Bankia lleva el déficit de 2011 al 9,3%
El déficit fiscal de España es una carrera desenfrenada de sorpresas. En 2011 no era del 6% como rezaba el compromiso de Salgado y ella perjuraba que lograría España todavía en noviembre; no era del 8% como dijo inicialmente Montoro; no era del 8,51% como certificó después; no era del 8,9% como brotó tras la sorpresa de las comunidades autónomas. Es del 9,3% por la conversión en capital del crédito de 4.465 millones de 2010 a Bankia.
Bankia abonaba jugosos intereses por el crédito del Fondo de Rescate bancario español, que se computaban como ingresos estatales. Pero la súbita necesidad de capital aflorada en Bankia en mayo pasado ha forzado a la entidad financiera a solicitar la conversión en capital de tal emisión suscrita por el FROB, en una decisión que forzó el Ministerio de Economía y que suponía que el Estado se convertía en el principal accionista de Bankia.
Los 4.465 millones de euros suponen cuatro décimas largas de déficit fiscal, y es intención de Hacienda computarlas en el ejercicio de 2011, pese a haber entregado ya las cuentas preliminares cerradas a Eurostat. Con esta suma el déficit es del 9,3%, y pretende quitar rémoras adicionales a la consolidación fiscal de este año, en el que el Gobierno debe reducir el desfase presupuestario hasta el 5,3% del PIB.
El camino a recorrer es muy largo: desde el 9,3% hasta el 5,3% hay una distancia de cuatro puntos, unos 42.000 millones de euros, que se antoja muy complicado por la parálisis de la economía y la falta de generación de ingresos adicionaloes, pese a la subida de los impuestos desde primeros de enero.
No obstante, en la cumbre de fin de mes en Bruselas debe decidirse definitivamente si a España se le relajan los calendarios de consolidación fiscal para que solo tenga que llegar al 3% de déficit en 2014, en vez de en 2013. Si fuera sí, podría reprogramarse todo el calendario, de tal forma que este año el Gobierno no tuviese que llegar al 5,3%, sino a una tasa superior al 6%, más razonable tal como está la actividad económica.