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¿Golpe de Estado dentro de la UE?

Bruselas alerta sobre una debacle democrática en Rumanía

Aumenta la preocupación ante los últimos acontecimientos políticos en el país del Este, socio de la Unión Europea desde 2007.

El presidente de Rumanía, Traian Basescu
El presidente de Rumanía, Traian Basescu

La Comisión Europea se ha declarado hoy "preocupada" por la reciente deriva política en Rumanía, socio de la Unión Europea desde 2007. Y el Partido Popular Europeo (PPE), principal grupo político del Parlamento Europeo, ha llegado a calificar como "golpe" la destitución del presidente del país y de los presidentes de las dos cámaras del Parlamento rumano. Se trata, con toda probabilidad, de la mayor violación del estado de derecho en el club comunitario. Y la primera que podría provocar la invocación del artículo 7 del Tratado de Lisboa, que permite suspender el derecho de voto de un socio en el seno del Consejo Europeo.

La alarma ha alcanzado tal nivel que el presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, ha telefoneado hoy mismo al primer ministro rumano, Victor Ponta, para expresarle su preocupación. Ambos se reunirán en Bruselas el próximo jueves para intentar buscar una solución.

El presidente del PPE, el francés Joseph Daul, ha ido aún más lejos. Y en un durísimo comunicado describe la actitud de Ponta como "un asalto a las instituciones del Estado, al sistema judicial y al Estado de derecho". Daul pide que las instituciones comunitarias adopten "medias apropiadas", en aparente alusión a un artículo 7 que nunca se ha utilizado.

Basescu, ante un segundo referéndum

El último capítulo de la crisis institucional rumana se ha escrito este mismo viernes. Con 256 votos a favor y 114 en contra, el Parlamento ha aprobado la revocación del presidente, Traian Basescu. Lo ha hecho basándose en las acusaciones de violación reiterada de la Constitución y abuso de poder, realizadas por la coalición de centro izquierda del primer ministro Victor Ponta (Unión Social Liberal).

La suspensión en sus funciones del jefe del Estado es el primer paso antes de un referéndum, en el que los ciudadanos deberán decidir su destitución definitiva, y que previsiblemente tendrá lugar el próximo 29 de julio. Esta será la segunda vez que el conservador Basescu se enfrente a un proceso similar.

En 2007, también fue apartado de su cargo por los socialdemócratas y los liberales. Entonces le acusaron de abusos contra la Ley Fundamental. Con todo, la ciudadanía rechazó por una amplia mayoría su destitución, lo que ayudó a Basescu a reforzar su popularidad y a forjarse la imagen de reformador.

El resultado de la votación popular podría no serle tan favorable esta vez. Si en la anterior ocasión Basescu gozaba de un alto prestigio entre los rumanos, ahora deberá somenterse al criterio ciudadano con su fama en cotas bajísimas, dado que la crisis económica y la aplicación de severos ajustes ha dado al traste con su buen nombre.

Desde la designación de Victor Ponta como primer ministro de Rumanía, la tensión con el presidente ha ido in crescendo hasta alcanzar su máximo exponente esta semana, cuando Ponta destituyó a los presidentes del Senado y de la Cámara baja y al Defensor del Pueblo.

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