Los contactos entre líderes europeos se aceleran de cara a un mes crítico
Tras un breve paréntesis veraniego, los líderes de la zona euro están calentando motores en una ronda de intensa diplomacia de cara al que podría ser un mes crucial en una crisis de deuda que dura ya dos años y medio.
El primer ministro griego Antonis Samaras volará la semana que viene a Berlín y París para reunirse con la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés François Hollande. Previamente se habrá reunido a principios de la semana con el jefe de la zona euro, Jean-Claude Juncker, según altos funcionarios de los gobiernos de Grecia y Alemania.
Merkel y Hollande se reunirán el próximo jueves, un día antes de que el líder griego llegue a Berlín, dijeron fuentes del gobierno alemán, y la ronda de conversaciones se extenderán más allá del tema de Grecia.
Merkel, que se encuentra en este momento de visita en Canadá, se reunirá brevemente con el presidente español Mariano Rajoy a primeros de septiembre, dijo el martes el propio Rajoy, mientras el líder tecnócrata italiano, Mario Monti, ha dicho que viajaría a Berlín antes de que termine el mes de agosto.
Este vendaval de actividad presagia un periodo crucial para la zona euro después de que el presidente del Banco Central Europeo comprase tiempo anunciando que haría lo que fuese para apuntalar el bloque, lo que incluye lidiar con los altos costes de financiación de España e Italia.
El próximo 6 de septiembre, el BCE podría detallar tras su reunión mensual de política monetaria cómo va a intervenir en el mercado de bonos. Los mercados estarán en alerta roja por los actuales indicios de oposición interna después de que el jefe del Bundesbank, Jens Weidmann, dejase patentes sus reservas acerca del plan.
Seis días después, el tribunal constitucional alemán se pronunciará sobre el fondo de rescate permanente de la zona euro (MEDE), paso necesario para que Berlín pueda ratificarlo. El mismo día, hay elecciones en Holanda.
La expectativa es que el tribunal no bloqueará el comienzo del Mecanismo Europeo de Estabilidad, pero podría demandar una mayor supervisión política.
Draghi ha dicho que el BCE sólo intervendría para rebajar los costes de endeudamiento si un país de la zona euro solicita primero una ayuda similar de los fondos de rescate del bloque, lo que implicaría condicionalidad.
El 14 y 15 de septiembre, los ministros de Finanzas se reúnen en Chipre. Para entonces, la troika formada por la UE, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los inspectores del BCE podrían haber dado ya su veredicto sobre los progresos de Grecia en la reducción de deuda.
Se espera que Rajoy y Monti, que han pedido reiteradamente al BCE que actúe, se junten en fechas posteriores de septiembre.
Los mercados financieros están presos en la rutina, sabedores de que el mes que viene podría haber fuegos artificiales.
"Todo depende de los datos y los indicios sobre política monetaria del BCE, qué es lo que van a hacer exactamente y cuándo piensan hacerlo. ¿Pedirá España ayuda?", indicó el estratega de tipos de interés de Nordea, Niels From.
España sigue siendo la preocupación principal de los líderes de la zona euro puesto que un rescate total pondría los recursos al límite.
Tras insistir en que Madrid no necesitaba ayuda soberana, Rajoy dice ahora que consideraría pedir ayuda adicional a la de hasta 100.000 millones para el rescate bancario, pero quiere ver primero las cartas del BCE. En tres semanas, podría hacerlo.
"Hasta que no conozcamos de qué estamos hablando no vamos a tomar ninguna decisión", aseveró Rajoy el martes.
Samaras se reunirá con Merkel el 24 de agosto e insistirá que puede con el paquete de austeridad de unos 11.500 millones de euros, condición clave para seguir recibiendo los fondos de rescate de la UE y el FMI y evitar una suspensión de pagos y una eventual salida del bloque monetario.
"Nuestra prioridad clave es recuperar nuestra credibilidad demostrando nuestra determinación", dijo un alto funcionario del gobierno heleno.
Samaras también planteará la antigua propuesta de ampliar de dos a cuatro años el calendario para aplicar el paquete de austeridad, con el fin de suavizar su impacto en una economía griega que sufre la recesión más larga y profunda desde la Segunda Guerra Mundial.
No se presentará una solicitud formal, pero la propuesta se mencionará en las negociaciones preliminares, dijo el funcionario.
Una prórroga de dos años para llevar al déficit público por debajo del 3 por ciento en 2016 en lugar de 2014 era uno de los pilares claves de la campaña de Samaras a las pasadas elecciones del 17 de junio, de las que salió victorioso como líder de una frágil coalición de tres partidos.
Berlín insiste en que Atenas cumplirá con sus compromisos pero escuchará lo que Samaras tenga que decir, aseguró el portavoz gubernamental, Steffan Seibert.
Muchos alemanes se oponen a que se conceda más ayuda y el margen de maniobra de Merkel parece estar reduciéndose en un momento en el que tanto Grecia como España podrían requerir pronto nuevos rescates.
Grecia todavía tiene que lograr el paquete de austeridad exigido pero hay una cláusula en el acuerdo de rescate actual que dice que el plazo para ajustar el déficit podría ampliarse si la recesión es más acusada de lo previsto.
Funcionarios de la UE señalaron el mes pasado que Atenas estaba lejos de sus objetivos de déficit y probablemente no será capaz de pagar lo que debe, por lo que es probable que tenga que reestructurar su deuda si no se decide abandonar al país.