_
_
_
_
Atribuye la culpa a un grupo de 'traders' y no ataca al Banco de Inglaterra

El ex consejero delegado de Barclays elude su responsabilidad sobre el líbor

Bob Diamond, el recién dimitido consejero delegado de Barclays, afirmó ayer en el Parlamento británico que no supo de la manipulación del líbor hasta este un mes y atribuyó una conducta que calificó de "reprochable" a un puñado de traders del banco. Además, evitó la confrontación con el Banco de Inglaterra.

El ya ex consejero delegado de Barclays, Bob Diamond, concentró ayer su declaración ante la comisión del Tesoro de la Cámara de los Comunes del Reino Unido en eludir cualquier responsabilidad directa en el escándalo de manipulación del índice líbor que está sacudiendo a la City y que ha provocado la salida fulminante de la cúpula de la segunda entidad financiera del país. Diamond, que declaró su "amor" por Barclays y sentirse "decepcionado y enfadado", aseguró que no supo hasta este mes que empleados del banco habían manipulado el líbor, en una actuación de calificó de "reprochable" y por la que incluso aseguró que debería seguirse una investigación criminal individualizada. Concentró la culpa en 14 traders que trabajan en la entidad y que le informaron en la última semana de sus actuaciones a través de correo electrónico. "Cuando leí esos correos, caí físicamente enfermo", afirmó ayer.

Diamond reconoció que "claramente se han cometido errores" e insistió en que la manipulación del líbor corresponde a una conducta "reprochable", pero también quiso apuntar al resto de entidades que también participan en la elaboración diaria del índice. Sugirió incluso que las acusaciones contra Barclays se han desbordado por el hecho de que la entidad británica haya sido la primera en aceptar una multa por parte de las autoridades británicas y estadounidenses por 290 millones de libras (360 millones de euros) a causa de la manipulación del líbor y añadió que el pasado lunes le "quedó claro" que había perdido el apoyo de los reguladores para mantenerse en su puesto de consejero delegado. Así, Diamond había comunicado ese mismo día su compromiso con el banco y su continuidad, tras la dimisión anunciada por el presidente Marcus Agius, pero la fuerte presión política precipitó su propia dimisión al día siguiente.

En su comparecencia en el parlamento británico, Diamond eludió sin embargo lanzar acusaciones directas contra el Banco de Inglaterra, a pesar de que la víspera el banco emitiera un comunicado en el que apuntaba a la institución como responsable de la manipulación del líbor. Tal acusación se basa en una conversación telefónica, de la que Diamond ayer no aportó pruebas, que el ejecutivo habría mantenido con el subgobernador del Banco de Inglaterra, Paul Tucker, en octubre de 2008, poco después del estallido de Lehman Brothers, y en la que Tucker -que ha solicitado dar explicaciones en el Parlamento- le transmite la inquietud de miembros del Gobierno por que Barclays aportaba estimaciones muy elevadas, superiores a las de otros bancos, para fijar el euríbor y le insinuaba que podrían ser más bajas. Tras levantar la sospecha sobre la actuación del Banco de Inglaterra, Diamond se cuidó ayer de lanzar nuevas acusaciones y negó que interpretara esta conversación como una "instrucción" para manipular la tasa a la baja. Más bien pensó que era un aviso de Tucker sobre la percepción que el Ejecutivo tenía sobre la fortaleza de Barclays. El momento era delicado puesto que el objetivo de la entidad era evitar su nacionalización y cerrar la inyección de capital que logró finalmente de inversores de Oriente Medio por 8.000 millones de euros, con lo que se desmarcó de la suerte seguida por Royal Bank of Scotland o Lloyds, que fueron nacionalizados y continúan aún en manos del Estado.

El subgobernador, salpicado por el escándalo

El escándalo de la manipulación del líbor ha estallado en plena cuenta atrás para el relevo del gobernador del Banco de Inglaterra y ha puesto además en el foco al principal candidato para ocupar el puesto, Paul Tucker, actual subgobernador de la institución. Su figura fue puesta en el disparadero el martes por Barclays, que insinuó en un comunicado que manipuló el líbor a la baja al entender que ese era el deseo del Banco de Inglaterra. Bob Diamond, ya ex consejero delegado de Barclays, matizó ayer estas acusaciones y señaló ante el Parlamento que la conversación que tuvo con Tucker en octubre de 2008 no la tomó como una orden respecto al líbor sino como la inquietud del Gobierno británico sobre el estado de salud de la entidad financiera.Aun así, y ante las sospechas vertidas, Tucker solicitó ayer su deseo de testificar lo antes posible "para aclarar su posición". En cualquier caso, sigue contando con el apoyo de la clase política británica para suceder en el cargo al actual gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King. De hecho, las presiones políticas se han dirigido de forma inequívoca hacia Barclays, hasta el punto de que se hizo insostenible la continuidad de Diamond como máximo ejecutivo de la entidad.Tanto el Gobierno de David Cameron como la FSA, la CNMV británica, han insistido estos días en la necesidad de depurar responsabilidades por el escándalo de la manipulación del líbor, un episodio que se suma a otras irregularidades, como la comercialización fraudulenta de seguros de impago de crédito, que ha requerido indemnizaciones millonarias a la clientela por parte de la mayoría de grandes entidades financieras británicas.

Más información

Archivado En

_
_