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Para invertir

Opciones de ahorro a corto plazo

La deuda pública, los depósitos y los pagarés se presentan como las opciones más interesantes con un horizonte temporal de un año

Ilustración de billetes
Ilustración de billetesThinkstock

Dejar los ahorros a buen recaudo se ha convertido en todo un arte en estos tiempos convulsos. La fuerte volatilidad de los mercados y las numerosas incertidumbres que aún planean sobre la zona euro han complicado al máximo la inversión. En los últimos meses arañar rentabilidad sin exponerse a excesivos riesgos se ha convertido en una tarea compleja. ¿Qué opciones tiene un inversor a día de hoy a corto plazo? Las respuestas como siempre dependen del perfil de riesgo de cada ahorrador, de la cantidad de dinero de la que disponga y del horizonte temporal de la inversión. Asumiendo el plazo de un año como máximo, las recetas que ofrecen los expertos no varían en exceso. Los depósitos y la deuda pública española (letras) ganan en número de recomendaciones por las elevadas rentabilidades que ofrecen y el escaso riesgo que entrañan a tan corto plazo. Los pagarés gustan menos por la menor protección que dan frente a los depósitos y si hay algo que tienen claro los expertos es que la Bolsa es la opción menos idónea para un inversor que necesite disponer de su dinero en menos de un año. Muchos califican esta apuesta de pura lotería a tan corto plazo y como mucho aconsejarían a los más valientes comenzar a hacer una cartera con una visión a largo plazo.

Depósitos. Remuneración garantizada

Los depósitos de alta rentabilidad siguen copando el escaparate de productos de ahorro pese a los esfuerzos del Gobierno anterior por limitarlos. Las imposiciones a plazo fijo ofrecen rentabilidades que oscilan entre el 3% y el 4,5%, unos rendimientos atractivos y muy superiores tanto a los tipos de interés oficiales, actualmente en el 0,75%, como a la inflación, en el 2,2% en España. La seguridad que ofrecen los depósitos es una de sus grandes ventajas puesto que el Fondo de Garantía de Depósitos cubre hasta 100.000 euros por cliente y entidad en caso de quiebra. Hasta la fecha ningún ahorrador ha perdido dinero con ninguna de las entidades intervenidas y nada hace pensar que algo así pudiera llegar a ocurrir. En cualquier caso los expertos aconsejan pensar bien a qué entidad confiar los ahorros si se opta por este producto. "A mayor solvencia o credibilidad de la entidad y mayor diversificación se obtendrá menos rentabilidad y más seguridad", comenta Marta Díaz, directora de estrategia de productos de ATL. Algunos expertos, por tanto, recuerdan que las entidades con una posición menos holgada son las que ofrecen más en muchos casos por lo que muchos aconsejan fijarse en las ofertas de las entidades más solventes. De nuevo, entra en juego el nivel de riesgo que quiera asumir el inversor.

Pagarés. Ganar con el aval del banco

Los pagarés se han convertido en el producto de moda dentro de la oferta de los bancos. En julio vendieron 16.800 millones de euros de estos productos, un 57% más que el mes anterior. Las entidades han recurrido a ellos como fórmula para sortear la norma que entró en vigor el año pasado, y ahora en revisión para su derogación ante el escaso éxito, y que penaliza los depósitos de alta rentabilidad. Los bancos con este tipos de depósitos se ven obligados ahora a aportar más al Fondo de Garantía de Depósitos, un requisito del que están exentos con los pagarés precisamente porque no cuentan con esa protección de hasta 100.000 euros que sí cubre a los depósitos. El único aval con el que cuenta el ahorrador que invierta en pagarés es la garantía de quien los emite. A cambio, las entidades ofrecen rendimientos elevados que en el momento actual pueden llegar al 4,5%, pero muchos expertos consideran que la diferencia de rentabilidades con los depósitos no es lo suficientemente interesante para optar por ellos si a cambio hay que renunciar a la garantía. Los depósitos, además, tiene preferencia de cobro sobre los pagarés, por lo que en caso de quiebra del emisor se reembolsaría antes. Aquí de nuevo el inversor debe calibrar el riesgo que está dispuesto a asumir y a quién confía su dinero a cambio de un pagaré. La liquidez es otro aspecto a tener en cuenta. Los depósitos por lo general suelen ser más líquidos. Los pagarés se pueden negociar en el mercado secundario pero puede ocurrir que al vender antes de vencimiento se asuman pérdidas. "Mucho cuidado con las ofertas de activos propios de las entidades. La reforma financiera no está acabada y antes de aceptar las ofertas de pagarés hay que vigilar mucho", avisa Josep Soler, vicepresidente de EFPA. "Los depósitos con garantía son mejor opción que los pagarés", comenta Vittorio Colussi, consejero delegado de Banco Mediolanum.

Deuda pública. Seguridad

La deuda pública, un activo que antes del estallido de la crisis se consideraba libre de riesgo, es otra opción por la que pueden optar los inversores a corto plazo. La seguridad de este activo va asociada a la capacidad que tenga el Estado emisor de afrontar sus compromisos de pago y si algo parecen tener claro los expertos es que a menos de un año las posibilidades de que España o cualquier otro país europeo quiebren son mínimas. Incluso en Grecia, el único país cuyos tenedores de deuda se han visto forzados a aceptar una quita, esta llegó más de un año después del primer rescate al país. Asumiendo la premisa de que España no quiebra a tan corto plazo, la deuda española presenta un gran atractivo. Las letras del Tesoro español a tres, seis y 12 meses ofrecieron rendimientos medio del 2,434%, 3,69% y 3,91% en las últimas subastas, cuando los títulos alemanes rentan entre el -0,04% y el 0,005%. La rentabilidad de la deuda se mueve a la inversa que el precio, lo que significa que si mejoran las perspectivas en Europa la deuda que se ha visto hasta ahora más favorecida como la alemana puede sufrir ventas que afectarían a los que apuesten por ella. "Cuidado con los bonos alemanes porque están actuando de refugio y uno se puede llevar un susto", avisa Paula Sampedro, analista de Link. En caso de una mejora de perspectivas quienes apuesten por la deuda española pueden vender y sacar partido o en el peor de los casos esperar hasta entonces para recuperar la inversión con el rendimiento comprometido.

Acciones. Apuesta arriesgada a corto

La renta variable es una opción que pocos recomiendan a corto plazo por las elevadas incertidumbres económicas. "Es una opción a muy largo plazo", explica Miguel Ángel Bernal, del IEB. Los expertos aconsejan empezar a seleccionar empresas de resultados recurrentes, poco endeudadas, con una gran diversificación internacional para ir formando una cartera con una visión a largo plazo. Reconocen que hay muchas oportunidades pero la volatilidad del mercado desaconseja invertir a menos de un año hasta que no empiece a despejarse el panorama económico.

Oro. El refugio tradicional

El oro se ha convertido en uno de los activos refugio de los últimos tiempos. La pregunta es si lo seguirá siendo. "A corto plazo podría seguir ejerciendo el mismo papel refugio. A medio plazo podría corregir y a más largo el incremento de la demanda de países emergentes y el escaso peso de oro en las reservas de los bancos centrales podría contribuir a mantener el metal", explica Victoria Torre, responsable de análisis y producto de Self Bank. Muchos expertos, no obstante, consideran que a corto plazo es demasiado arriesgado.

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