Seguridad Social exige cinco puntos más de aportación a sus mejores cotizantes
La Seguridad Social subirá cinco puntos la base máxima de cotización en 2013 y otros cinco en 2014 para mejorar sus ingresos, según resolución del Consejo de Ministros del pasado viernes. Eso supone que un colectivo de unos 700.000 cotizantes (un 4% del total) incrementará un 5% su aportación en cada uno de los dos años, y solo tendrá una compensación de un punto adicional cada año en la pensión máxima que reciba cuando se jubile.
Todos teníamos la sospecha de que la Seguridad Social ya estaba en déficit cuando cambió de gestores en enero. Todos tenemos ahora también la sospecha de que en 2013 no se revalorizarán las pensiones, y que si lo hacen, no en la cuantía nominal del IPC. Sus gestores han apurado hasta el límite la búsqueda de recursos, pero subir cinco puntos la cotización del 4% de la gente que cotiza por la base máxima, a cambio de solo un punto más pensión, carece de la justificación de la búsqueda de contributividad. Puede ser progresivo, pero ni proporcional ni contributivo puro.
En la búsqueda de recursos extraordinarios para cuadrar las cuentas públicas este año y los venideros el Gobierno ha movilizado toda la imaginación. Pero aunque trata de ejecutar un reparto equitativo de sacrificios, siguen echándose de menos determinadas decisiones más crematísticas que efectivas, pero que generan en la sociedad la sensación de que los que tienen más pagan más.
Hasta ahora la Seguridad Social se ha movido con pequeños movimientos de recursos de unas partidas hacia otras para poder soportar la presión de la crisis, tras admitir que el sistema de pensiones está en déficit, y que o se corrige con rapidez o no resistirá muchos años. Los ingresos caen, porque lo hace el empleo, y los gastos suben, porque suben el número de pensionistas y las cuantías de sus prestaciones; y ambos lo hacen más de lo estimado, sobre todo la cuantía de las pensiones, ya que está en plena ebullición la generación que ya ha cotizado carreras largas y bases elevadas tras las reformas de 1985 y 1997.
El Gobierno tiene que adelantar la entrada en vigor de la reforma de las pensiones, y debe acortar lo máximo posible y razonable el periodo transitorio de aplicación. No puede ser que salga más dinero del que entra en la caja, y siga pensándose que es posible dejar la ampliación de la edad de jubilación hasta 2027, y que la ampliación del periodo cotizado para calcular la prestación se haga con la lentitud que se ha previsto. O se acelera todo, o la Seguridad Social no es sostenible, porque la crisis no se resolverá en un año, y seguramente tampoco en dos; y la Seguridad Social no aguanta tanto tiempo; se descose, y habrá que comenzar a gastar el dinero del fondo de reserva, con la pérdida de recursos que ello supone si se venden títulos de deuda española. Lo lógico es vender la holandesa y alemana, que no han perdido valor.
En el último ajuste de Rajoy la Seguridad Social ha ido a buscar recursos entre los cotizantes más solventes, esos que ya tienen la remuneración por encima de la base máxima de cotización, y que, tal como está planteado, ya aportan una parte importante de sus cotizaciones para la solidaridad, para el pago de las pensiones de quienes no financian lo que se llevan del sistema. Pero esto es así, es un sistema de reparto, donde la solidaridad entre rentas y generaciones es la madre del cordero.
En el paquete aprobado por el Consejo de Ministros del viernes 13 de julio se eleva en cinco puntos la base máxima de cotización de todos los grupos de cotización, que ya está en los 3.230 euros mensuales. Por tanto, se sube la base en 2013 en 161 euros al mes, y algo más en 2014 si se sube cinco puntos adicionales. Hay poca gente cotizando en la base máxima, en torno al 4%, pero son cotizantes que ya ahora aportan más de lo que se llevan cuando se jubilan, puesto que la pensión máxima está topada, y una parte importante de sus aportaciones queda baldía, para financiar la pensión de otros.
Es lógico subir estas bases más que las demás, puesto que su capacidad económica es mayor. Pero debe existir una compensación a la hora del retiro, con una pensión también mayor; por ello, el Gobierno ha subido un punto más que el IPC la pensión máxima en 2013 y otro en 2014. En todo caso, parece desproporcionada la subida de las bases para lo que se sube la pensión, o al revés. No se pueden pedir cinco puntos de aportación a cambio de uno de pensión.
Con esta medida aportarán más quienes ya cobren un sueldo por encima de esa base máxima, puesto que en condiciones normales toda la remuneración de los cotizantes es considerada base de cotización.
La base de cotización y la pensión tienen topes máximos para no abrir en exceso el abanico de aportaciones y prestaciones en un sistema de solidaridad, y también para dejar espacio a los sistemas complementarios de prestaciones. Si se destopasen las bases y se destopasen las pensiones, la gente optaría por financiarse un sistema privado de pensiones con la garantía de la Seguridad Social, del Estado. Y eso no tiene lógica económica.