El espacio-joyería de Mónica Vinader en Londres
La diseñadora española se ha convertido en la más deseada por las 'celebrities'
Es difícil hacerse un hueco en la agenda de Mónica Vinader. Como dicen las revistas británicas, esta donostiarra es uno de los hot names del diseño de joyas en Londres, está en boca de todos. Las famosas la adoran y entre sus clientas habituales figuran Penélope Cruz, Keira Kinghtley y Cameron Díaz. Estudió arte en Londres y la vida la llevó a transformar su creatividad en joyas. El germen de su marca surgió en 2002 en Latinoamérica, donde vivía por el trabajo de su marido. Allí se dedicaba a crear piezas únicas, y aunque aclara que ya no realiza joyas por encargo, acaba de hacer una excepción con Claudia Schiffer. "Quiere hacer un regalo a una amiga", nos cuenta.
Lo que comenzó como una actividad pequeña en 2002 ha acabado por arrasar en el mundo de la joyería desafiando a la crisis. Mónica tiene tres tiendas en España (en Madrid, Sevilla y San Sebastián) y en agosto de 2011 abrió la boutique de Londres, donde nos recibe. Además tiene puntos de venta repartidos por todo el planeta: Japón, Lituania, Alemania, Australia, Francia...
No hace falta pasar mucho rato con ella para darse cuenta de que Mónica Vinader es una mujer detallista, minuciosa y fascinada por ese concepto inabarcable que es lo bonito. Es precisamente ese sentido universal de lo bello el que le ha hecho conquistar los gustos de jóvenes y mayores de puntos opuestos del planeta. Su estética la conforman la "lista eterna" de sus pasiones. "Colecciono arte, fotografía, joyas, fósiles, corales, no paro". Y en sus diseños trata de reflejar el espíritu de los países en los que ha vivido: México, Argentina, Chile, Bahamas, España e Inglaterra. Desde hace más de seis años reside en Norfolk (Inglaterra) con su marido, su hija de seis años y sus padres. "Vivo junto a ellos y gracias a ellos puedo organizarme la vida con más libertad".
Entre sus clientas, Penélope Cruz, Claudia Schiffer...
Recibe en su elegante boutique en el centro de Londres que abrió en agosto del año pasado. En su caso, el famoso refrán de la casa del herrero no funciona. Vinader va enjoyada con las piezas de su propia forja, en Norfolk: dos collares dorados, un reloj, dos pulseras en cada muñeca y anillos en ambas manos.
"No creo que mi cliente busque la españolidad para nada, lo que creo es que el estilo en que me gusta a mí llevar las joyas y la calidad de lo que busco no es muy inglés. Los españoles tenemos una tendencia a cuidar más las apariencias y el vestir. Ese cuidado se refleja muchísimo en mi marca. Por otra parte, creo que mis influencias también son muy inglesas. Vine a estudiar a Inglaterra con 16 años, me quedé y estuve en la escuela de arte, entonces creo que muchas de mis inspiraciones han nacido del mundo ecléctico de Londres, de las galerías, de la libertad de crear y del espíritu creativo que hay en Londres, donde uno puede ser lo que uno quiere ser".
En 2008 una Vinader más se unió a la compañía. Su hermana Gabriela dejó Amazon para aportar su conocimiento de los negocios online a la marca que llevaba su apellido. "Ahora somos las dos partes de una misma cosa, así que en realidad Mónica Vinader es Mónica y Gabriela Vinader". Lo que para la mayoría fue un año fatídico, para Mónica y Gabriela fue el año de la explosión y renovación del negocio. "Los últimos 18 meses han sido una locura. El año pasado abrimos nuestra primera tienda en Selfridges, en Manchester; nos enfocamos más a la página web, y cambiamos nuestro estand en Harrods de uno chiquitito a otro mucho mayor. La marca está creciendo a todos los niveles", asegura.
¿No hay crisis, pues, en el mundo de las Vinader? "En Inglaterra la crisis no se siente como en España. No quiero decir "¿qué crisis?" porque sería una pasada, pero desde luego Londres es un microcosmos internacional donde afecta muchísimo menos, ya que hay mucho público árabe y chino que compran muchísimo". Por eso su expansión no continuará en España sino en Asia. "Ahora estamos buscando dos nuevos locales en Londres; cuando los elijamos, empezaré a pensar en abrir una boutique propia en Hong Kong".
Por más que crece su marca, Mónica Vinader sigue siendo la única diseñadora de su firma. Reconoce que le falta el tiempo, pero su truco es no dejar escapar ningún momento de inspiración. "Voy a todos los sitios con mi cuaderno y un arsenal de lápices de colores y también un pincelito para poder pintar con acuarela". Sus cuadernos se llenan en pocos días de notas visuales de lo más sorprendente: fotos, recortes, apuntes...
El cuaderno con bufandas
El cuaderno siempre está cerca. En el que lleva en el momento de la entrevista guarda los apuntes para su primera colección de bufandas. Estarán basadas en fotos de piedras preciosas. Y aprovecha para dibujar el boceto de un diseño "en el tren, cuando viajo, por la noche en casa... No me separo nunca jamás del cuaderno".Lo bueno del que lleva en el bolso "es que es un papel para acuarela, porque cada vez utilizo más unos lápices de acuarela y con un poquito de agua en cualquier sitio puedo darle fuerza al dibujo", comenta. Y añade que tiene "miles y de muchos formatos porque, además, tengo una pasión por los cuadernos de notas, todo lo que es papel de acuarela, materiales de arte... Luego, cuando los termino, los apilo en un montón y los utilizo como referencia para otras colecciones".