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El dinero no circula

El BCE fracasa en su intento de que los bancos pongan el dinero a circular

Casi medio billón de euros salió el miércoles de la facilidad de depósito del BCE, el mayor ajuste de su historia, al entrar en vigor la remuneración cero decretada por el banco central. Pero el dinero no hizo un viaje muy largo. La mayoría se quedó en las cuentas corrientes que las entidades tienen en Fráncfort para cumplir los coeficientes de caja.

El BCE fracasa en su intento de que los bancos pongan el dinero a circular
El BCE fracasa en su intento de que los bancos pongan el dinero a circularEFE

El mercado interbancario de la eurozona no tiene un problema de liquidez. Lo que ocurre es que el dinero no circula. Para incentivar a los bancos a que vuelvan a prestarse dinero entre sí, el BCE decidió el pasado jueves dejar de remunerar la facilidad marginal de depósito. Ahí es donde el sector prefería dejar su dinero sobrante, pese a estar remunerado con un exiguo interés del 0,25%, antes que prestárselo a otro banco, aunque pagase cuatro o cinco veces más. La decisión ha tenido un impacto prodigioso: el dinero ha salido en masa de la facilidad de depósito. Pero el problema es que no se ha ido a financiar la actividad económica, sino que se ha quedado en casa, en las cuentas de coeficientes de caja que las entidades mantienen con el BCE.

La facilidad de depósito cayó el miércoles, los datos se publican con un día de retraso, de 808.516 millones de euros a 324.931 millones, un descenso del 59,8% -483.585 millones de euros- que es el mayor de la historia. Simultáneamente, el volumen de las cuentas corrientes para cumplir con los coeficientes registraron un movimiento inversamente proporcional: el volumen pasó de 73.946 millones de euros a 539.786; un alza del 630%, 465.840 millones en términos absolutos.

La facilidad marginal de depósito vence cada día y el dinero regresa a las cuentas corrientes que mantienen las entidades para cumplir con el coeficiente de reservas mínimas decretado por el BCE. Este coeficiente se calcula tomando como referencia los pasivos de dos meses antes y cambia en cada reunión del banco central. En el periodo actual, que comenzó el miércoles, el coeficiente de caja es de 106.989 millones de euros de media, según explicaron a CincoDías fuentes del mercado. Eso significa que al final del periodo, que concluye el próximo 7 de agosto, la media del dinero inmovilizado diariamente en estas cuentas debe ser de al menos esos 106.989 millones. Cada entidad tiene unas necesidades específicas, que equivalen al 1% de sus pasivos computables. Precisamente, el BCE rebajó en diciembre la exigencia del 1% al 2%, coincidiendo con la primera ronda de inyección de liquidez a largo plazo (LTRO).

Lo habitual es que las entidades reserven fuertes partidas al comienzo del periodo, para no tener problemas al final. Pero lo que ha ocurrido en este caso supera todas las previsiones. El BCE remunera con un interés equivalente al tipo de intervención (actualmente el 0,75%) la liquidez que las entidades están obligadas a dejar en las cuentas de coeficiente de caja; el sobrante no tiene remuneración. La práctica de los bancos, ante la fuerte incertidumbre, ha sido destinar los excedentes de liquidez a la facilidad marginal de depósito, cuyo rendimiento ha ido bajando según el BCE reducía el precio oficial del dinero, hasta llegar a un exiguo 0,25%. Aun así, los bancos preferían dejar el dinero ahí, en lugar de prestarlo a otras entidades. Este cerrojazo del crédito es lo que está asfixiando la economía en países como España.

El BCE decidió poner la remuneración de la facilidad de depósito al 0%, como medida coercitiva para que los bancos lo sacaran de allí y se dedicaran a engrasar la economía. Pero la reacción de las entidades ha sido simplemente dejar el dinero durmiendo en la otra cuenta. Eso y dedicar una parte a comprar bonos soberanos de alta calidad crediticia. La deuda de Alemania, Austria, Finlandia, Francia, Holanda y Suiza cotiza en tipos negativos, incluso en plazos de vencimiento de dos años.

Reactivar el interbancario es un asunto de largo plazo. Que un banco preste a otro depende de la autorización de los departamentos de riesgos y estos no piensan abrir la mano de un día para otro.

Fuertes restricciones en los fondos monetarios

La decisión del BCE de dejar de remunerar la facilidad marginal de depósito está teniendo consecuencias en la industria de fondos de inversión. Grandes firmas internacionales están empezando a cerrar sus fondos monetarios de más corto plazo denominados en euros, ante la imposibilidad de realizar operaciones que capten rentabilidad. Lo que implica el cierre es que no se pueden hacer nuevas aportaciones. Goldman Sachs, JP Morgan, BNY Mellon o BlackRock han confirmado el cierre temporal de algunos de estos fondos.Lo que el cierre significa es que no se pueden hacer nuevas suscripciones. La falta de visibilidad que atenaza a los mercados ha llevado a muchos inversores a volcarse en los monetarios, que garantizan liquidez de corto plazo."Lo cierran porque con las nuevas aportaciones son incapaces de invertir en activos con rentabilidad superior a cero", explica Íñigo Petit, de Abante Asesores. "Hasta ahora, las operaciones que realizaban los grandes fondos monetarios eran colocar parte de su dinero en depósitos en los bancos a un día o una semana, por ejemplo, dinero que los bancos colocaban en el BCE con un interés del 0,25%. Los fondos recibían por estas operaciones remuneraciones en el entorno del 0,1-0,15%. Tras dejar el BCE sin remuneración estos depósitos, esta operativa se hace imposible", completa el experto de Abante Asesores.Goldman Sachs ha cerrado el GS Euro Government Liquid Reserves, mientras ha limitado a 25 millones las aportaciones diarias totales al fondo GS Euroliquid Reserves; BlackRock ha cerrado el Institutional Euro Liquidity Fund y el Institutional Euro Government Liquidity Fund; en JP Morgan, el cierre ha afectado a cinco fondos de liquidez en euros, mientras BNY Mellon ha restringido el Euro Liquidity Fund. Estos fondos de cortísimo plazo son típicos de las firmas internacionales, mientras que la industria local de fondos no los han desarrollado. Todas las gestoras confían en que el cierre dure lo menos posible.

Tipos negativos en Francia y los triple A del euro

Las medidas de ahorro anunciadas por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (65.000 millones de euros en dos años y medio) no están calando en la deuda pública. La prima de riesgo, el diferencial con Alemania en los bonos a 10 años, se mantuvo ayer en 532 puntos básicos. El bono español rentó ayer un 6,55%, lejos del crítico 7%, pero aún muy elevado. Los inversores se están volcando en la deuda de países triple A. Alemania, Austria, Finlandia, Francia, Holanda y Suiza cotizan ya a tipos negativos en algunos tramos.Alemania. El Tesoro alemán consiguió el miércoles colocar 4.150 millones de euros en deuda a 10 años a un interés del 1,31%, mínimo histórico de subasta. Y ayer, suma y sigue. El bund cotizó en el secundario al 1,238%. La deuda alemana cotiza a tasas negativas a tres meses (-0,18%), seis meses (-0,07%), un año (-0,05%) y en el dos años (-0,04%).Francia. No es triple A para Standard & Poor's, pero sí para Moody's y Fitch. La llegada a la presidencia de François Hollande ha tenido como inesperado efecto una fuerte rebaja de la rentabilidad exigida al país. Algo inédito, Francia cotiza a tasas negativas en las letras entre uno (-0,03%) y nueve meses (-0,003%).Finlandia. El país nórdico está sacando partido a su fundamentalismo económico. El dos años finés cotiza a una tasa negativa de -0,003%; solo supera el 2% en la deuda con vencimiento a 15 años.Holanda. El otro díscolo de la eurozona tiene tasas negativas entre las letras a tres meses (-0,07%) y el bono a dos años (-0,001%).Austria. La deuda austriaca a un año cotiza a -0,01%.Suiza. Fuera del euro, Suiza tiene tasas negativas hasta el vencimiento a cinco años, que renta un -0,04%.

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