Las cinco claves de Manrique para explicar la depresión de Sacyr
El presidente de Sacyr, Manuel Manrique, ha declarado en rueda de prensa previa a la junta de accionistas de mañana que la compañía mantendrá su Ebitda en 2012 por encima de los 500 millones(533 millones en 2011). La firma confía en la obra civil, las concesiones y la construcción industrial como motores en el exterior. Y culpa de la depresión en Bolsa, entre otras cuestiones, al ataque de los bajistas y a las ventas en bloque del expresidente Luis del Rivero.
El primer ejecutivo de Sacyr, Manuel Manrique, ha ofrecido cinco argumentos para explicar la caída del valor de su empresa en Bolsa: la negativa evolución de España y del sector de la construcción; los resultados de 2011, afectados por la venta del 10% de Repsol con minusvalías de 940 millones; la expropiación de YPF a la propia Repsol; la venta masiva de acciones "a cargo de un accionista", haciendo clara referencia al expresidente Luis del Rivero, y, por último, el ataque de los bajistas en Bolsa. El resultado es que el grupo de construcción y servicios se deja un 64% de su valor en el parqué en lo que va de año. La acción cotiza a 1,4 euros, cuando el consenso de los analistas fija un precio objetivo superior a los tres euros.
La rueda de prensa ofrecida por Manrique ha sido un ensayo general de lo que será la junta de accionistas de mañana jueves. Lo único que parece escapar de su control es la posible presencia de Del Rivero en la reunión y, si ese extremo se confirma, una posible intervención criticando la despatrimonialización de Sacyr por la venta parcial de Repsol. En todo caso, la respuesta está preparada: "No había más remedio. La operación permitió recortar costes financieros y facilitó la negociación con la banca para mantener el 10% de la petrolera", explica el presidente de Sacyr.
Manrique se ha detenido en varias ocasiones a recalcar que la constructora es un socio fiel en Repsol, así como su alineamiento con la política del staff directivo que encabeza Antonio Brufau. Sobre la posibilidad de nuevas ventas de papel de Repsol, Manrique no descarta ningún escenario: "Siempre buscaremos reforzar a la participada y no ser un problema", ha subrayado.
La de hoy ha sido la primera comparecencia de Manuel Manrique como número uno de Sacyr tras ascender a la presidencia el pasado 20 de octubre. Asegura que el rumbo de la nave ha sido ya enderezado y explica que los motores de crecimiento en el exterior deben ser la obra civil, la construcción industrial, donde no se descartan operaciones de compra, y las concesiones. "Sacyr tiene 50.483 millones de cartera y un Ebitda implícito de 23.479 millones. Con el 80% de la cartera fuera de España, tenemos el futuro asegurado. Nuestro objetivo ahora es mejorar la rentabilidad [13,5% de margen operativo en 2011]". En cuanto a la principal obsesión, el plan de recorte de deuda sigue estando sobre la mesa pese a que Sacyr ha adelgazado sus créditos desde los 19.526 millones en 2008 hasta los actuales 8.800 millones.
La venta de activos maduros es la vía principal para amortizar préstamos. En la lanzadera de las desinversiones están el 15% que Sacyr mantiene en la concesionaria Itínere, el edificio parisino Torre Adriá e incluso activos maduros del área de servicios. Sobre la deuda que cuelga del paquete del 10% en Repsol (2.354 millones), en Sacyr argumentan que el dividendo de la petrolera es suficiente para cubrir los intereses. Manrique ha sido incapaz de determinar si la presencia de su empresa en Repsol es a largo plazo: "Cualquiera sabe lo que pasará en los próximos cinco años". Sin embargo, en Sacyr se felicitan por la venta del 10% a 21 euros por acción y no haber cedido a la tentación de alargar la refinanciación de la deuda, operación culminada el pasado mes de diciembre. La explosión de la prima de riesgo o la expropiación de YPF habrían jugado en contra de la coacción de unas acciones de Repsol que hoy cotizan a 12,71 euros, según argumentan en la empresa. El préstamo que soporta la presencia de Sacyr en Repsol como segúndo accionista expira en 2015 y paga unos intereses de euríbor más 350 puntos básicos.