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Consultoras al acecho

La Administración pública es un rico caramelo para las grandes consultoras de nuestro país. Las infraestructuras junto con los servicios de asesoría en la gestión o la implantación de nuevas tecnologías son las llaves de estas compañías para abrirse al preciado cliente institucional. Además, en la mayoría de los casos ofrecen su trabajo de forma dual, es decir, prestan servicio tanto a la institución contratante como a las empresas privadas deseosas de dar la talla en un proyecto puesto en marcha por el Gobierno o las autonomías.

Las posibilidades son varias y no hay actividad que se les escape. No en vano, este tipo de servicio supone, por ejemplo, el 14% de la facturación anual de Accenture. Y es que las grandes firmas de consultoría cuentan en sus filas con "su gran valor añadido: el equipo humano", dice Cándido Pérez, socio de infraestructuras, transporte, gobierno y sanidad de KPMG en España. Los profesionales de la empresa privada aportan la experiencia que el ámbito público necesita.

Además, en plena recesión, y ante los intentos del Gobierno por reducir el déficit, las firmas de servicios presentan algunas soluciones ante el futuro. Carlos Coll, socio de sanidad y servicio público de Accenture, afirma que "tarde o temprano se tendrá que recurrir a consultoras que guíen hacia otro tipo de gestión". Modelos que pasarían por el control del fraude mediante la correcta gestión de la información o las predicciones. "Algo que aliviaría en buena medida el problema deficitario de España", pronostica el experto.

Cualquier ámbito de la Administración, ya sea municipal, regional o central, es susceptible de ser cliente de estas empresas que encuentran en las consultoras, además de la experiencia, "la orientación necesaria para guiar el proyecto hacia los resultados", explica Coll. O lo que es lo mismo, la rentabilidad y beneficios llegan, casi siempre, de la mano de expertos privados, ya que "nuestra visión está mucho más enfocada al negocio", matiza el socio.

Los trabajos relacionados con seguridad social, sanidad, justicia, seguridad o asuntos sociales son los sectores donde las consultoras trabajan más en estos tiempos. Además, "la Administración conoce sus necesidades en materia de nuevas tecnologías, y ello obliga a la contratación de servicios de mejora", según apunta Coll. El ámbito público necesita de las empresas de servicios profesionales, pero, matiza el socio, "las necesidades no distan demasiado de las de cualquier cliente privado".

Precisamente es en el terreno judicial donde Accenture espera crecer en los próximos tiempos. Para ello están desarrollando fórmulas que mejoren la gestión de los procesos. "Son necesarias muchas manos para modernizar la justicia española y esperamos aportar nuestro conocimiento", explican.

La crisis trae consigo que el sector público busque trabajar con modelos propios del ámbito privado. De hecho, Coll asegura que "se está imponiendo el cobro de sus trabajos en relación con los resultados obtenidos", lejos de aquellos contratos por horas que imperaban hace algunos años. Gobierno y comunidades dejan de asumir riesgos en tiempos de recortes y parecen haber dado con la fórmula perfecta que les garantiza la rentabilidad de un proyecto.

Buena prueba de ello es el reciente contrato que Accenture ha firmado con el Gobierno vasco. La compañía prestará servicios de consultoría de gestión para reducir los costes del Departamento de Interior de la región. La consultora, en virtud del acuerdo, vinculará un porcentaje de sus honorarios directamente a los ahorros conseguidos a esta institución. "De esta forma demostramos compromiso y capacidad para alcanzar resultados", declaran.

La forma para trabajar es similar a la que tendrían con cualquier empresa privada cliente. "La Administración, en general, tiene claro lo que necesita y quiere conseguir", cuentan desde Accenture. "Se debe redactar una propuesta y más tarde se adjudicará el proyecto", apuntan. Y añade: "La única diferencia es que no hay una negociación previa".

Además, poco a poco, se está imponiendo entre consultoras y sector público el llamado diálogo competitivo. "Si el cliente público sabe lo que quiere, pero no cómo llegar a ello, se abre un debate entre empresas privadas que aportan sus sugerencias", señala el socio de Accenture. De hecho, la Generalitat de Cataluña ya ha puesto en marcha algún trabajo, en relación con las tecnologías de la información, bajo esta fórmula de colaboración.

A la hora de cobrar, aseguran desde la empresa que "estamos en uno de los mejores momentos", ya que —por fin— se han cumplido los plazos impuestos dentro del Plan de Pagos y se han recibido los importes de las facturas pendientes "como cualquier otro proveedor", matizan. Las grandes consultoras sufren igualmente el retraso de los pagos del Gobierno y autonomías, pero, "aun así, dentro del sector público hay diferencias entre organismos. Algunos son más lentos que otros a la hora de liquidar, pero siempre terminan haciéndolo", apunta Coll.

Uno de los sectores estratégicos en el punto de mira de las consultoras son las infraestructuras. Este aspecto se desarrolla generalmente bajo dos perspectivas: el apoyo a la Administración contratante y al inversor que ve en los proyectos públicos una oportunidad de negocio. Y todo ello pese a que este sector no atraviesa sus mejores momentos.

La clave para las asesoras reside en sacar el máximo partido de cada contrato aun en tiempos difíciles.

Andrés Rebollo, socio de infraestructuras y Administraciones públicas de Deloitte, asegura que "el objetivo último es ayudar a maximizar la rentabilidad de las inversiones, con foco económico y social cuando estamos del lado público y con foco financiero cuando estamos trabajando con el promotor privado". De esta forma, las consultoras trabajan para satisfacer ambas necesidades.

Por su parte, Cándido Pérez, socio de KPMG, asevera que los esfuerzos de esta firma de servicios profesionales "se centran, entre otras cosas, en encontrar un modelo viable".

Es evidente que los proyectos de infraestructuras para las empresas españolas se alejan cada vez más de casa y se convierten en acciones internacionales, apuntando "especialmente a Latinoamérica", señala Andrés Rebollo.

Por tipo de proyectos, además del apoyo en obras internacionales, las consultoras ofrecen a sus clientes la gestión de procesos en licitaciones, búsqueda y obtención de fondos de terceros —ya sea por inversión en capital o financiación— y el asesoramiento en desinversiones.

Un modelo este último al que, según los expertos, "parece que tenderá el mercado próximamente".

Las infraestructuras públicas no son simplemente una vía de escape para las promotoras privadas. Más que eso, "se trata del corazón de su actividad", señala Rebollo, e insiste: "Es necesario recuperar ciertos niveles de contratación bajo un nuevo modelo más sostenible".

El apetito inversor continúa existiendo, pero se está dando un doble efecto: "Por un lado, la selección es mayor a la hora de invertir en proyectos y, por otro, entran, por fin, fondos internacionales especializados en infraestructuras a participar en España", concluye el directivo. Quizá sean las obras públicas las que decidan, con el tiempo, hacia dónde se dirige el mercado.

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