Que venga el plan de obras, aunque sea recortado
La prima de riesgo se ha hecho fuerte muy por encima de los 500 puntos, se agravan los ajustes del Gobierno, afloran los pecados de la banca y la Comunidad Valenciana inaugura la petición de ayuda al fondo de liquidez autonómico para afrontar los vencimientos de deuda de este año y el pago a proveedores. Entre tanto, se van deprimiendo las expectativas de que llegue cualquier impulso a la inversión pública en España. "Ya no nos sorprendería que Fomento anunciara en los próximos días un retraso en el Pitvi Plan de Infraestructuras y Vivienda", lamentaba la semana pasada un alto directivo de la construcción.
El sector de la obra civil, motor de empleo a punto de gripar, tiene la mosca detrás de la oreja mientras en Fomento aseguran que se trabaja a toda máquina para cumplir el gran compromiso de la ministra Ana Pastor: presentar las líneas maestras del plan de inversiones antes de que concluya julio.
Los habituales rezos y exigencias de la construcción han sido arrollados por la descomunal recesión. Pero sus responsables no dejan de advertir que de esta no se sale exclusivamente con ajuste. "Las medidas que va tomando el Gobierno pueden resultar aceptables en el lado de los ingresos pero se echa de menos la reducción del gasto público improductivo. En esta materia hay camino que recorrer y es necesario abordarlo para que pueda tener lugar una cierta inversión pública generadora de empleo", sostiene Juan Lazcano, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC). "No se comenzará a vencer al desempleo y a recuperar afiliación significativa si no se recupera la construcción", sentencia este representante de CEOE.
Desde la patronal de las grandes constructoras, Seopan, se recuerda que el plan de estabilidad aprobado en abril para el periodo 2012-2015 carga sobre la inversión pública -en la que Fomento es la estrella de la Administración central- el 72% de la corrección del déficit excesivo de 2011. El vicepresidente del colectivo, Julián Núñez, apunta que en 2014 la inversión pública representará una tasa, en mínimos históricos, del 1,4% del PIB. Para entonces, el esfuerzo productivo de la Administración habrá caído un 63% respecto a 2010.
En este contexto de exiguos recursos públicos, el sector privado ha ofrecido su caja para que el Gobierno promueva infraestructuras útiles. Parece haber calado la conciencia, gracias a la crisis, de que no se puede construir solo por mover la economía a corto plazo. Y un Pitvi realista el plan abarcará el periodo 2012-2024 debe ser la respuesta generadora de optimismo.
El FMI, que prevé que la economía española sea la de peor comportamiento entre las grandes en 2013 (0,6% de caída frente a la anterior estimación del 0,1% de crecimiento), aprecia que los ajustes acometidos por el Gobierno de Mariano Rajoy son un arma de doble filo. De momento, insta al BCE a comprar deuda y advierte que la austeridad por sí sola no reanimará ni a España ni a Italia.
De vuelta al Pitvi, el viernes 27 parece la fecha objetivo para la puesta de largo. Pero incluso entre los más íntimos de la ministra reconocen que no será fácil llegar a ese día y presentar una lista sólida de proyectos. "Es cierto que hay una fecha comprometida, pero lo importante es mostrar un plan que se pueda sostener. Si no es en julio, será en septiembre o en octubre", están diciendo altos cargos ministeriales en conversaciones privadas.
Realidades
El gato escaldado del agua fría huye. Las constructoras han aplaudido en los últimos años ambiciosos planes de infraestructuras que han acabado siempre en un cajón. Pero este no es momento de ovaciones: "Lo de menos en este momento es un pequeño retraso, lo importante es que el Pitvi llegue con contenido", coinciden en el entorno de Seopan.
Entre tanto, la crisis ha destapado fallas de un sistema concesional sobre el que resulta más que complicado sostener la hoja de ruta 2012-2024 con obras a financiar con fondos privados.
"En Fomento me dedico a que a los ciudadanos no les cueste ni un solo euro de sus impuestos la gestión ineficiente", suele decir Pastor, la última vez tras el Consejo de Ministros del pasado viernes. Como máxima es plausible, pero para atraer fondos de inversión, fondos soberanos, bancos, bonistas, constructoras y concesionarias de infraestructuras hace falta mucho más.
El Gobierno debería haber reformado el sistema concesional español antes de lanzar cualquier nuevo plan millonario de proyectos por desarrollar. No han faltado las reuniones con el sector ni las buenas intenciones de ambas partes, pero el momento económico y el control ejercido por Bruselas está dificultando cualquier avance que haga atractivo el negocio de la inversión en infraestructuras en España. BEI e ICO tienen la misión de animar.
La cosa irá lenta. En Fomento reconocen que el Pitvi saldrá ralentizado en lo que queda de 2012 y todo 2013. Se habla de cuatro proyectos de mediano calado para este año y, a falta de otra cosa, hay tortas por los contratos relacionados con el AVE a Galicia por un total de 1.000 millones que se están repartiendo ahora. Ya para 2013 se esperan las primeras licitaciones del Corredor Mediterráneo.
El Pitvi prevé inversiones por 52.000 millones en carreteras o 25.000 millones en AVE. Con la que cae, sobran las promesas a largo plazo y falta, por pequeña que sea, una dosis de impulso real.