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Arquitectos e ingenieros en paro ven en Alemania la panacea

Aprender inglés ya no es suficiente

La falta de empleo en España y la demanda de este en Alemania provoca que centenares de estudiantes hagan cola para inscribirse en cursos de alemán.

El Centro de Alemán de Valencia daba la bienvenida a septiembre con más de 400 solicitudes de inscripción en sus dos primeros días de matrícula, el doble de la demanda registrada en años anteriores. En la Escuela Oficial de Idiomas de Elche se recibían por primera vez en su historia más peticiones para estudiar alemán que inglés. Por otro lado, en la Escuela Oficial de Idiomas, con tarifas más baratas que las academias particulares, la demanda del alemán para este nuevo curso se ha disparado un 60% en el caso de País Vasco. Los demandantes, en su mayoría ingenieros o arquitectos que llevan varios años desempleados, ven en Alemania la panacea para conseguir una salida laboral que en España resulta casi imposible.

Carlos Valcárcel, director del Centro Alemán de Valencia, señala que la mayoría de los demandantes quieren inscribirse en el curso intensivo, que dura algo más de un mes, y añade que optan por este centro porque les da la opción de hacer los exámenes oficiales de acuerdo con el marco europeo de referencia. "Cuando sales fuera de España con un título oficial reconocido internacionalmente se da una garantía y una muestra de voluntad por parte del trabajador de que ya ha estudiado alemán y no se va a Alemania sin saber absolutamente nada, algo que no lo recomendamos", afirma.

Pero el alemán no es como el inglés. Su gramática y pronunciación es a veces complicada hasta para los propios nativos. Por ello, Valcárcel aconseja estudiar en el país de origen uno o dos cursos antes de viajar a Alemania y seguir estudiando allí. "Este no es idioma que se aprenda de oídas", cuenta. Admite también que esperaban colas porque "muchos alumnos se quedaron fuera en julio", pero aun así la demanda ha pillado por sorpresa a un centro "pequeño y con poco personal" que a lo largo del curso cuenta con unos 1.500 estudiantes, entre cursos intensivos y anuales.

El responsable del Centro Alemán ha explicado que en los dos últimos años la demanda de cursos ha ido en aumento, porque mientras en España la crisis crece, "en Alemania las cosas funcionan bien" y un ingeniero o un arquitecto pueden aspirar a un sueldo medio de entre 2.500 y 3.000 euros".

Lo que a España le sobra a Alemania le falta: aquí la tasa de desempleo juvenil llega hasta el 50%, mientras que en el país gobernado por Angela Merkel la cifra se sitúa en el 5,6%, la más baja de los últimos 20 años. Aquí sobra la demanda y escasea la oferta. Allí, lo contrario.

Envejecimiento de la población

El problema en Alemania es el progresivo envejecimiento de su población, que ha llevado a una fuerte demanda de importación de trabajadores cualificados. Por este motivo, el pasado mes de julio la ministra de Educación alemana, Annette Schavan, y su homólogo español, José Ignacio Wert, firmaron un acuerdo para ofrecer desempleados españoles que cubran parte de los puestos vacantes en Alemania.

Según este acuerdo, ambos países se comprometen a intercambiar información sobre sus respectivos sistemas de formación profesional, a promover el intercambio de responsables educativos, facilitar las prácticas de los estudiantes en las empresas del otro país e impulsar el intercambio de alumnos, profesores y empresarios entre las dos naciones.

Precisamente, uno de los puntos que persigue la reforma educativa emprendida por el ministerio que dirige Wert es la implantación del modelo alemán, consistente en un sistema de formación profesional dual que el país de Merkel quiere extender por toda Europa (más información en las páginas 26 y 27).

Además del alemán hay otros idiomas que están empezando a solicitarse en España cada vez con más fuerza. Es el caso del chino, árabe, ruso y portugués, lenguas muy buscadas en el sector turístico debido a que gran parte de los visitantes extranjeros proceden de estos países. En el caso del chino, desde Hexagrama, instituto que imparte esta lengua en Barcelona, la demanda ha pasado de 50 a 400 alumnos en seis años.

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