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A fondo

Telefónica acelera en China su plan de recorte de deuda

Telefónica anunció este domingo la venta de un 4,56% de China Unicom, la segunda operadora china de móviles, de la que tenía casi un 10% del capital. La operación ha proporcionado a la caja de la compañía un total de 10.963 millones de dólares de Hong Kong (unos 1.129 millones de euros). Hasta ahora, la operadora había estado descartando la venta de esta participación, si bien, en los últimos días, algunas casas de Bolsa como JP Morgan habían citado a China Unicom entre las posibles desinversiones que se podían materializar. Algo había cambiado.

En estas circunstancias parece claro que Telefónica ha querido moverse con rapidez. Ha llevado a cabo una desinversión de forma casi fulgurante, con la que ha querido demostrar al mercado que es capaz de aplicar estrategias de venta de activos con las que reducir el apalancamiento, además de indicar que cuenta con activos de valor suficientes, que son susceptibles de venderse con facilidad.

Con China Unicom, además, se planteaba una situación difícil de cambiar. Y es que era casi imposible que Telefónica pudiera, con el tiempo, seguir ampliando su participación porque el accionista principal del grupo asiático lo ha descartado. El 10% era un límite que solo se podría romper con nuevos acuerdos para ampliar levemente la participación, pero Telefónica nunca podría llegar a controlar la empresa. La teleco española, en cualquier caso, mantendrá un 5% del capital y seguirá impulsando las alianzas con el grupo chino en los ámbitos tecnológicos y de servicios de comunicación. En términos institucionales y corporativos, César Alierta seguirá siendo consejero de China Unicom y el presidente de esta última, Chang Xiaobing, seguirá en el consejo de Telefónica.

Tampoco es la primera operadora internacional de Occidente en salir de China. Sin ir más lejos, Vodafone vendió su 3,2% del capital de China Mobile en 2010 por 6.500 millones de dólares (unos 5.200 millones de euros) tras más de una década de alianza.

De momento, con este movimiento, Telefónica capta 1.129 millones de euros con los que puede reducir su deuda financiera neta, que al término del primer trimestre rondaba los 57.100 millones. El objetivo de la operadora, según recordaban este lunes diversos analistas, sigue siendo el situar a final de 2012 el ratio de deuda neta frente a beneficio operativo antes de depreciaciones y amortizaciones (oibda) en 2,35 veces, frente a los 2,55 veces en que estaba a final del primer trimestre.

En este caso, la venta del 4,56% de China Unicom es favorable para cumplir el objetivo por que supone el ingreso de dinero en caja por un activo que no representa una aportación reseñable de oibda para la compañía al ser una participación financiera.

Ahora bien, las desinversiones no se van a quedar ahí. Telefónica prevé ingresar cerca de 1.500 millones de euros con la venta de activos como Atento, Rumbo y la participación en Portugal Telecom. En el caso de Atento, la operadora podría obtener en torno a 1.000 millones, y en diversos medios financieros internacionales ya se oyen los nombres de posibles interesados como el grupo de inversión Bain Capital. La actividad de Telefónica en los últimos meses ha sido fulgurante. Y es que, la reestructuración en Colombia, la venta de torres de móvil en México y España, del 13% de Hispasat y del 5% de la operadora portuguesa de cable Zon aportaron a la teleco española más de 1.600 millones.

En esta línea de desinversiones, uno de los retos que se ha planteado Telefónica es la colocación en Bolsa de parte del capital de su división alemana y de distintos negocios en Latinoamérica. La compañía española podría captar hasta 4.000 millones de euros con estas operaciones, que han atraído la atención de muchos inversores.

De cumplirse estas estimaciones, Telefónica rebajaría su deuda global hasta el entorno de los 50.000 millones.

Además, dentro de esta estrategia de defensa de la caja, Telefónica decidió ampliar el scrip dividend propuesto para el tramo final del dividendo de 2012. Una decisión, puesta en marcha por la buena aceptación de esta fórmula de retribución por parte de los inversores (más de un 62,3% han optado por ella), que podría proporcionar a la operadora un ahorro de entre 2.000 y 3.000 millones de euros.

Fuerte presión

De igual forma, con estos movimientos corporativos, Telefónica está tratando de responder a la fuerte presión ejercida por las agencias de calificación durante las últimas semanas. Y es que estas firmas se han mostrado muy duras. El pasado viernes, por ejemplo, Fitch revisó la perspectiva de la deuda de la empresa situándola en negativa.

Con anterioridad, a finales de mayo, Standard & Poor's rebajó las calificaciones de Telefónica hasta BBB, mientras Moody's puso en revisión el rating a largo plazo de la operadora. En este último caso, la agencia mostraba sus dudas sobre la capacidad de la empresa para reducir su apalancamiento dada la actual coyuntura económica de España (acompañada por la guerra de tarifas que se está viviendo en el sector) y la posible desaceleración del crecimiento de algunas de las filiales internacionales de la operadora.

En estas circunstancias, Telefónica ha decidido moverse con mayor rapidez. La desinversión de China Unicom es un primer paso, pero en los próximos tiempos vendrán más.

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