejado ni un instante de paz. Pocos minutos después de la decisión del BCE de aprobar el programa de compra de bonos a corto plazo de los países con problemas, el Bundesbank ha salido a la carga: "Está demasiado cerca de ser una financiación de Gobiernos".

Jens Weidmann, presidente del Bundesbank
Jens Weidmann, presidente del BundesbankBLOOMBERG

El pataleo ha tardado muy poco en llegar. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, había advertido en la rueda de prensa posterior al consejo del supervisor que la decisión de aprobar la compra de bonos de países con problemas a cambio de una "estricta condicionalidad" había sido "casi unánime". "Ha habido un voto en contra", reconoció.

Pocas dudas quedaban sobre la identidad del titular de ese voto. El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, lleva semanas en campaña contra esa posibilidad, incluso en contra de la canciller alemana, Angela Merkel, y con amagos de dimisión por sus desavenencias con el resto de las posturas en el seno del BCE.

Pero el Bundesbank no ha querido que nada quedara entre brumas. El voto en contra ha sido suyo y lo ha explicado en una nota oficial de su presidente que carga con absoluta dureza contra el plan aprobado este mediodía por el BCE. "Esas compras son el equivalente a financiar a los Gobiernos imprimiendo dinero".

De nada ha valido el compromiso del BCE de esterilizar toda deuda que compre, lo que significa que no habrá más dinero en circulación, porque lo que se inyecte por un lado se retirará por otro. ¿Qué significa eso? Que no se presionará la inflación, el temor atávico de los alemanes. Tampoco ha valido la condicionalidad que se le exige a los países que pidan ayuda.

"Los riegos de política monetaria se han supeditado a la política fiscal. No se puede permitir que las compras pongan en peligro la capacidad de la política monetaria de salvaguardar la estabilidad de precios en la zona euro".

La conclusión es clara: por mucho que Draghi diga que el nuevo programa de compra de deuda a corto plazo no viola el mandato del BCE y no presiona la inflación, el Bundesbank cree justo lo contrario.

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