El Gobierno mete en capilla a los ministros ante la cercanía de los nuevos ajustes

El Ejecutivo ultima un nuevo ajuste como contraprestación para que la Comisión Europea le conceda un año más para cumplir la senda de consolidación fiscal.

Para lograr este objetivo ha pedido un esfuerzo adicional a los ministros y a los secretarios de Estado con el fin de que diseñen con la mayor rapidez el ajuste que le correspondería a cada departamento. Esa llamada ha provocado una cancelación masiva de actos en los que tenían que intervenir a lo largo de esta semana. El martes le tocó el turno al secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, que se cayó a última hora del cartel de una jornada tributaria organizada por Deloitte sobre las novedades fiscales para la gran empresa. Ferre justificó su ausencia por el gran número de asuntos que tiene entre manos.

El miércoles estaba previsto que la ministra de Fomento, Ana Pastor, almorzara con el nuevo presidente de Seopan, Baldomero Falcones. Esa cita también se suspendió por problemas de agenda. Finalmente, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, valoró el miércoles los datos de empleo y afiliación en el discurso que dio en el Museo del Traje, suspendiendo el "canutazo" que tradicionalmente realiza el día que se conocen ambas estadísticas.

Al gran trabajo que se ha acumulado en los despachos ministeriales se une la orden enviada desde Moncloa de reducir al mínimo las comparecencias públicas para no generar malas interpretaciones y rumores sobre dónde, cuándo y cómo se van a producir los recortes, tal y como sucedió hace una semana, en la que se dio por hecha la subida del IVA, la supresión de la deducción por compra de vivienda y la rebaja del sueldo a los funcionarios.