Retos para la Bolsa de Brasil
La Bolsa de Brasil tiene más resistencia que la alicaída economía del país. BM&F Bovespa se ha visto afectado por salidas del índice y una escasez de OPV este año. Los índices rivales pueden llegar pronto. Pero Bovespa tiene el control de otros negocios mientras se expande en otros lugares. Este año ha sido duro para el tercer mayor índice bursátil del mundo. Hasta finales de julio, Bovespa había manejado unos 4.800 millones de dólares en OPV y en ventas de acciones. Es menos de un quinto del total proyectado para el año. Y algunas compañías están retirando sus acciones.
Bovespa también afronta la perspectiva de una mayor competencia: los índices estadounidenses Direct Edge y BATS Trading están intentando pescar parte de su negocio de cash equity. Pero nada de esto es tan malo como suena. Los ingresos por cotizar en el índice representan apenas el 2% del total. Y un 70% de los ingresos generados por la renta variable no viene de la cotización, sino de la compensación y liquidación de las órdenes. Todas las operaciones bursátiles de Brasil deben hacerse por una unidad con efectivo para cubrir cualquier contratiempo. Eso añade muchos costes extraordinarios para cualquiera que juegue en Bovespa, que posee el único negocio de compensación de valores en el país. Además tiene el control de los derivados bursátiles, que constituyeron el 43% de los ingresos en el segundo trimestre. Son negocios que por lo general generan más márgenes que la negociación y compensación de valores.
El único punto inestable es el apalancamiento operativo de Bovespa. El crecimiento neto de los ingresos a menudo no concuerda con el crecimiento del beneficio, implicando la necesidad de ser más severo con los costes. Pero en general, la diversificación de Bovespa y su control de las compensaciones siguen siendo sus fortalezas. Esto debería darle algo de margen en una economía que sufre la desaceleración del crecimiento del PIB y problemas con el crédito al consumo.