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Muy confidencial

La SEPI logra que Enresa tenga solo un máximo ejecutivo

El consejo de la administración de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) ha nombrado, a propuesta del Ministerio de Industria, a Francisco Gil-Ortega como presidente de la empresa pública.

Tras semanas de presiones por parte de la SEPI y de la presidenta de Castilla La Mancha, Dolores de Cospedal, Gil-Ortega, ex alcalde de Ciudad Real y actual vicepresidente de las Cortes castellanomanchegas ha sido designado el único máximo ejecutivo de la compañía que desarrollará el Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos radiactivos, que se ubicará en el municipio conquense de Villar de Cañas.

De esta manera, la propuesta de Industria de nombrar también un consejero delegado se ha quedado en el tintero. El elegido para este cargo, que, junto con el de presidente, anunció el mes pasado la propia SEPI era el ingeniero agrónomo Adolfo Cazorla, hombre cercano al secretario de Estado de Energía, Fernando Marti. La junta de Enresa relevó hace más de una semana pasada al consejo en pleno, pero dejó en el aire el nombramiento del presidente y el consejero anunciado por la SEPI, lo que hizo levantar sospechas.

El aplazamiento se justificó en la dificultad de adjudicar a uno u otro las funciones ejecutivas, pero lo cierto es que el holding estatal, que consideraba que contar con dos ejecutivos dificultaría la gestión, ha contribuido lo suyo en el resultado final. En una nota de prensa, la SEPI, que tiene un 20% del capital de Enresa, se ha limitado a anunciar el nombramiento de Gil-Ortega, pero nada dice del frustrado cargo de consejero delegado.

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