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Tribuna
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La exportación es la llave de la recuperación

España necesita de una red de empresas solventes y con potencial exportador para salir de la complicada situación económica y social que golpea al país. Una de las medidas que debería tomar el Ejecutivo, de forma urgente e inmediata, es establecer mecanismos de estímulo y financieros que permitan invertir y crecer a la base industrial de las compañías exportadoras, al mismo tiempo que dé alas e impulso a las pymes para vender en el mercado internacional. No podemos olvidar que la pyme industrial es un potencial generador empleo y que mejora la contribución a la economía española de la industria.

El país necesita que la industria siga incrementando la exportación entre un 5 y un 10%, para compensar la falta de ingresos del mercado interno, cuya demanda está estancada y se prevé que hasta el 2015 no volverá a tomar la iniciativa. En 2011 la caída del negocio interno de bienes de equipo se situó en términos interanuales en el 50% y las importaciones, que componen una parte importante del mercado interior, también experimentaron una disminución del 1,9%. La exportación es, por tanto, la llave que abre la puerta hacia la recuperación económica de España.

Nuestro país precisa de esta llave y también necesita de un plan de exportación acompañado de líneas de crédito y financiación que sustente el salto a la internacionalización. Estos recursos son el antídoto para curar la enfermedad económica de nuestro país. Los datos reflejan que aquellas empresas que desarrollaron su negocio en el exterior consiguieron capear mucho mejor la bajada de la facturación sufrida por el mercado español que las que no tomaron medidas de internacionalización.

La financiación es vital también para poner en marcha proyectos de valor y reactivar el mercado laboral, tanto a nivel privado como público, aunque con mayor peso los de iniciativa privada. Hay que conseguir una línea de políticas activas que impulsen el consumo e incrementen las inversiones. Como país no podemos permitirnos ser rehenes de la austeridad y basar nuestra recuperación en el crecimiento económico de otros países vecinos.

En la medida en que las reformas económicas, laborales y estructurales logren implantarse equitativamente en la sociedad y den sus frutos, la situación económica de nuestro país mejorará considerablemente en el medio y largo plazo. Los esfuerzos fiscales también deberán repartirse y hacerse extensibles a toda la sociedad, desde la clase política, las entidades comunitarias, autonómicas y estatales hasta las empresas y los ciudadanos. Esto además se verá ligado con un incremento en puestos de trabajo, aumento de la confianza en la ciudadanía y una dinamización del consumo.

Medidas para fomentar la internacionalización de las empresas españolas, como facilidades financieras e incentivos fiscales, y la inversión en I+D+i son claves para engrandecer nuestra imagen de marca-país y hacer frente a los países emergentes cuyas industrias van ganando presencia a nivel mundial. Nuestro esfuerzo investigador se sitúa en torno al 2% de la facturación, una cantidad que ahora parece escasa pero que hasta hace poco se consideraba suficiente. La innovación tecnológica es la puerta que lleva a una mejora de nuestra competitividad y el acercamiento a los mercados globales a medio y largo plazo, por lo que España debe apostar fuertemente por ella y estimular mecanismos que la instauren en todos los sectores. En este sentido, la industria está haciendo un gran esfuerzo pero aún falta camino por recorrer. Del mismo modo, se deberá favorecer la colaboración entre sectores afines que pongan en valor sinergias y propicien que los logros internos tengan efecto en los mercados exteriores.

Por otro lado, cabe destacar que desde 2009 China es el segundo proveedor en valores agregados, lo que se debe a una excesiva permisividad por parte de las autoridades responsables de velar por la vigilancia del mercado. En este sentido, sería conveniente promover la liberación de los sectores regulados y en los que prevalecen situaciones privilegiadas de competencia. Hay sectores como el energético y el de telecomunicaciones que necesitan abrirse a la competencia para atraer nuevos agentes internacionales que inviertan y ofrezcan servicios de mejor calidad y a precios más competitivos.

España necesita recuperar la confianza de sus ciudadanos y de los mercados internacionales en aras de paliar los efectos de la crisis económica. Desde Sercobe, consideramos imprescindible apostar por el potencial de nuestro conglomerado industrial para salir de la crisis. Solo hay un camino. Y es revitalizar nuestro tejido empresarial para crear empleo y proyectar una imagen de solvencia al exterior de nuestro país. En este momento no parece fácil, pero nuestra historia y nuestra trayectoria social, empresarial y política nos avalan para salir fortalecidos de esta crisis.

Antonio GarcÍa Pons. Director general De la Asociación Nacional de Fabricantes de Bienes de Equipo (Sercobe)

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