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Muy Confidencial

Los funcionarios declaran persona 'non grata' a Antonio Beteta

Siempre se ha dicho que las formas pueden llegar a ser tan importantes como el fondo o el contenido y buena prueba de ello es lo que está ocurriendo en las últimas semanas en internet y las redes sociales. Seguro que todos recuerdan las polémicas palabras que pronunció hace algunas semanas el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, en la práctica el jefe de todos los empleados públicos de España. Beteta aseguró sin disimulos aquello de que a los funcionarios se les iba a acabar el cafelito y leer el periódico en su puesto de trabajo.

Probablemente no quiso decirlo, pero del tono de sus palabras pudo desprenderse que parece que uno de los males de España es que los funcionarios son vagos o, para continuar con la política de eufemismos, poco cumplidores con sus tareas. Lo cierto es que aquello ya sentó muy mal a este colectivo, siempre en el punto de mira de los ajustes. Poco después el propio Beteta, quizás para reconciliarse con los empleados públicos anunció a bombo y platillo que se tocaría todo antes que reducirles el salario, para tener que reconocer días después que sí, que dejarán de percibir la paga extra de Navidad.

Con este historial no es de extrañar que a Beteta lo más suave que le llamen los funcionarios en toda clase de foros y blogs en Internet sea "individuo" y "mentiroso". Tanto es así que ya circulan por la red diversas cartas firmadas con nombres y apellidos de funcionarios que se dedican a explicar al secretario de Estado sus funciones, su horario laboral y, por supuesto, su sueldo.

En contraposición a una vida dedicada al servicio a los ciudadanos, en estas cartas se recuerda el currículum de Beteta, en el que solo destacan que siempre ha sido nombrado a dedo por sus mentores políticos, y al que le recuerdan que lo que sí sobran son diputados, senadores, asesores, cargos de confianza, "enchufados", guardaespaldas y todo el personal que suele acompañar a los dirigentes políticos "sin capacidad para desempeñar las tareas que después deben realizar los funcionarios de verdad", asegura una de las misivas.

El enfado y la indignación de este colectivo va en aumento, por lo que los insultos que reciben los responsables de Hacienda son también cada vez más fuertes y son ya muchas las iniciativas que tratan de hacer llegar dichas cartas al mayor número posible de ciudadanos. Probablemente si se hubiesen cuidado más los primeros mensajes de los distintos responsables políticos, no se hubiera llegado a este punto. Y como el papel aún existe y en Internet está todo, las palabras no se las lleva el viento como más de uno hubiera deseado.

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