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Ahora sí que habrá ajuste en las cajas

El ineludible rescate financiero de las cajas de ahorro será el que determine la dimensión del ajuste del sector. El Banco de España cifró en más de un 25% el ajuste de capacidad instalada de la industria financiera hace un par de años, y va a ser ahora, por mandato europeo, que paga, cuando se ejecute.

En España hay un forcejeo político y social por determinar los términos exactos del rescate financiero de la banca, que unos quieren llevar hasta considerarlo un rescate del país, de su Estado, y otros limitarlo a lo que es, un rescate de la banca, o si se quiere más precisión un rescate de las cajas de ahorro, ya que en este tipo de instituciones, en absoluto en todas, está la gangrena hipotecaria más avanzada. Y por extensión hay quien fuerza la definición hasta concluir que se trataría del rescate del estado autonómico, por considerar que existe una relación dirtecta, que la hay sin duda, entre el estado autonómico y su ilimitada voracidad de gasto y discrecionalidad y el comportamiento de la mayoría de las cajas de ahorros.

Yo me quedo con que Europa ejecutará un rescate bancario en España, que, de no hacerlo, no podría soportar el Estado español, seguramente más por negligencia temporal ("no pasa nada, tenemos el mejor sistema financiero del mundo", recuerdan) que por capacidad financiera. Claro que no es lo mismo rescatar al Estado que a una parte del sistema financiero, aunque gráficamente se interprete que se ha rescatado a todo el sistema financiero. Pero las condiciones que pondrá quien ponga los recursos (los socios europeos) no serán las mismas para el Estado que para solo la banca, y no serán las mismas si se rescata a toda la banca que si se rescata a una parte; en definitiva, las condicioones dependerán de la cantidad entregada para capitalizar los bancos fallidos.

El baile de cifras parece un rok and roll intenso, en el que parece que añadir un cero cuesta poco, como si el dinero, como decía aquél banquero pusilánime de la película americana, se fabricase. Tan pronto se dice 40.000 millones para los bancos fallidos, como 100.000, como admite el secretario general del Partido Popular Europeo. Y no es lo mismo. La cantidad que se determine será mayor de las necesidades reales, porque para eso han venido los forenses, para dar un escarmiento a los supervisores españoles, y para curarse en salud. Qué sentido tiene, sino, que estén manejando un escenario de actividad económica estresado para 2013 en el que prevén que el PIB caiga un 5%. Una cifra que, por otra parte, que no se ha registrado en ningún país europeo ni en el peor año de la crisis. Estamos locos.

Pero vaya, sea una cantidad u otra, los bancos privados cotizados tratarán de cubrir sus necesidades con sus propios recursos, sea con beneficios, con ventas de activos o con ampliaciones de capital. Pero no permitirán que el Estado, ni los estados europeos, pongan sus gruesas manos sobre sus balances. Lógicamente, hasta donde puedan. Ya veremos.

Pero las cajas ya intervenidas seguirán internevidas, con un accionista público mayoritario, formado por el Estado español y los Estados Europeos (fondo de rescate). Y desde luego estos señores del fondo de rescate no van a ser tan buena gente como quienes desde el Banco de España controlan las cajas ya intervenidas. Van a tener mucha más mala leche. Van a decir qué hay que hacer en cada caso; hasta dónde debe llegar el ajuste; qué líneas de financiación hay que cerrar; cuánto ajuste hay que hacer en el balance; que carteras de crédito liquidar; qué parte de la red amortizar y en qué condiciones, incluidas las indemnizaciones del personal. Ahora sí que vamos a ver el ajuste de la capacidad instalada que no se ha querido hacer hasta ahora, porque se practicaba la política de que "ya se arreglará", que alentaban el Banco de España, los gobiernos autonómicos y el del señor Zapatero.

Se va a arreglar en poco tiempo. Habrá ajustes que pondrán los pelos de punta, y ya veremos cuánto salpica al Estado las condiciones del rescate. Eso supone que estas entidades no volverán a conceder un crédito en mucho tiempo, puesto que solo atenderán cómo reducir balance; nada de crecer. Eso sí: sus competidores verán el cielo abierto en materia crediticia: todo el mercado para ellos, cuando se recupere.

Es lo que tiene esto de los rescates de los sistemas financieros, o de una parte de ellos. No nos debe extrañar que se cierre una de cada dos o una de cada tres oficinas de las cajas intervenidas y rescatadas.

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