La naturaleza se lanza a la conquista de las paredes
Los jardines verticales triunfan en la decoración de viviendas y edificios
Jardín: dícese del terreno en el que se cultivan plantas con fines ornamentales. Así define el diccionario de la RAE los espacios verdes diseñados por el hombre para su propio regocijo. La mezcla interdisciplinaria que han llevado a cabo en los últimos años arquitectos y botánicos está dejando obsoleta parte de la definición. Porque ya se empiezan a ver imponentes jardines aferrados no a terrenos, sino a las fachadas de edificios.
El más conocido, cuya instalación fue el desencadenante de lo que hoy es una moda en expansión, es el que decora una de las paredes adyacentes a la entrada del Caixa Fórum de Madrid, inaugurado en 2008. Diseñado por el botánico francés Patrick Blanc, su ya emblemático tapiz natural ocupa 460 metros cuadrados y consta de 15.000 plantas de 250 especies diferentes. Las plantas no necesitan tierra: solo agua, minerales, luz y dióxido de carbono. No hace falta salir de la capital para contemplar un jardín colgante más grande aún: el que adorna el patio interior del Hotel Mercure Santo Domingo, ubicado en la plaza del mismo nombre. Hasta 844 m2 de verde reviste el interior del complejo, haciendo las veces, según sus dueños, de "importante elemento de aislamiento termoacústico".
Estas instalaciones son originales, sostenibles y de fácil mantenimiento. Se suelen regar a través de un depósito ubicado en lo alto de la fachada o, si las dimensiones lo permiten, con manguera al uso tradicional. Por lo demás, necesitan los cuidados periódicos de un jardinero, como todos los espacios verdes. Su simplicidad y elegancia está haciendo de los jardines verticales un objeto de deseo entre muchos particulares. "Las paredes vegetales existen desde el siglo XIX, pero en España el boom fue hace cuatro años, coincidiendo con la apertura del Caixa Fórum", comenta Jordi Serramia, socio fundador del estudio de arquitectos Urbanarbolismo, uno de los pocos (como Verdtical, Grinea o Intemper) especializados en este tipo de instalaciones.
En la experiencia del despacho alicantino, el diseño de cada proyecto es un mundo. Las características climatológicas de la zona, si es de interior o de exterior, la orientación de la casa o incluso los materiales que se usaron para su construcción deben tenerse en cuenta en el diseño del producto final. El sistema de anclaje dependerá de todo lo anterior, aunque los más comunes son el uso del musgo sphagnum como material base, que retiene mucha agua; sistemas hidropónicos, que emplean la superposición de cámaras; y las telas cerámicas, en las que posteriormente se alojan las plantas.
Las prioridades de los clientes tampoco son siempre las mismas. "Hay veces que priman el mantenimiento, por lo que nos centramos en plantas resistentes. En otras ocasiones inciden más en la estética, y nuestra prioridad es que quede bien tupido", resume Serramia. El precio medio de este tipo de instalaciones se mueve entre los 250 y los 500 euros por m2.
Carteles, cocinas, tiendas... Cualquier espacio es bueno
Las posibilidades de la jardinería vertical son prácticamente infinitas. Dependen del ingenio de arquitectos y clientes. Las fachadas de los edificios son el lugar más vistoso donde colocarlos, pero no el único. Cada vez se piden más instalaciones de interior, normalmente para la cocina (en cuyo caso se puede usar de herbolario) o el comedor. El magnetismo de las plantas y flores no ha pasado desapercibido entre los comerciantes. Es el caso de Colmado Quílez, una tienda barcelonesa de delicatessen que cuenta con una pequeña instalación vegetal en una de sus marquesinas.La Administración pública tampoco le hace ascos a esta nueva moda. Así, la instalación-cartel ubicada en la plaza de la Virgen Blanca de la capital alavesa, obra de Urbanarbolismo y Unusual Green, ya es uno de los iconos de la ciudad.Un jardín vertical, además de su evidente aportación estética, puede contener elementos didácticos. Es el caso de uno de los proyectos en los que trabaja ahora el equipo de Urbanarbolismo: el Palacio de Congresos de Vitoria quiere uno que contenga todas las especies autóctonas, e incluso que albergue aves de la región.