"Los anfitriones ganan hasta 10.000 euros al año"
El ejecutivo de la plataforma online de alquiler de habitaciones y viviendas entre particulares anima a fomentar el consumo responsable.
Kay Kuehne cumple a la perfección con el estereotipo de joven emprendedor. De origen germano y formado entre Alemania, Polonia y Argentina, Kuehne puso en marcha dos start-ups en Alemania y, tras venderlas, se convirtió en director de Airbnb en España y Portugal, una red de alquiler de alojamientos ofrecidos por residentes que cuenta con una plantilla de 600 personas repartidas en todo el mundo y que desde comienzos de año dispone de oficina en nuestro país.
Airbnb se define como una plataforma de consumo colaborativo. ¿En qué consiste?
Se trata de una nueva fórmula de viajar y de dar uso a un espacio que los usuarios ya tienen y que no está ocupado todo el tiempo. El movimiento de consumo colaborativo, del que Airbnb forma parte, pretende llamar la atención sobre cómo podría ser el mundo en el futuro si evitamos consumir de la misma forma en la que se ha consumido en los últimos 50 años. Desde Airbnb entendemos que hay que fomentar el consumo más local y consumir los bienes que tenemos cerca.
¿Qué ha supuesto la apertura de su oficina en España?
Desde que nos instalamos aquí el número de reservas de habitaciones y viviendas en España y Portugal se ha incrementado un 50% y el mercado peninsular ya supone un 10% de los alojamientos ofertados en Airbnb en todo el mundo. Estamos muy contentos con el recibimiento que hemos tenido. Los españoles han entendiendo qué es Airbnb y están mostrando confianza en nuestro modelo de negocio. Uno de los aspectos que más nos preocupaban antes de establecernos en España era que, en general, aquí las personas suelen rechazar la idea de meter en sus viviendas a desconocidos, pero en estos seis meses el progreso ha sido importante.
¿Airbnb es solo cosa de estudiantes y mochileros?
No, los internautas creen que nuestros usuarios son solo jóvenes, pero el perfil del usuario es bastante amplio, desde estudiantes que optan por alquilar su habitación mientras se marchan de vacaciones a mujeres mayores con habitaciones libres en sus casas. También tenemos a parejas a las que les gusta conocer a gente de otros países y decide alquilar una de sus habitaciones o familias que ponen en alquiler su vivienda entera mientras que ellos se marchan de vacaciones. La edad media de los anfitriones de Airbnb es de 40 años, mientras que la de los viajeros es de 33.
¿Qué anima a su empresa a entrar en España con la que está cayendo?
Antes de entrar estudiamos la situación del mercado y vimos que Airbnb podía ofrecer una opción de obtener ingresos en un momento bastante difícil para la economía española. En 2011 generamos ingresos de 4,5 millones de euros para los anfitriones españoles y las transacciones a través de nuestra web crecieron casi un 700%. En lo que llevamos de año hemos logrado un crecimiento muy fuerte, lo que nos hace pensar que la plataforma se está consolidando como una fuente de ingresos para muchos españoles.
¿Cuánto puede llegar a ingresar un anfitrión español?
Las cifras varían un poco en función de las zonas. Nuestro mercado principal es Barcelona, donde está el 40% de nuestra comunidad en España, y donde los anfitriones tienen unos ingresos de 10.000 euros de media, mientras que en Madrid los ingresos medios son de entre 5.000 y 7.000 euros al año y en otras zonas la media puede estar en los 5.000 euros anuales. Unas cifras que pueden llegar a pagar el alquiler de muchas personas.
¿Cómo se protege a los anfitriones y a los viajeros para evitar problemas con sus alojamientos y reservas?
En Airbnb tenemos más de 40 medidas de seguridad para proteger a unos y otros. Pensando en el viajero no se realiza ningún pago en metálico, sino que se realizan transferencias desde nuestra página web que el anfitrión no recibe hasta 24 horas después de que el invitado llegue a su casa. Además, tenemos un servicio de atención al cliente las 24 horas del día para cualquier problema que pueda existir. Y de cara a los anfitriones tenemos una garantía de 35.000 euros para poder hacer frente a cualquier problema que se produzca.
Y los ingresos, ¿son declarados a Hacienda por los anfitriones o alimentan la economía sumergida?
El tema fiscal es bastante complejo para Airbnb porque está presente en casi 20.000 ciudades de todo el mundo y cada país se rige por una política fiscal distinta, por lo que no podemos controlar cada sistema fiscal en el que trabajamos. Lo que hacemos desde Airbnb es recomendar a todos los anfitriones que se informen sobre sus obligaciones fiscales y les recomendamos que cumplan con ellas..