Recetas para contener al mercado, con permiso de Berlín
La intervención del BCE, el rediseño de los rescates, la apuesta por el crecimiento y el ajuste en la Administración española aún podrían frenar la espiral en la deuda.
El asedio al que los mercados sometieron de nuevo ayer a la marca España -pero también a la italiana- puso de relieve que el problema de la eurozona no es Grecia. O no solo. Aunque las elecciones helenas del domingo dieron "un respiro a Europa" -como tituló ayer buena parte de la prensa española- al dar mayoría de votos a los conservadores de Nueva Democracia, más proclives a aceptar las exigencias de Bruselas ante el rescate que la coalición de izquierdas de Syriza, el riesgo país de España alcanzó una nueva cota en 574 puntos. El interés requerido por el bono español a 10 años se instaló por encima del 7%, la barrera tras la cual Grecia, Irlanda y Portugal fueron rescatados.
Aunque la situación de España no sea aún tan crítica, el castigo de los mercados continúa in crescendo a un ritmo difícilmente asumible. Los analistas defienden, sin embargo, que Bruselas, Fráncfort y Madrid aún tienen un amplio abanico de medidas -aunque no demasiado tiempo- para poner coto a la crisis soberana que nació hace ya dos años. Siempre y cuando, eso sí, Berlín ceda y dé su permiso.
El Banco Central Europeo
Una de las llaves maestras para revertir la situación la tendría el Banco Central Europeo (BCE). Entre sus opciones está dar un giro para avanzar en la línea trazada por la Reserva Federal de EE UU, que ha rebajado tensiones y animado las Bolsas con sus programas de inyección de dinero a la economía (quantitative easing). Aunque el propio BCE dejara la puerta abierta la pasada semana a una acción contundente si el resultado de los comicios griegos así lo requería, los analistas creen que no llegará a tanto. Una vía intermedia sería reemprender el programa de compra de deuda pública, como ya se hizo con los bonos españoles e italianos en momentos de tensión, con una fuerte compra inicial que mande el mensaje a los mercados de que la deuda pública de la eurozona está blindada ante la especulación. Lo cierto es, sin embargo, que el BCE no parece estar por la labor y lleva 14 semanas sin adquirir bonos españoles. "Hasta ahora, la expectativa de intervención del BCE ha actuado como un desincentivo psicológico a las posiciones cortas, pero si ésta desaparece, la rentabilidad de la deuda pública española podría subir aún más", apunta Tristan Cooper, analista de deuda soberana de Fidelity.
La institución que preside Mario Draghi también podría "bajar los tipos 50 puntos básicos" -hasta 0,5%- y "dejar de remunerar los depósitos que la banca tiene en el BCE, a 25 puntos básicos, para que ese dinero se dedique a la economía", añade Daniel Pingarrón, analista de IG Markets. En paralelo, eso sí, podría anunciar otras dos inyecciones de liquidez para el sector en los próximos meses. Joerg Asmussen, miembro alemán del Consejo Ejecutivo del BCE enfrió ayer los ánimos anunciando que lo que debe hacer el organismo, cuando llegue el momento, es una retirada de liquidez.
La Comisión Europea
El gobernador del Banco Nacional Austriaco y miembro del consejo de gobierno del BCE, Ewald Nowotny, advertía ayer por su parte que uno de los gérmenes del nazismo fue la obsesión por la austeridad y que habría que "evitar repetir los errores de 1930". Así, relajar la cruzada alemana por la consolidación fiscal podría permitir a los países con problemas cumplir con los ajustes sin ahogar sus economías. En esta línea de actuación destaca la propuesta estrella del nuevo presidente francés, François Hollande, de elevar el presupuesto del Banco Europeo de Inversión (BEI) a 120.000 millones para reactivar las economías de la eurozona, si bien algunos expertos hablan de, al menos, 200.000 millones.
Otro frente está en la oposición frontal de la canciller Angela Merkel a la creación de eurobonos, es decir, emisiones de deuda bajo la marca Europa que paliarían el acoso que sufren ciertos países al comercializar bonos con el sello de su país. Desde Royal Bank of Scotland apuntan que sin ellos y sin una apuesta por el crecimiento, cualquier apoyo del BCE o rescate "tan solo retrasaría el problema".
La reforma de los fondos de rescate sería otra piedra angular, según los expertos de RBS. El FEEF y el MEDE deberían diseñarse para inyectar dinero directamente a las entidades, sin manchar la imagen de los países, aunque en IG Markets creen que es tarde para el caso español, y que se beneficiarían las entidades italianas o galas.
Un debate más de fondo, en el que quizás no bastaría solo con la implicación de la UE, es el de la necesidad de cambios regulatorios que embriden la carga de los mercados. Desde el "hay que refundar el capitalismo" que defendieron los líderes más liberales en 2009 (el entrecomillado es de Nicolas Sarkozy) se ha puesto en duda la sostenibilidad de la educación, la sanidad o las pensiones públicas, pero la especulación financiera dista mucho de haber sido atajada.
El Gobierno español
"Estamos en un punto en el que no ayuda nada la falta de detalles sobre el rescate a la banca española", ilustra José Luis Martínez Campuzano, analista de Citi en España. La falta de inmediatez ejecutiva en las decisiones comunitarias -que en su velocidad burocrática se ven arrolladas a menudo por el ritmo de la realidad- es otro de los problemas referidos por los expertos. Los fallos para detectar antes el agujero de la banca española apuntan, a su vez, a la necesidad de avanzar en una unión bancaria europea, con regulación y supervisión conjunta.
Finalmente, añaden en IG Markets habría que amortizar deuda pública con privatizaciones y "racionalizando la estructura del Estado, sobre todo ayuntamientos y autonomías, que parece que es lo que preocupa al mercado".
La cifra
200.000 millones, en lugar de los 120.000 que propone Francia, es el presupuesto que debería darse al Banco Europeo de Inversiones, según IG Markets, para activar el crecimiento.