_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

España no es tan poco competitiva

Sabes que los españoles están deprimidos cuando Coca-Cola emite un anuncio televisivo animando a los ciudadanos a ir "a por ellos". Muestra cómo analistas extranjeros predicen el colapso de España para luego mostrar las fortalezas del país: ingenieros, trenes de alta velocidad y, por supuesto, fútbol. En medio de la crisis, es fácil ser pesimista en torno a España. Pero hay razones para el optimismo.

Empezando por las exportaciones. Mientras que los salarios de los españoles crecieron más rápido que la media de la eurozona en los años previos a la crisis, los grandes exportadores mantuvieron los costes bajo control, pudiendo seguir siendo relativamente competitivos. Mientras tanto, las empresas con más de 250 trabajadores siguieron siendo tan productivas como sus homólogas alemanas, italianas y francesas, según BBVA. Como consecuencia, pese al crecimiento de Asia, España se ha aferrado a su cuota de mercado mundial de exportaciones. Esto le pone en una liga con Alemania y por delante de la mayoría de la eurozona. Inditex, el grupo textil más conocido por su cadena Zara, es el ejemplo de la competitividad española. El problema es que las exportaciones, que representan el 30% del PIB, no pueden compensar la fuerte caída de la demanda interna. Pero algunas empresas lo están haciendo bien dentro de España. Mercadona, el mayor supermercado doméstico, impulsó las ventas en un 8% el año pasado.

Otro punto positivo: el déficit por cuenta corriente de España ha caído desde su máximo del 10% del PIB en 2007 al 3% en el último trimestre. El descenso ha sido más pronunciado que en otros países con problemas como Grecia o Portugal, pero los inversores aún quieren ver un comercio equilibrado. Una forma sería la reducción del gasto en importaciones. Una mejor, como dijo el presidente de Mercadona, Juan Roig: todos en España "necesitan trabajar más" para impulsar la productividad.

Las empresas referencia de España muestran que es posible. Pero su éxito no ha sido a causa de, sino a pesar de los políticos del país y la rígida legislación laboral. España ha implementado reformas dolorosas, pero llevará tiempo que influyan en la economía. El rescate bancario podría facilitar por un tiempo la actual contracción crediticia, pero a corto plazo los costes de financiación harán más difícil a los emprendedores financiar sus negocios. Mientras, la esperanza en Madrid es que la selección nacional de fútbol, ganadora del último Mundial, de un respiro a la fatalidad y al pesimismo.

Fiona Maharg-Bravo

Artículo publicado en 'Newsweek'

Archivado En

_
_