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Emite 3.039 millones en letras a 12 y 18 meses a un interés superior al 5%

El Tesoro coloca el máximo a los tipos más altos desde noviembre

El Tesoro capeó sin excesivos sobresaltos la subasta más complicada desde la llegada del euro. Emitió 3.039 millones de euros en letras a 12 y 18 meses a los tipo más altos desde noviembre de 2011. Consiguió colocar así algo más del máximo previsto pero pagó más del 5% de media por ambas referencias. La demanda fue sólida y superó en 2,63 veces la oferta.

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El Tesoro se enfrentaba a un desafío mayúsculo hoy. Aspiraba a colocar entre 2.000 y 3.000 millones de euros en letras a 12 y 18 meses en el peor escenario posible de la era euro. La prima de riesgo española rondaba los 575 puntos básicos antes de la subasta, un nivel cercano al récord alcanzado la víspera cuando el bono a 10 años llegó a alcanzar el 7,28% durante la sesión.

La espiral de desconfianza hacia la deuda española, lejos de remitir tras el rescate a la banca española o el resultado benigno de las elecciones en Grecia, no ha hecho más que incrementarse a la vista de que las ayudas europeas en su concepción actual impactarán tanto en el déficit como en la deuda del Estado. Un efecto que ha incrementado las dudas sobre la solvencia de España ante la ausencia de detalles del plan y la incapacidad de los políticos europeos por restaurar la confianza en el proyecto europeo.

El contexto al que enfrentaba el Tesoro, por tanto, no podía ser más complicado y el desafío era mayúsculo pues debía demostrar que pese a todo el Estado español tiene abierto el acceso al mercado, algo clave para frenar todo tipo de especulaciones sobre la necesidad de un rescate total al país. Y es que al final España depende de la financiación del mercado para afrontar el abultado calendario de vencimientos de los próximos meses.

Finalmente la prueba se superó sin demasiados contratiempos. El Estado pudo captar el máximo previsto a tipos carísimos, eso sí, pero tampoco superiores a los que tuvo que pagar el pasado mes de noviembre en el anterior episodio de tensión que vivió Europa, aquel que culminó con la caída de Berlusconi y la llegada de las subastas de deuda a tres años del BCE.

En concreto el Tesoro emitió 2.400 millones de euros a 12 meses a un tipo medio del 5,07%, sustancialmente superior al 2,985% que pagó por esta misma referencia en la subasta de mayo. A 18 meses el patrón fue similar. Colocó 639 millones de euros a un tipo medio del 5,107%, también muy superior al 3,3% de la emisión anterior. La escalada de precios era algo esperado, al calor del repunte de los tipos de interés en el secundario, lo que situó los intereses en línea con lo pagado el pasado noviembre. Entonces el tipo marginal a 12 meses quedó en el 5,2%, el mismo marginal pagado hoy, mientras que el de 18 meses quedó en el 5,32% frente al marginal del 5,35% de la subasta de hoy, un nivel que no se había visto desde 1997, según la serie histórica del Tesoro.

En total el Tesoro emitió 3.039 millones de euros cuando se había fijado una horquilla entre los 2.000 y los 3.000 millones de euros. Un resultado que demuestra que sigue existiendo interés por la deuda española y que consiguió gracias a una demanda que volvió a ser sólida. Las peticiones totales superaron en 2,63 veces la oferta y fueron superiores a las de la anterior subasta tanto en la referencia de 12 meses (logró un ratio de cobertura del 2,16 frente al 1,84 anterior) como en la de 18 meses (4,42 veces frente a las 3,23 de la subasta de mayo).

La de hoy es la primera prueba de fuego de la semana para la deuda español, que el jueves tiene que afrontar otra subasta. Esta será de entre 1.000 y 2.000 millones de euros en bonos a dos, tres y cinco años, con vencimiento en 2014, 2015 y 2017. Un test que se prevé más difícil por el mayor riesgo que entraña la deuda de larga duración.

Hay expertos que creen que la deuda española no resistirá a la ausencia de medidas de calado en las próximas semanas, especialmente si el BCE sigue sin intervenir en el mercado para frenar la tensión. El Eurogrupo del jueves y los encuentros preparatorios de los principales líderes europeos de cara a la cumbre que se celebrará el 28 y 29 de junio serán decisivos. Se espera que Europa comience a definir en los próximos días la hoja de ruta que tomará y la semana que viene se esperan anuncios de medidas concretas que ayuden a rebajar la tensión de los mercados.

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