Linde admite que el Banco de España erró en el control del boom crediticio
El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, reconoció ayer en su debut ante el Congreso que la institución estuvo poco afortunada al no enfrentarse con decisión ni "al gran aumento del endeudamiento" durante la burbuja inmobiliaria ni al deterioro de los balances bancarios. En el Congreso, criticó el resultado de las fusiones frías y que "casi nadie" previera la doble recesión española.
A pesar de sentirse "solidario y responsable" con las actuaciones de sus predecesores, el nuevo gobernador del Banco de España incluyó a esta institución entre las que no vieron o no quisieron ver los riesgos asociados a la burbuja inmobiliaria. Citó tres ejemplos concretos, que extienden la crítica no solo a la etapa de su predecesor, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, sino al anterior gobernador, Jaime Caruana.
En primer lugar, las fusiones frías (sistema institucional de protección, SIP) no han tenido efectos "demasiado positivos", sino que han contribuido a "retrasar decisiones y ajustes". Linde consideró erróneo también que el Banco de España renunciara a la aplicación de las provisiones anticíclicas en su concepción inicial ante el rechazo de la banca española. Se cedió ante estas presiones y la norma final, de la etapa de Jaime Caruana, pecó de "timidez e insuficiencia para contener el crecimiento excesivo del crédito". La entidad fue criticada por heterodoxa pero, a juicio del gobernador, debería haberlo sido más "en su utilización de su capacidad regulatoria y supervisora para mitigar la vulnerabilidad del sistema".
"No tuvimos éxito en la supervisión macroprudencial", reconoció Linde, para quien la institución no obró bien ni en la contención del excesivo crédito ni en corrección del deterioro de los balances de las entidades. Fallaron también, en tercer y último lugar, los pronósticos sobre la economía española, ya que "casi nadie" previó que España sufriría una segunda recesión, lo que minimizó la calidad de los test de estrés que el Banco de España hizo en 2010 y 2011. El gobernador quiso así dejar claro que la culpa del deterioro de la confianza en el sistema financiero no es solo de la coyuntura internacional ni de la recesión española.
De cara al futuro, el desarrollo del acuerdo de España y el Eurogrupo para el rescate dibujará un escenario financiero con cuatro tipos de entidades: "Una parte relevante" sin necesidad de ayudas públicas, los bancos intervenidos, los grupos que cubran sus necesidades de capital con fondos europeos y, finalmente, los que se recapitalicen con capital privado. Linde se mostró muy confiado en los efectos del rescate, que permitirá a los bancos operar "con la solvencia y vitalidad necesarias".
Pero "si alguna entidad no tuviera pulso suficiente para asegurar su futuro, habrá de encarar un proceso de resolución o liquidación ordenada", añadió el gobernador. Al final de la comparecencia, se le recordó que minutos antes el ministro de Economía, Luis de Guindos, había afirmado que no había ninguna "posibilidad" de que esto sucediera. Linde dijo que se trata de un embrollo "semántico". No será una liquidación traumática sino con plenas garantías para depositantes e inversores, de forma ordenada, como ya se ha hecho en CCM, Unnim, Cajasur o CAM.
Sobre las preferentes, Linde aseguró que es un "problema muy serio" pero que la solución está condicionada por la prohibición de las ayudas de Estado y las exigencias del rescate bancario. El Banco de España colaborará para buscar una solución con el Gobierno y la Comisión Europea. Linde hizo una recomendación genérica de que este tipo de productos "no deben venderse" a inversores minoristas no cualificados.
Linde reconoció que la actuación de la inspección del Banco de España "es mejorable" pero aseguró que ninguna actuación en este ámbito ha estado motivada por cuestiones políticas.
Más ajustes que políticas de estímulo
Linde no tiene dudas de la continuidad del euro pero admitió ayer que la crisis ha puesto de manifiesto que el entramado institucional en que se sustenta la moneda única y la política monetaria común "tiene fisuras que hay que reparar". Varios portavoces de grupos reprocharon al gobernador las pocas alusiones a la coyuntura económica española. Se reafirmó en que el PIB caerá el 1,5% este año, que las políticas de ajuste son la única vía y que el superávit fiscal en los años de bonanza debería haber sido mayor del 2%.