Las 10 claves del rescate europeo a la banca española
Fin de semana de máxima tensión entre Madrid y Bruselas a cuenta del rescate del sistema bancario español. Aunque formalmente el debate sigue abierto, todo el mundo parece asumir que será necesaria ayuda europea para recapitalizar el sector financiero. La cuestión de fondo, por tanto, no es ya si terminará pasando, sino cuándo ocurrirá. El Gobierno de Mariano Rajoy trabajaba con un horizonte temporal de semanas. Las valoradoras independientes Roland Berger y Oliver Wyman preparan estos días un test de estrés que deberá cuantificar las debilidades de las entidades antes del jueves 21 de junio. La tradición de intervenciones europeas -hasta ahora directamente sobre países, como en el caso de Grecia, Irlanda y Portugal- aconseja actuar en fin de semana, con los mercados cerrados, lo que retrasaría el anuncio hasta el día 24 o 25. Una espera de dos semanas que para la Comisión Europea, y Berlín, parece excesiva. Las turbulencias que vienen sacudiendo los mercados podrían dispararse en dicho plazo, más aún si las elecciones helenas del próximo fin de semana derivan en la salida de Grecia del euro. Aunque el modelo de rescate requiere que la ayuda a la banca sea solicitada por el Ejecutivo español, y no impuesta, las presiones son cada vez más crecientes. Fuentes comunitarias citadas por Reuters afirmaban el viernes que Madrid solicitaría el rescate a Bruselas este mismo fin de semana. El pulso resolverá si la ayuda llega en cuestión de horas o de días. Mientras, conviene conocer las claves del primer rescate bancario que prepara la Unión Europea.
1. ¿Por qué sería necesario acudir a la Unión Europea para solicitar un rescate de la banca?
Las fuertes exigencias de saneamiento que el Gobierno ha impuesto a la banca en lo que va de año suponen un coste global de 54.000 millones de euros, por la subida de las provisiones ante el riesgo inmobiliario de febrero, más otros 28.000 millones por la penalización establecida en mayo para el crédito sano relacionado con el ladrillo. Si semejante montante ya supone un grave problema para parte de la banca, aún se espera una tercera factura: la que se derive de las carteras de préstamos a otros sectores no inmobiliarios. Se prevé, por tanto, que algunas entidades no sean capaces de asumir este sacrificio y terminen necesitando ayuda para cumplir con el conjunto de exigencias. Si la cuantía es excesivamente alta, España necesitaría fondos adicionales, que podrían salir de la Unión Europea.
2. ¿Cómo funciona el mecanismo que permite inyectar ayudas comunitarias al sector financiero?
El pasado julio, la Unión Europea aprobó que los recursos disponibles en el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (el FEEF, en vigor hasta mediados de 2013) y del Mecanismo Europeo de Estabilidad (el MEDE, que comenzará a operar el 1 de julio) pudieran utilizarse para rescatar a entidades con problemas y no solo a países. Persiste, no obstante, un debate de fondo ya que está previsto que este dinero se inyecte a los Estados, previa petición, y que estos lo deriven a las entidades. El Gobierno de Mariano Rajoy se resiste a retratarse como un Estado rescatado pidiendo la ayuda, por lo que viene presionando para que los fondos puedan aportarse directamente a las entidades que lo necesiten. Alemania, sin embargo, se niega por lo que probablemente termine haciéndose a través del algún instrumento estatal como el FROB.
3. ¿Qué consecuencias tendría para el sistema financiero español recibir fondos de la UE?
Un rescate europeo no está libre de condiciones. Al igual que cuando la Unión Europea ha intervenido algún Estado, la inyección de recursos al sistema financiero iría ligada a una serie de contrapartidas solo que, en este caso, la mayoría de las exigencias se centrarían en la propia banca. En primer lugar, las entidades que recibieran dinero tendrían que acometer un proceso de reestructuración que incluiría la reducción de su capacidad instalada -cierre de oficinas- y el despido de parte de su personal. "Sería parecido a las condiciones que se establecieron para las entidades que recibieron ayuda del FROB en su día, pero varios pasos más alla", ilustran desde el sector. El último ejemplo medianamente parecido se comprobó con Sabadell, al que Bruselas impuso el cierre de 450 sucursales y la salida de 2.200 empleados para compensar las ayudas recibidas por la adquisición de la CAM. Una inyección de fondos europeos, sin embargo, supondría ajustes de mucho mayor calado para las entidades beneficiadas. Además, el Banco Central Europeo (BCE) y la Autoridad Bancaria Europea (ABE) ganarían potestad regulatoria y supervisora, comiendo terreno al papel tradicional del Banco de España.
4. ¿Iría el rescate bancario acompañado de alguna exigencia para el conjunto del país?
Alfonso Mora, socio de Analistas Financieros Internacionales, sostiene que aunque las condiciones del propio rescate no lo incluyan, la ayuda europea derivaría en una mayor presión por parte de los socios comunitarios para que España avance en sus planes de austeridad y reformas estructurales, como la subida del IVA o la aceleración del retraso de la edad de jubilación. Soledad Pellón, analista de IG Markets, apunta, sin embargo, que habría "diferencia con un rescate país" pues aunque las presiones irían en la misma línea, España tendría más margen para gestionar las reformas que si la troika (UE, BCE, FMI) entra en el país e impone el calendario.
5. ¿A cuánto ascendería la inyección que tendría que llevar a cabo el fondo comunitario?
La petición de rescate deberá hacerse sobre una cifra concreta, al tiempo que habrá que precisar qué entidades necesitarán las ayudas. Todo apunta a que sean las nacionalizadas Bankia, Novagalicia, Catalunya Caixa y Banco de Valencia las entidades beneficiadas. Fuentes del sector señalan que la prioridad será reducir la petición de ayuda al mínimo, para lo que el Gobierno aún cuenta con 5.300 millones disponibles en el FROB para inyectar capital y con la opción de emitir deuda en el mercado, si bien los actuales niveles de prima de riesgo dificultan el acceso a la financiación. Así, los 19.000 millones que necesita Bankia no tendrían por qué solicitarse en su totalidad a Bruselas. Según explicó el subgobernador del Banco de España, Javier Aríztegui, Novagalicia y Catalunya Caixa necesitan en conjunto otros 9.000 millones de euros de capital. La cuantía del rescate dependerá, por tanto, del coste total al que ascienda la factura menos la parte que el Estado español sería capaz de asumir por su cuenta o buscando financiación en los mercados. El baile de cifras, sin embargo, da margen para cualquier hipótesis. Entre analistas, organismos internacionales y políticos se juega con una horquilla que va desde los 30.000 a los 100.000 millones de euros.
6. ¿Qué opinan en el sector financiero de la posible petición de un rescate para el sector?
La posibilidad de que España terminara pidiendo el rescate para su banca de forma inminente, este mismo fin de semana, fue acogida con extrañeza e incredulidad entre las fuentes financieras consultadas el viernes. Estas voces apuntaban que, para dar mayor credibilidad al examen sobre el sector, cualquier decisión debería tomarse después de haber conocido primero los cálculos de necesidades de capital del Fondo Monetario Internacional, que en principio está previsto que se conozcan el lunes, así como los resultados de las valoraciones independientes que están llevándose a cabo. En cualquier caso, la banca española ya asume desde hace días la proximidad de un rescate para la banca, una fórmula que serviría para eliminar la incertidumbre que pesa sobre el conjunto del sector.
7. ¿Cuando tendrá lugar la petición de ayuda a la Unión Europea para recapitalizar al sector?
La expectación ante una posible solicitud de fondos europeos para sostener a la banca española se disparó a máximos el viernes por la mañana, cuando todo se precipitó. Fuentes comunitarias citadas por la agencia de información Reuters aseveraron que el Gobierno de Mariano Rajoy se disponía a hacer la llamada clave durante el presente fin de semana. El Ejecutivo rehusó confirmarlo o desmentirlo y sorteó cualquier contestación concreta sobre el asunto. Mientras el pulso seguía jugándose, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, apuntó en el Consejo de Ministros cuál es el calendario inicialmente previsto. "En estos momentos, el FMI está trabajando y también los evaluadores para ver cuáles son las cifras del saneamiento financiero. El Gobierno tiene que esperar. Una vez que se conozcan las cifras, el Ejecutivo tomará una decisión al respecto", fue la respuesta de la vicepresidenta. Efectivamente, dos valoradoras independientes, Roland Berger y Oliver Wyman, trabajan aún en un test de estrés sobre el sector que debe desvelar las necesidades adicionales del sector. Su dictamen debe estar listo antes del jueves 21 de este mes. Sería entonces, en principio, cuando el Gobierno contaría con todas las claves para valorar hasta qué punto necesita una inyección de fondos europeos y de cuál sería su cuantía.
8. ¿Qué ocurre con el informe realizado por el Fondo Monetario Internacional?
El FMI ha efectuado su propio test de estrés sobre las fortalezas y debilidades del sector financiero español. Se trata de una doble prueba en la que se detallarán, en primer lugar, las necesidades de capital que provocan el cumplimiento de las dos reformas financieras llevadas a cabo por el ministerio que encabeza Luis de Guindos. Aunque la valoración inicial avanzada por Economía fue que el coste rondaría los 28.000 millones, las estimaciones del FMI en un escenario económico base hablan de un déficit de capital de 25.000 millones de euros para el conjunto del sistema. A partir de ahí, el organismo que dirige Christine Lagarde someterá la cartera crediticia a un escenario de estrés, con caída de los precios de la vivienda o aumento de la morosidad en carteras de crédito no inmobiliario para comprobar qué capacidad tiene cada banco o caja para absorber una nueva embestida. Está previsto que los resultados sean conocidos el lunes y que estos aporten una idea muy aproximada de cuál será el agujero del sector, dado que el resto de valoradoras repetirán sus pruebas bajo los mismos modelos que aplica el FMI.
9. ¿Cuántos exámenes se van a efectuar entonces sobre el sector financiero?
El afán por poner luces y taquígrafo en las entrañas del sector financiero español, con la esperanza de devolver la confianza de los mercados en las entidades, ha llevado al Gobierno -presionado por sus socios europeos- a someter a la banca a un maratón de exámenes y pruebas. La primera es la que ha levado a cabo el FMI, detallada en el punto anterior. La segunda es la que han puesto en marcha las valoradoras independientes Oliver Wyman y Roland Berger, que tensionarán a las entidades para conocer su reacción ante un empeoramiento de la situación económica actual. Finalmente, las cuatro grandes auditoras que operan en España llevarán a cabo el examen más detallado de todos, turnándose para que ninguna valore una firma a la que haya auditado en los últimos dos ejercicios. Su labora conllevará la revisión de toda la cartera de créditos y activos, entidad por entidad, para establecer si las cuentas presentadas y las provisiones realizadas se corresponden con la situación real de sus balances. El exhaustivo estudio de las auditoras no estará listo, sin embargo, hasta el 31 de julio. Así, aunque esta prueba será definitiva para detectar agujeros adicionales en las cuentas de la banca, lo más probable es que la decisión sobre el rescate se haya tomado mucho antes. En teoría, el dictamen de las valoradoras y del FMI -que no se espera que varíe mucho dado que trabajan con los mismos supuestos- deberá dar pie a una tercera factura de provisiones para que el sector palíe sus debilidades. Fuentes financieras barajan unas nuevas exigencias de provisiones del 3% para las hipotecas de particulares, del 12%, a los préstamos a empresas, y del 20%, al consumo. Un sobreesfuerzo que, según la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's, solo permitiría continuar sin ayudas a Santander, BBVA y CaixaBank.
10. ¿Qué margen ofrecen los mercados para actuar en un sentido u otro ?
El propósito del Gobierno español de continuar adelante sin la necesidad de pedir ayuda a la Unión Europea o, en última instancia, de no solicitarla aún, está siendo torpedeado por los mercados. Las últimas cinco sesiones pueden ofrecer una falsa sensación de optimismo, pues el Ibex ha ganado un 8%, recuperando la marca de los 6.500 puntos, y la prima de riesgo ha caído con fuerza a 488 puntos. Lo cierto es, sin embargo, que en las últimas semanas la banca española -gran motor del parqué madrileño- ha sido objeto de importantes ataques que han hecho desplomarse la Bolsa a niveles de 2003 y han lanzado el nivel de riesgo país a los 538 puntos básicos, un récord absoluto de la era euro y una temperatura a la que la soberanía de Grecia, Irlanda y Portugal ya estaba cerca de quedar tutelada por la Unión Europea, el BCE y el FMI. Aunque el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha pasado un largo tiempo negando la necesidad de fondos europeos, lo cierto es que estos se han convertido en la gran baza del país para enviar el mensaje a los mercados de que la situación está bajo control. En última instancia, aceptar un salvavidas para la banca, aunque sea un síntoma de debilidad, puede terminar evitando que el rescate se efectúe sobre el país. Eso, claro está, si todo sale como está previsto.