Ayudas que valen su peso en deuda y ajustes
El fondo de rescate para la banca española supondrá un cambio en el centro de toma de decisiones del sector. Los ministros de Economía de la zona euro impusieron ayer en Bruselas las condiciones a cambio de las que se concede una ayuda que puede llegar a los 100.000 millones de euros y que supondrá rigurosos planes de reestructuración para las entidades rescatadas, sin que se haya logrado el objetivo de aislar el riesgo soberano del financiero.
¿Por qué el acuerdo de rescate para la banca española no logra suavizar la prima de riesgo?
Ese era su principal objetivo, tal y como argumentó el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que vio en la petición del rescate a la banca la fórmula con la que evitar un rescate para el conjunto del país. Sin embargo, el Ejecutivo no ha logrado su gran propósito, el de la inyección de capital de forma directa, sin que impacte en las cuentas públicas y en el nivel de deuda sobre PIB. La cumbre europea del 28 y 29 de junio dio luz verde a esa fórmula, pero llegará tarde para España, puesto que solo se pondrá en práctica cuando sea efectiva la unión bancaria europea, un proyecto que no estará listo hasta bien entrado 2013.
¿Qué supone para el sector financiero español la petición del rescate?
Del mismo modo que las economías de Grecia, Irlanda o Portugal pasaron a estar supervisadas y controladas por la UE, el BCE y el FMI, la banca española pasará ahora bajo la tutela de estas instituciones, si bien el FMI jugará un papel más secundario. Así, el conjunto de la banca española deberá cumplir con ciertos requisitos de solvencia un 9% de core capitalcomún al sector, no solo a los bancos sistémicos, de transparencia y de control en los riesgos. Pero las grandes exigencias quedarán sin duda para las entidades financieras que reciban las ayudas para garantizar su viabilidad y solvencia. A cambio del rescate, tendrán que presentar un riguroso plan de reestructuración que prevé ajustes de plantilla y de la red de oficinas. Además, la concesión de ayudas públicas cierra la puerta a una eventual compensación a los clientes de preferentes, que no podrán aspirar a que el fondo de rescate les dé compensación alguna.
¿Qué entidades serán las principales beneficiadas de las ayudas?
De entrada, las que ya están nacionalizadas y necesitan capital de forma más inminente. El caso más paradigmático y verdadero detonante de la petición del rescate es Bankia, que requiere de 19.000 millones de euros para cumplir con su plan de reestructuración y saneamiento. Novagalicia, Catalunya Caixa y Banco de Valencia también figuran en la lista prioritaria, después de que la necesidad de ayudas haya anulado la celebración de las subastas que se habían previsto para devolverlas al capital privado, tal y como ya se hizo con CAM y Unnim. Las auditorías ahora en marcha y que serán completadas en septiembre para dar el diagnóstico definitivo de la salud del sistema financiero y de las necesidades de capital establecerán si hay otras entidades que van a requerir la ayuda del fondo de rescate. BMN, Liberbank en su proyecto de fusión con Ibercaja y algún banco mediano podrían ser receptores del dinero europeo, si bien el sector se afana en fórmulas como la venta de activos para eludir las ayudas. Popular o Sabadell aseguran que podrán sobrevivir sin ellas y Santander, BBVA y CaixaBank están fuera de dudas.
¿La ayuda europea a la banca supondrá la liquidación de entidades financieras españolas?
No hay que descartarlo. Bruselas no es partidaria de mantener bancos zombis y si las auditorías revelan que alguna entidad resulta inviable, la Comisión Europea aboga por su liquidación ordenada, en la que no dejar a la intemperie a los acreedores. El objetivo es hacer el mejor uso posible del dinero del fondo europeo, aunque sea a costa de romper uno de los grandes tabúes de la crisis, el de intentar salvar a toda costa a entidades en apuros.