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Columna
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El nuevo CEO de Barclays tiene tarea

Antony Jenkins necesita arremangarse. El nuevo consejero delegado de Barclays tiene muchas de las cualidades que el banco británico necesita tras el paso de Bob Diamond. Pero Jenkins necesitará esforzarse para que los inversores tengan en cuenta dos inconvenientes.

Jenkins cumple una serie de aspectos tranquilizadores. Desde 2009 ha llevado las operaciones minoristas globales del banco. Dado que este ha estado envuelto en la venta de seguros de protección de pagos y las manipulaciones de tipos de interés, esto no es una cualidad incondicional. Pero significa que la cara pública de Barclays ahora tiene un pasado en el negocio de vender hipotecas y cuentas corrientes, no en la banca de inversión. Y es británico, algo apropiado en una época en la que los bancos se están concentrando en sus mercados principales.

Pero el currículo de Jenkins tiene dos problemas. El primero, que tiene una limitada experiencia en la banca de inversión. Con él al mando, el compromiso de Barclays con este negocio puede estar en cuestión. Dado que BarCap contribuyó al 54% del beneficio antes de impuestos del grupo en la primera mitad de 2012 eso es un problema, aunque compensado parcialmente por el hecho de que David Walker, el nuevo presidente, tiene más experiencia en este ámbito.

El otro problema de Jenkins es que es una persona de dentro: ha estado en el comité ejecutivo de Barclays desde 2009. Su ascenso se produce después los escándalos recientes del banco: una multa de 290 millones de libras por manipular los tipos de interés, y una investigación por unos pagos conectados a su ampliación de capital catarí en 2008 que ahora atrae la atención de la Oficina Antifraude. Alguien independiente encontraría más fácilmente la manera de seguir adelante.

Jenkins por tanto ha de instalarse rápidamente en su puesto. Una revisión de todas las unidades de negocio de Barclays, donde cada una tendrá que demostrar que los beneficios exceden los gastos de capital y justificar los salarios del personal. Pero tendrá que equilibrar con cuidado la necesidad de un recorte en BarCap sin provocar un éxodo.

Por George Hay

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