EE UU se lo pone difícil a BP
Macondo ha vuelto. Tras el acuerdo de marzo de 7.800 millones de dólares con los pescadores y otros demandantes privados, uno con el Gobierno de EE UU sobre la responsabilidad civil y criminal de BP por el desastre del golfo de México de 2010 parecía estar a su alcance. Probablemente siga estándolo. Pero la contundente retórica de los abogados del Gobierno recuerda que la petrolera británica encara un difícil camino. La reacción del mercado, haciendo caer el valor de mercado de BP en 5.000 millones, parece apropiada.
Los abogados de EE UU dicen que tienen e-mails que muestran que BP es culpable de negligencia grave en la explosión de 2010 en la plataforma Deepwater Horizon y el posterior derrame petrolero. No es un cambio de postura, pero el lenguaje es muy categórico, al denunciar una "cultura corporativa imprudente" y un comportamiento de los directivos que "no sería tolerado en una empresa de tamaño medio que vendiese productos textiles en una tienda suburbana". La decisión de citar los correos de los directivos de BP, que se quejaban de un "gran nivel de paranoia de la dirección de ingeniería" en los días previos al derrame, sugieren que el tiempo no ha suavizado el enfoque del Departamento de Justicia. Las repercusiones financieras son grandes. Las provisiones por el desastre de 38.000 millones de dólares de BP incluyen 3.500 millones para cubrir las sanciones de la Ley de Agua Limpia. Un resultado de negligencia grave elevaría la responsabilidad financiera de BP de 4.500 millones a 21.000 millones.
El nuevo archivo es una respuesta a la petición de BP de aprobar finalmente los 7.800 millones del acuerdo con los demandantes. Sin haber hecho ninguna objeción a ese acuerdo, el Gobierno podría estar interesado en señalar que no será una presa fácil en su litigio. Y este es un año de elecciones.
Un acuerdo sigue siendo la opción más probable. Pero asegurar un acuerdo favorable es cada vez más difícil para BP. El golpe al valor de mercado sugiere que los inversores están anticipando otro golpe financiero que exceda lo que BP ha guardado para las sanciones. Parece como una reacción medida a unas circunstancias potencialmente difíciles.
Por Kevin Allison