El mundo del automóvil se cita en Madrid
Hoy se celebra en Madrid la asamblea anual de ACEA, la patronal europea de fabricantes de automóviles, que congregará en España a lo más granado de esta industria. Los presidentes europeos o mundiales de los principales conglomerados acuden a la cita gracias al buen hacer de Anfac, la asociación española de fabricantes de automóviles y camiones, que ha conseguido quedarse con una reunión de este nivel en un momento crítico para la imagen de España.
Contar con los presidentes de las grandes multinacionales del automóvil es un privilegio en medio del huracán por el que está atravesando la economía española, en el punto de mira de los mercados financieros y bajo la atenta inspección de las capitales europeas y los organismos económicos internacionales. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, recibió ayer a tan selecto foro empresarial, al que pudo explicar de primera mano los planes del Gobierno para revertir la recesión y devolver España a la senda de crecimiento.
Recientemente, la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, junto a los ministros de Exteriores, José Manuel García-Margallo, y el de Industria, José Manuel Soria, reunió a los representantes españoles de las principales multinacionales asentadas en España para pedirles que transmitiesen a sus matrices confianza en la economía nacional. Había entre ellas varias del automóvil, el primer sector industrial y el segundo exportador de España.
El papel de este sector es vital para la economía española. Segundo productor europeo, cuenta con 17 fábricas en España que montan más de 2,2 millones de unidades al año, y en el subsector de componentes la situación es privilegiada, con la existencia de cinco multinacionales de nacionalidad española. Desde Anfac cuantifican en casi el 10% el PIB que se deriva directa o indirectamente de la actividad del sector. Una tarjeta de visita que explica que se les abran las puertas de La Moncloa.
La presencia de los primeros espadas del automóvil en Madrid es un espaldarazo a España a pesar de la mala situación por la que atraviesan las ventas. Las 750.000 unidades previstas para este año son la mitad de 2006 y el punto más bajo desde que existe registro de matriculaciones, algo que disgusta claramente en los centros de decisión de las multinacionales. A pesar de ello, varias han anunciado recientemente nuevas inversiones en España y no se descartan nuevas noticias de este tipo en las próximas semanas.
El Gobierno debe corresponder a esa apuesta de una industria que puede y debe contribuir a reactivar el PIB. El sector lleva meses demandando un plan de achatarramiento para reactivar las ventas que, además, aportaría ingresos tributarios al Estado por valor de 250 millones de euros. La ocasión está ahí.