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Gobernador de verdad, gobernador marioneta

El nombre del nuevo Gobernador del Banco de España, que prevé oficializar a partir de las seis de la tarde de hoy el ministro de Economía ante la correspondiente comisión del Congreso, esconde muchas claves.

La primera y más obvia: será la prueba del nueve sobre las posibilidades que tienen de entenderse a futuro el presidente Rajoy y Rubalcaba, el jefe de la oposición.

Aunque siempre ha sido imprescindible para salir de esta perra crisis, hubo un momento en que eso parecía imposible, luego resultó que estaba hecho y más tarde llegó un abogado del Estado de 42 años llamado Leopoldo que, como sujeto pasivo y de la mano de un retoque legal para facilitarle las cosas al PP, reprodujo la brecha entre el registrador gallego y el exesprinter cántabro.

Pero, vamos a ver, ¿quién pensaba que el Gobierno iba a dejar a su aire (libre) a RTVE con la que está cayendo? Y sin que estuviera cayendo nada. Bastará con que no se convierta en un cementerio de ideas al que acudan a abrevar bueyes afines sinnúmero y demás rumiantes con pretendido derecho a pasto.

O sea, lo de la tele no vale. Al tecnócrata González-Echenique le cabe, además de arreglar las cuentas, conservar fresco el césped informativo o dejar que se convierta en un lodazal. Será cosa suya y hay que desearle suerte con la carta de ajuste.

Lo de la Plaza de Cibeles es otra cosa. El mando es también de seis años, pero el empeño es gigante.

De inmediato, lo de Bankia. Al tiempo, el resto del sector y las ayudas directas de Europa (ojalá bastaran los 40.000 MM€ que dice Botín... Para mí que se quedó tan corto como sus pantalones). Pero además, tragar con las (caras) auditorías al sector de dos empresas externas, completar las fusiones, negociar con el BCE, mantener la autonomía del supervisor y la independencia del regulador, recuperar la credibilidad de la institución, atraer a unos desencantados inspectores... y, en fin, lidiar con Economía y con todo el Gobierno sin que se le vea mucho el plumero.

El nuevo gobernador, además, tendrá que bregar con el nuevo grupo bancario público, convencer a los sindicatos de que está autorizado (y obligado, como ellos) a dar recetas contra el paro, y, en fin, reconstituir la credibilidad de un sistema financiero que un par de años (mientras los demás sí hacían sus deberes) fue el más solvente del mundo.

Ante ello no hay más que dos opciones: un gobernador de verdad o un gobernador marioneta. Frente a tal disyuntiva, y por lo que se juega en el envite, más vale que Rajoy y Rubalcaba consensúen nombres, propongan gobernador/a y subgobernador/a de altura técnica y probada resistencia a la doblez y le dejen trabajar. No le falta tajo y nos va mucho en ello.

PS: Del despropósito en que vivimos da idea que en ciertos medios se llegase a dudar si De Guindos iba a anunciar el nombre de nuevo gobernador (y subgobernador/a) antes o después de que el actual segundo del Banco de España, Javier Aríztegui, compareciese para explicar la reforma financiera y el caso Bankia ante la subcomisión De Economía del Congreso para el FROB, esa que no tiene luz ni taquígrafos. Lo hará también este jueves, pero por la mañana.

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