Iberdrola, un equipo con mando en plaza
Kutxabank y el Estado, a través de Bankia, se sientan en un consejo controlado por los ejecutivos.
La pregunta de quién manda en las empresas, en el caso de Iberdrola, tiene una fácil respuesta: su presidente, Ignacio Sánchez Galán. Desde su incorporación a las filas de la eléctrica, primero como consejero delegado y después como presidente, ha regido con mano firme los destinos de la compañía con sede en Bilbao. Este mismo año y a petición de los mercados -dicen-, que reclamaban un consejero delegado, Galán ha nombrado consejero director general al histórico y gran experto en regulación José Luis San Pedro, con 30 años en la compañía sus espaldas.
Con este nombramiento, el consejo de Iberdrola cuenta con dos ejecutivos; hasta ahora solo figuraba el propio Galán. Tras el presidente destaca desde hace años la sombra del poder vasco personificado en la BBK. Aunque las frecuentes ampliaciones de capital acordadas en el último lustro han diluido la participación de la entidad, ya transformada en Kutxabank, esta aún mantiene un 5,4% del capital y, lo que es más importante, su representación en el consejo a través de Xabier de Irala.
No puede decir lo mismo ACS, que desde el primer día se encontró la puerta cerrada: por un lado, la del consejo y, por otro la de la asamblea, que le ha limitado sus derechos de voto. En la batalla contra la constructora, que llegó a tener el 20% del capital, Galán ha contado con el apoyo del accionariado vasco. La pugna se dirime ahora en los tribunales y no es descartable que la sentencia final la dicte la recesión económica, que podría forzar una retirada de la constructora. Así, de su participación del 14,85% en Iberdrola, ACS ha logrado refinanciar su deuda con el reciente aparcamiento de dos paquetes de acciones (un 8,25% en Société Générale y otro 5% en Natixis), en sendas operaciones financieras que otorgan a estas entidades los derechos económicos de esos paquetes, en tanto ACS mantendrá los derechos políticos.
Aunque es evidente que la constructora nunca ha mandado en Iberdrola, ni en su gestión ni en su consejo y apenas en la junta, sí se le puede atribuir una influencia indirecta. No falta quien opina que buena parte de la estrategia de los gestores de Iberdrola de los últimos años se ha encaminado a frenar al accionista non grato. Por ejemplo, el afán de ganar tamaño mediante la expansión internacional, con la compra de Scottish Power, de la estadounidense Energy East y, recientemente, de la brasileña Elektro.
En las tácticas legales, tanto de los pleitos contra ACS como en los múltiples procesos contra la Administración o el regulador energético, ha desempeñado un papel relevante el todopoderoso secretario del consejo y director de los servicios jurídicos de Iberdrola, Julián Martínez-Simancas.
En un consejo con tres mujeres (Inés Macho Stadler, María Helena Antolín y Samantha Barber) hay algunas caras ligadas a las antiguas cajas de ahorros (como Braulio Medel), que proliferaron en su día con pequeños paquetes de acciones en el capital de una empresa con distribución en muchas comunidades.
El descalabro del sistema financiero, especialmente el de las malhadadas cajas, ha provocado una novedosa situación: la participación indirecta del Estado en Iberdrola, con un 5%, que puede modificar el equilibrio de poderes en su consejo, al contar con un accionista "más profesional y menos político". Se trata del paquete histórico de Bancaja heredado por Bankia y ahora en manos públicas tras la intervención y nacionalización de esta entidad. Días antes de que esta se produjera, Bankia nombró consejero a Francisco Pons, en sustitución de José Luis Olivas, expresidente de Bancaja. Poco después, el nuevo equipo de Bankia, con José Ignacio Goirigolzarri a la cabeza, decidió designar un nuevo representante: Manuel Lagares, director de participadas, que ingresará la retribución de Iberdrola en Bankia.
Una venta de este paquete no parece probable, según indican en la entidad, que recuerdan que las minusvalías de sus participaciones ya fueron absorbidas en mayo, tras anotarse en los libros su pérdida de valor.
En el ámbito ejecutivo, además de José Luis San Pedro, destacan en la vanguardia, el director financiero, José Sainz Armada, así como Fernando Becker, director de desarrollo corporativo. Becker forma parte de los ejecutivos o consejeros de la eléctricas ligados al poder político: amigo personal del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, fue presidente del ICO durante el Gobierno de Aznar. Otro de similar perfil es Ángel Acebes, exministro del PP, y desde este mismo año consejero de Iberdrola.
Las cifras
ResultadosIberdrola ganó 1.801 millones en el primer semestre, un 15% más que el año anterior. El descenso del resultado en España (un -44%) fue compensado con el de sus negocios internacionales (74%).IngresosLas ventas de la eléctrica sumaron 16.992,6 millones de euros hasta julio, un 9,3% más que el año anterior. La producción neta en el periodo fue de 68.794 GWh, un 7,5% menos.CapacidadCon una potencia instalada total de 46.489 MW a 30 de junio, esta se reparte en energía hidráulica (33%); energías renovables (un 23%); ciclos combinados de gas (23%); nuclear (13%); carbón (5%); cogeneración (2%) y fuelóleo (1%).PlantillaLa compañía tiene una plantilla de 30.757 personas repartidas en 40 países. También cuenta con 27,71 millones de clientes eléctricos (puntos de suministro) y 3,35 millones de gas.DeudaEl endeudamiento neto es de 32.028 millones, de los que hay que descontar los 2.710 millones pendientes de cobro del déficit de tarifa. Sin este, el apalancamiento de la compañía es del 46,1%. La calificación crediticia de S&P es de BBB+ y sitúa la perspectiva "estable".En BolsaLa cotización de Iberdrola ha caído más de un 40% en el último año. Sus acciones cerraron el viernes a 2,874 euros y su capitalización se situó en 17.643 millones de euros.