El mercado se reabre para la gran banca
Banco Santander protagonizó ayer la primera vuelta al mercado de deuda de una entidad española tras cinco meses de ausencia. Y lo ha hecho con una emisión de 2.000 millones de euros en bonos sénior a dos años, tras recibir una demanda de 3.000 millones, y con un cupón del 4,375%. El banco ha sabido aprovechar con inteligencia y agilidad el respiro que está experimentando en estos momentos la prima de riesgo de España. El pasado mes de marzo, cuando la entidad que preside Emilio Botín realizó su anterior emisión -1.000 millones de euros en bonos a cinco años-, el sector financiero todavía se beneficiaba de los efectos de la apertura del grifo de liquidez que en primavera efectuó el Banco Central Europeo (BCE). Entidades españolas grandes y medianas realizaron entonces emisiones de deuda, hasta que el golpe de la nacionalización de Bankia y la posterior petición del rescate bancario dispararon de nuevo el coste de financiación para España y se cerraron a cal y canto las puertas del mercado.
La vuelta de Santander es una buena noticia que acentúa y al mismo tiempo constata los crecientes indicios de optimismo que los inversores están mostrando respecto a la marca país. El Tesoro solventaba ayer con comodidad y sin sorpresas una subasta de letras a 12 y 18 meses que se saldó con el coste más bajo desde el pasado mes mayo. Tras el anuncio de Mario Draghi de que el Banco Central Europeo hará sus deberes y apuntalará convenientemente el euro, la apuesta de los inversores se ha centrado en el convencimiento de que España pedirá en breve un rescate que le permita afrontar con tranquilidad sus próximos vencimientos de deuda. Un anuncio que el propio Gobierno todavía no ha confirmado, dado que supedita esa decisión a que el BCE comunique el alcance y los plazos de su intervención en el mercado.
Mientras esa incógnita se mantiene, los inversores recuperan poco a poco las buenas perspectivas hacia España. Una coyuntura en la que no solo resulta importante, sino también necesario, que las entidades españolas que posean el músculo y la solvencia suficiente como para colocar su deuda con holgura regresen al mercado. Pese a que todavía es pronto para poder aventurar que la emisión de Santander pueda servir de primer paso para el regreso de otras entidades, parece evidente que en el mercado hay espacio y condiciones para que al menos los grandes bancos españoles vuelvan a financiarse a un coste razonable. Mientras tanto, el punto de inflexión lo constituye la próxima reunión del BCE del 6 de septiembre. Será entonces cuando se desvelen detalles y se solventen dudas sobre cuál es el alcance del respaldo que BCE está dispuesto de verdad a prestar a España.